Messi y Suárez rescatan al Barça en un juego de locos

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(Jordi Blanco, corresponsal) -- La Liga está viva... Y el Barça también. Perdió dos puntos o salvó uno, tal como se quiera ver, después de un partido de locos que comenzó ganando y tuvo perdido hasta el último suspiro, cuando Messi clavó una falta soberbia primero en el minuto 90 y Luis Suárez, en la última jugada del partido, anotó el empate definitivo. 4-4. De locos.

Messi despertó al líder cuando ya nada se esperaba y de una manera inesperada, como si fuera imposible, tal como hace un año sucedió en Sevilla, empató en el último suspiro gracias a Suárez. Un milagro en toda regla después de un partido de locos y en el que el Barça completó una de sus peores actuaciones, sino la peor, de la temporada

El peor Barça que se recuerda, a la altura de aquella pesadilla de Roma la pasada temporada, rozó en Villarreal una derrota que habría sido durísima. El día que su entrenador decidió dar los primeros minutos de descanso a Piqué, la defensa fue un auténtico coladero. Y aún gracias que Ter Stegen salvó hasta cuatro ocasiones claras porque la derrota, ya de por sí histórica, habría podido ser, incluso, humillante.

Se podría explicar en un accidente, en un mal partido o en una 'pájara' pero lo cierto es que el Barcelona entró en abril con el pie cambiado. No perdió, pero en puertas de recibir al Atlético en el duelo que se considera definitivo para la Liga y con la visita a Old Trafford acudiendo al plano, lo sucedido en Villarreal produce sensaciones dudosas.

Ausente de entrada Messi, a quien Valverde concedió descanso junto a Piqué y Rakitic, el Barça entró en el partido con una extraña relajación que cerca estuvo de costarle un disgusto. Samuel Chukwueze aprovechó primero la pasividad de Lenglet en un corner y después el horroroso pase horizontal de Umtiti para, en dos minutos, poner a prueba a un soberbio Ter Stegen, que evitó milagrosamente el gol local... Y le puso las pilas al líder.

Había sufrido de tal manera el Barça en ese comienzo que pareció romperlo todo en un abrir y cerrar de ojos con la magnificencia de Malcom, que en una contra soberbia le regaló el 0-1 a Coutinho a los 13 minutos y apenas tres después logró, de cabeza, el 0-2 a centro de Arturo Vidal. El duelo estaba, o lo parecía, sentenciado.

Mandó de forma inequívoca y firme el Barcelona en el siguiente tramo, con un disparo al palo de Coutinho y un remate raso ajustado de Umtiti que tenía contra las cuerdas al Villarreal, que ni podía soñar con una resurrección. Pero ésta comenzó a gestarse a través de, no podía ser otro, Chukwueze.

Llegándose a los 25 minutos, en otra contra supersónica, se plantó ante Ter Stegen y disparó al palo, recogiendo el rechace y cruzando el balón a la red.

Superviviente el submarino amarillo y asentado el Barça, el partido entró en un toma y daca en el que ter Stegen salvó el empate primero al propio Chukwueze y Asenjó, al límite del descanso, evitó el 1-3 de Luis Suárez.

DE LOCOS

Y si acabó la primera parte dando la sensación de que había mucho que decir, todo se convirtió en una locura tras el descanso. De pronto, en una contra, Ekambi engañó a Ter Stegen, disparando con poco ángulo cuando el alemán esperaba el centro para igualar el partido y provocar el estallido de felicidad entre los aficionados locales, que no se creían tal resurrección.

Pero faltaba aún más... Como se esperaba entró Messi a la hora de partido, para jugar la parte final y sin que tuviera tiempo para tomar las medidas al terreno de juego contempló como Busquets perdía un balón en la zona de medios y la contra supersónica acababa con una asistencia de Morlanes a Iborra, cuya entrada entre los defensas azulgranas desembocó en un disparo raso y ajustado que superó a Ter Stegen y puso el 3-2 en el marcador. Para no creer.

Derrumbado y alucinado a partes iguales, el Barça, invicto desde noviembre cuando le ganó el Betis en la jornada 12, no tuvo capacidad futbolística para reaccionar al golpe. Al contrario, mientras Messi intentaba encontrar a Suárez y revivir a Malcom, su centro del campo hacía aguas, inoperante ante la velocidad de los rivales, y convertía cada llegada al área de Ter Stegen en una pesadilla.

Tal fue así que el alemán sacó una mano milagrosa para evitar el 4-2 a los 68 minutos, en un disparo desde la frontal del omnipresente Chukwueze que rebotó en Umtiti y que tras tocar con su mano se estrelló en el travesaño. Y es que buscando el empate el Barça, parecía incluso llevar más peligro cierto el Villarreal...

Reaccionó Valverde dando entrada a Rakitic y Aleñá para retomar el control, o al menos parecerlo, en el centro del campo pero siguió siendo el partido una pesadilla para el Barça, impotente para imponer cualquier síntoma de personalidad propia y entregado al vértigo de mala manera.

Y de mala manera se hundió encajando el 4-2, con un pase profundo de Morlanes que dejó señalados a Umtiti y Lenglet para que Bacca se plantase ante Ter Stegen, salvase su salida y marcase a puerta vacía. La locura.

Desarmado y sin respuesta, al líder apenas le quedaba apelar al milagro personalizado por Messi. El argentino marcó un golazo, de falta, en el minuto 90 y le regaló un pase de oro a Jordi Alba en el descuento que salvó Asenjo. Con todo se fue arriba... Y Luis Suárez, en el último suspiro, igualó. De locos.