Con un golazo de Griezmann, Atlético logró su primera victoria en La Liga

(Paola Núñez / Madrid) -- Atlético de Madrid comenzó por sacar brillo a sus campeones del Mundo. Antoine Griezmann, Lucas Hernández y Thomas Lemar compartieron el trofeo conquistado con Francia, su selección, a la afición rojiblanca en los instantes previos a su estreno liguero en casa.

El Wanda Metropolitano lo celebró con entusiasmo; con el orgullo de ser el único de la Liga que puede presumir de tener a tres Campeones de Rusia 2018 en sus filas. Y con estruendo. Como si el Atlético, en plena época de bonanza, necesitase recordarle al mundo que se ha mudado al barrio rico. Que ha dejado de ser un intermitente, y un tanto refrescante, tercero en discordia, para formar parte de los punteros.

Ya recordárselo a sí mismo, le cuesta más.

El Atlético de Madrid, que no escatimó en refuerzos para iniciar la temporada con el mejor plantel en su historia, acabó recurriendo a sus viejas armas. A lo probado y lo seguro.

64 minutos se tardó en abrir la puerta ante el modesto Rayo Vallecano, que ha vuelto a Primera División después de dos años. Con sus limitaciones, pero con mucha dignidad, Rayo hizo lo que pudo por cubrirse bien las espaldas e intentar sorprender a la defensa rojiblanca.

Lo primero casi le sale. De no ser por un tiro de esquina producto de la enésima llegada de Ángel Correa - que, dicho sea de paso, empieza a opacar hasta a Diego Costa, tanto en su aportación ofensiva como en su entendimiento con Antoine Griezmann.

Después de cuatro intentos perfectamente olvidables, el Atlético acertó en su oportunidad más clara y de la forma que mejor le acomoda. Una jugada de estrategia, un balón que queda muerto después de un mal remate, y la agilidad de Griezmann que no duda en empujar el balón hasta el fondo de la red.

Con eso tuvo el Atlético de Madrid, que no es muy dado a derrochar en goles cuando no se le exige de más.

Derribar el muro frente a Jan Oblak, tarea difícil habitualmente para cualquiera, ya fue imposible para los de Michel. Rodrigo, a pesar de sus fallos en los cobros, portó el '14' con bastante dignidad en el juego defensivo y sin desentonar con la zaga.  Ni siquiera un cambio obligado de Simeone por la lesión de Juanfran, al minuto 35, les facilitó la labor. Al contrario. Con Thomas en la cancha, Atlético no sólo conservó la solidez defensiva, añadió agresividad y profundidad al ataque por banda derecha.

Sí; Thomas, un mediocampista reconvertido de emergencia, pues Santiago Arias, quien llegara del PSV como recambio para el lateral español, ni siquiera fue a la banca. Simeone, en su línea, no da oportunidades porque sí. Ni siquiera por el precio.

Y la jugada le salió a pedir de boca.

Aún a pesar del cansancio en la recta final, el Atlético no permitió un solo disparo a puerta en casi 90 minutos. Para cuando sucedió en el último minuto, como es costumbre en el Wanda, ahí estaba Oblak, cumpliendo casi religiosamente con la cuota de, al menos, una salvada espectacular por partido.