Una noche con dudas terminó con fiesta hacia Rusia

(ESPN.com.mx / Iván Cañada) MÉXICO -- La noche terminó por ser una fiesta entera. La Selección Mexicana buscaba su pase al Mundial y solo requería un triunfo para ello.

Con solo seguir la tendencia de estas eliminatorias, Rusia estaría al alcance.

Un gol de Hirving Lozano valió el boleto para cumplir la misión y a partir de ahora, pensar en la preparación antes de encarar la justa del próximo año.

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Panamá y su bloque defensivo, no lo pusieron fácil. Tampoco el escepticismo existente, luego de los torneos veraniegos.

La afición no llenó el Azteca en esta ocasión, pero los 37 mil presentes apoyaron en cada momento, por más que no les gustara que prevaleciera el cero después de los primeros 45 minutos.

El Tri sufrió en un inicio en una cancha mojada y afectada por la constante lluvia en la Ciudad de México, pero no intratable como se temió en un principio.

Los nervios en el equipo eran notables. Algún desentendimiento igualmente destacaba entre los movimientos fallidos y los pases de defensa al mediocampo y luego al ataque. No había profundidad ni juego de conjunto como para desequilibrar alguna jugada de peligro. Fuera de Jesús Corona, el Tri no lucía en su campo.

Panamá comenzaba a entrar a un territorio cómodo para sus aspiraciones y que poco a poco dificultaba más a México, que a diferencia de ocasiones anteriores, tuvo una gran virtud al mantener la paciencia necesaria para no caer en el juego del rival.

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Lo más peligroso a la contra eran sus embestidas a velocidad para tomar mal parados a los mexicanos. Fueron meras aproximaciones sin que Guillermo Ochoa se manchara de más el uniforme. Cuando requirió de algo más, bastó con meter las manos y resguardar su arco. Solo hubo un susto al final, pero nada tan dramático como para poner en duda el resultado.

El primer tiempo fue un intento fallido para Osorio y sus dirigidos, que se fueron entre abucheos, ante las pocas ocasiones generadas y la constancia de sus yerros.

El equipo requería una chispa diferente, un jugador distinto, alguien que trae todas consigo en la actualidad como Hirving Lozano. Bastaron menos de 10 minutos para que marcara la diferencia, gracias a un cabezazo tras un centro de Jesús Corona.

Fue una descolgada perfecta. De izquierda a derecha y de ahí a las redes. ‘Chucky’ coronó lo que muchas veces se practica y que cuando se consuma, tiene el éxito como el obtenido. La tarea estaba completada.

“Nos vamos al Mundial, nos vamos al Mundial”, retumbó en el Azteca, mientras el juego seguía su curso, ya con la misión cumplida, con un equipo que a tres jornadas de terminar su participación en el Hexagonal Final, completó esa labor que en años anteriores causó más de un dolor de cabeza. México estará en Rusia 2018.