El Atlético asegura su boleto a octavos sin lucirse ante Mónaco

MADRID (Paola Núñez | ESPN Digital) -- El Atlético de Madrid trató al Mónaco con algo de benevolencia. No mucha. Suficiente para asegurar su pase a octavos de final de la Champions League con una victoria por 2-0 conseguida sin mucho esfuerzo y sin humillar. En 25 minutos resolvió el encuentro gracias a los goles de Koke y Griezmann y el resto del tiempo se dedicó a pelotear. O a no arriesgar de más, según se mire.

El técnico del Mónaco, Thierry Henry, se guardó a Falcao y envió a la cancha a un puñado de juveniles para enfrentar a uno de los equipos con más oficio del torneo.

OSCAR DEL POZO/AFP/Getty Images

El Mónaco necesitaba más que un milagro para sacar el partido adelante. Y si no lo sabía, Koke se encargó de aclararle las ideas antes de que se cumplieran dos minutos de juego.

El primer robo del Atlético en la media, acabó en un disparo de Koke desde la frontal que supuso el 1-0 después de que el balón rebotara en un defensa rival.

El Atlético, con muy poco, le había tomado la medida a los jóvenes de Henry. Se sabían desbordados. También que acabaría en goleada si no se replegaban, pese a la manía rojiblanca de economizar en goles.

Mónaco se congeló. Atlético, viéndose aplastantemente superior, se dedicó a juguetear con la comida. Por ahí llegaban Lemar o Griezmann de tanto en tanto para probar a Benaglio, pero sin mucha prisa.

Así transcurrieron más de 20 minutos hasta que el Atlético tuvo campo abierto para lucir las virtudes de Correa y Griezmann. En una vistosa acción el argentino se coló en el área con balón controlado y aprovechando la terrible colocación de la defensa aguantó lo necesario para que el francés se acomodara para recibir y poner el 2-0 con toda la tranquilidad del mundo.

En la otra puerta, Oblak contemplaba en calma. Pasaron 45 minutos antes de que viera el balón pasarle relativamente cerca en un cobro de falta del rival que se fue desviado.

Mónaco no volvió a tener una oportunidad hasta que Henry envió al Tigre a la cancha.

El Metropolitano despertó para dedicarle una sonora ovación al delantero. Tal fue la huella que dejó en apenas dos años en el club.

Atlético también salió del letargo y, si acaso por prevenir, buscó el tercero. Lo tuvo cerca Thomas con un disparo lejano que se fue demasiado elevado y también Griezmann, antes de que, como suelen, se complicaran la vida sin motivo. Con menos de diez minutos en el reloj, Savic vio su segunda amarilla por una mano dentro del área que además le dio a Mónaco una oportunidad de oro de marcar el del honor desde el punto penal.

Pero la suerte de los franceses acabó ahí. Falcao, el hombre que había acaparado todas las miradas desde la víspera, la máquina de hacer goles en su otra vida, la rojiblanca (70 en 91 partidos), erró el disparo.