Al Barcelona se le escapa La Liga

BARCELONA (Jordi Blanco, corresponsal) -- Penalizado por una primera hora mediocre, agobiado por la no concesión de un gol clarísimo y furioso en un rush final alucinante, el Barça salvó un empate en el minuto 90 que acabó sabiéndole a poco, a muy poco, en el campo del Betis.

Marcó Luis Suárez cuando la grada del Villamarín celebraba ya la victoria y con el partido agonizando, después de que el gol de Alexander Alegría, en el minuto 75, dejara al descubierto el deficitario juego de un Barcelona desconocido, sin punch, sin ambición ni fuerza. Un equipo que no parecía estar en el momento ni lugar adecuado, en la pelea por una victoria que se entendía vital.

EFE

El Barça podrá argumentar, con razón evidente, que el gol no concedido a Jordi Alba inmediatamente después del 1-0 marcó el desenlace final del choque y que, con la estadística y números en mano, fríamente, el gol de Suárez en el minuto 90 debió significar una victoria que tendría un sabor, quizá no muy dulce pero sí muy distinto.

Pero el campeón mostró en Sevilla, en el Benito Villamarín, una imagen muy alejada de lo esperado, con una alineación revolucionaría de Luis Enrique que no respondió a la exigencia. Con Mathieu y Digne juntos en una zaga que completaba Aleix Vidal junto al único habitual, Piqué, el entrenador mantuvo a Denis y le juntó con Rakitic y Arda en un centro del campo que ofreció fútbol pero adoleció de punch en ataque.

"No hemos estado a nuestro nivel, ni de lejos" explicó al acabar el choque Luis Enrique, en un discurso excepcionalmente sincero que ni quiso utilizar para proclamarse robado. "Es una demostración más que los árbitros necesitan ayuda tecnológica" solventó el entrenador asturiano, que dio la sensación de sacar conclusiones más futbolísticas que polémicas.

Porque el Barça no casó su fútbol hacia el ataque y al margen de un remate que salvó Adán a Neymar completó una primera mitad muy alejada de lo esperado, con más remates del Betis y menos argumentario azulgrana. Después, en la segunda mitad, todo llevó el mismo camino. Pocas diferencias...

Un Betis alegre y un Barcelona apocado en una hora no habitual, con la tensión en aumento y con el anuncio de la victoria de Federer sobre Nadal con la segunda mitad ya iniciada. Y el Barça de mal en peor...

Hasta que se encendieron todas las alarmas con el gol, esperado, de un Betis que ya había disparado en dos ocasiones al palo de un Ter Stegen multiplicado como no podía imaginarse. Y que toco, ojo, más balones que el propio Leo Messi en los primeros tres cuartos de partido.

Llegó el 1-0 verdiblanco y se encendió una luz de urgencia en el interior azulgrana que le dio la vuelta al calcetín de manera absoluta. Inmediatamente después del gol llegó la jugada polémica de Jordi Alba y desde entonces en adelante el campeón pasó a dominar de forma t0tal el partido, con el Betis cada vez más apretado atrás y la necesidad convertida, por fin, en virtud.

"Queda la sensación de que el Betis ha merecido más" llegó a admitir Luis Enrique en su última sentencia en la sala de prensa pero quedó la sensación de que el Barça, probablemente, debió jugar mucho antes con la intensidad que lo hizo al final, cuando la derrota llamaba a la puerta.

Luis Suárez acabó empatando después de que Ter Stegen salvase a Rubén Castro un cara a cara que habría enterrado al campeón... Que salvó un empate que sabe a muy poco y, a la vez, pone en el escenario una sensación de perjuicio evidente.

Si ese remate de Jordi Alba hubiera sido validado como gol...