El dúo dinámico impulsa al Cruz Azul

MÉXICO (Iván Cañada) -- La mitad de temporada todavía no llega y Cruz Azul ya suma 20 puntos, de los cuales 15 los ha conseguido en casa. La Máquina encontró su fortín en el Estadio Azteca, donde este sábado superó (4-1) a un Veracruz que puso resistencia durante poco más de una hora, pero terminó por ceder ante la presión celeste.

El cuadro cementero encontró a esa dupla que anheló durante tanto tiempo con las incorporaciones de Roberto Alvarado y Elías Hernández. Son el motor ofensivo de este equipo que aparecen hasta en los momentos más apremiantes para impulsar a los suyos al siguiente nivel.

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Cuando en Cruz Azul el juego de conjunto se llega a atascar por momentos, Hernández y Alvarado salen al rescate. Han brindado ideas frescas y revoluciones nuevas a un equipo que tiene estrella en esta campaña, sobre todo si se trata de jugar en casa frente a su gente.

El Veracruz, con Juvenal Olmos por primera vez en el banquillo en el torneo, fue más complicado de lo esperado, al menos en la primera hora de juego. Los Tiburones pusieron resistencia, atacaron y por poco dan un susto mayor a un equipo que duró 409 minutos sin recibir un solo gol hasta que apareció Bryan Carrasco a anotar desde los once pasos.

La Máquina lució de nuevo en el Azteca, pero tardó para ello. Primero echó mano de un yerro arbitral para dar con las redes. Fue una extraordinaria jugada que terminó con una volea de Alvarado para vencer a Gallese, pero que quedó manchada por la salida por banda del balón que no apreció el segundo asistente, José de Jesús Baños. Al final los menos culpables fueron los cementeros.

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Para suerte de los jarochos, minutos después llegó su oportunidad también precedida de un error arbitral, pero ahora del central Roberto García Orozco, quien marcó un penalti convertido después por Carrasco.

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El empate supuso un obstáculo para el Cruz Azul que pasó aceite durante algunos minutos. Un cabezazo al poste de Cristian Menéndez y una atajada más de Corona en un mano a mano frente a Jefferson Murillo por poco le dejan cuesta arriba a un equipo que sufrió en defensa, especialmente por el costado de Gerardo Flores, sacrificado por Caixinha en busca de más solidez que al final consiguió con el ingreso de Igor Lichnovsky.

El dúo dinámico volvió a hacer de las suyas. Primero Hernández disparó de fuera del área para doblarle las manos a Gallese y dar una nueva ventaja al Cruz Azul y después, Alvarado puso un centro a la medida a Milton Caraglio para que aumentara la ventaja. Cuando no anota uno, asiste el otro y viceversa. La Máquina dio con la tecla con el par de fichajes recién llegados para esta campaña.

Ya con el Veracruz desahuciado y rendido, un autogol de Rodrigo Noya se sumó a la fiesta celeste en el Azteca, la quinta de manera consecutiva, mientras el equipo avanza directo y sin escalas a la Liguilla.