Tottenham acompaña al Barça a Octavos

Dembéle festeja contra Tottenham
Dembéle festeja contra Tottenham
Getty Images

BARCELONA (Jordi Blanco, corresponsal) -- El Barça alcanzó los 29 partidos como local sin perder en el Camp Nou, igualando el record del Bayern de Múnich, y solventó con solvencia una última jornada de trámite... que para el Tottenham era a vida o muerte. Marcó un golazo Dembélé e igualó cerca del final Lucas Moura. 1-1 que le acabó sabiendo a gloria al equipo inglés, beneficiado por el tropezón imperdonable del Inter en San Siro.

Pasaron los Spurs junto al Barça después de un partido serio de los azulgranas, a pesar de las ausencias de peso en su alineación y se quedó en la calle, desplazado a la Europa League, el Inter tras ser incapaz de remontar el inicial gol del Chucky Lozano y no pasar del mismo empate del Camp Nou.

Fue una noche intensa porque ante un Tottenham obligado a no especular y que salió con todo, Valverde respondió dejando en el banquillo a medio equipo titular, con Messi al frente, y mandando a la grada a Luis Suárez. Dio a pensar que era mucha la concesión a los Spurs pero los futbolistas a quienes dio la responsabilidad el entrenador azulgrana respondieron al reto.

Descomunal en su presentación, obligado a ganarse un nuevo perdón del público, Dembélé se puso manos a la obra de inmediato y en pleno asedio del Tottenham se montó en primera persona un contragolpe magnífico que definió con un gol antológico.

Perdón sin paliativos. El francés lo celebró con éxtasis y fue hundido en una torre humana por todos sus compañeros, quienes mostraron de esta manera el apoyo que mantiene el número 11 en el vestuario. Al 1-0, apenas cumplidos siete minutos de partido, le sigueron buenas noticias para el Tottenham, conocedor del gol del Chucky Lozano en San Siro que facilitaban su pase a octavos...

Pero ese gol del PSV que condenaba al Inter no rebajó la intensidad de los Spurs, decididos a buscar de la manera más rápida la portería de un Cillessen que salvo una ocasión de oro a Son y demostró, una vez más, sus excelentes condiciones convirtiéndose en uno de los protagonistas de la noche.

El Barça buscó la calma y el Tottenham la urgencia. Ausente Busquets del centro de operaciones, Rakitic y el reaparecido Arthur se repartieron la tarea de conducir el juego azulgrana ante la presión, en ocasiones desordenada, de un rival tan consciente de la dificultad del reto como entregado a la pelea por conseguirlo.

SEGURIDAD

Invicto como local en Champions desde mayo de 2013, cuando le derrumbó el Bayern en una semifinal de infausto recuerdo, el Barça sumaba hasta este martes 28 partidos de la máxima competición sin conocer la derrota en el Camp Nou y si eso ya era una señal, mala, un aviso, para el equipo de Pochettino, recordar que el útimo equipo inglés que asaltó el estadio fue el Liverpool... en 2007, ya le avisaba de la dificultad de la misión.

Consciente de que podía llegar en cualquier momento un gol del Inter en San Siro que le eliminase, el Tottenham multiplicó su intensidad en la segunda mitad y ni la entrada de Messi en el campo le hizo variar de planteamiento, acercándose cada vez con más intencionalidad a la portería del magnífico Cillessen.

Respondió por arriba y por abajo, de lejos y a bocajarro el portero holandés mientras la depresión se apoderaba de los ingleses al conocer el gol de Icardi que le daba la igualada y el pase a octavos... Hasta que Lucas Moura igualó cerca del final y despertó la euforia de los ingleses, que acabaron clasificados gracias a ese milagroso empate en San Siro.