Gignac, Aquino y Sobis marcaron para dar la ventaja a Tigres en la final

Mexsport

(Iván Cañada / ESPN.com.mx) -- Las realidades eran muy distintas y en 90 minutos se reflejaron sobre el campo. No hubo discusión ni resistencia. Era una Final peleada como un partido de temporada regular. La diferencia fue abismal entre Tigres y Pumas. Los primeros fueron justo lo que se esperaba con todas sus figuras, mientras los segundos fueron los de la Liguilla en general: dudosos, con pánico escénico y sin capacidad de respuesta en muchas etapas. En el primer round pareció estar todo definido y tres golpes certeros de los norteños fueron suficientes para dejar moribundos a los auriazules.

Tigres salió seguro de sí mismo, fuerte en cada una de sus líneas y feroces en el ataque. El apoyo de su gente fue el de siempre y los de Ferretti no fallaron. Impusieron sus condiciones desde el segundo uno y no hubo rival que se le resistiera. El Tuca le dio una lección a uno de sus alumnos más avanzados, que desde las Semifinales contra América ya parecía tener algunas dudas.

La apisonadora norteña pasó por un Volcán que hizo erupción tres veces para festejar las anotaciones. La primera de ellas era inminente. Era cuestión de tiempo apenas empezado el encuentro. El único asterisco es que llegó luego de una controversial decisión arbitral tras un penalti señalado sobre Sobis que terminó con gol de Gignac.

Pumas se escudó en los reclamos y se frustró más de lo que ya estaba por el desarrollo de las acciones. Eso no les importó a unos Tigres que tenían la misión de hacer cuantos goles fueran necesarios para acercarse a ese ansiado título.

El primer tanto simplemente fue alimento para buscar el segundo. No había relajación. Pizarro recuperaba el balón, Damm y Aquino eran unos demonios en las bandas, mientras Sobis y Gignac siempre pedían el balón y Nahuel Guzmán se aburría desde su portería ante las escasas llegadas. Parecía una práctica cualquiera de intentar jugadas y marcar. A Pumas se le olvidó ese espíritu universitario que muchas veces pregona.

Antes de la media hora de juego, Aquino se encontró con un balón desde el vértice del área y disparó cruzado para dejar varado a Palacios y festejar el segundo. El resultado, simplemente de acuerdo a lo realizado sobre el campo.

Después de esos dos tantos llegó el momento de quitarle revoluciones a la batalla. Ya todo estaba muy avanzado, no había necesidad de presionarse de más. La respuesta del rival, incluso, lo ameritaba.

Fue hasta que se cumplió la hora de juego que Sobis aprovechó un rebote de Palacios y empujó el balón a las redes. Esa jugada quedó marcada por un pobre rechace de Alcoba que simplemente reflejó el desastre que fue Pumas durante todo el encuentro. El regalo llegó envuelto en un moño y Tigres lo tomó gustoso.

La misión estaba cumplida y pudo tener más tantos de diferencia de no ser por las atajadas de Palacios. El primer paso y parte del segundo ya lo dieron los arrolladores Tigres que acarician la corona, a la espera de completar la batalla. Pumas, con muchas dudas, tendrá 90 minutos para anotar tres goles y soñar…