Atlético de Madrid cobra venganza ante el Borussia

Correa e Saúl foram destaques do Atlético no jogo contra o Dortmund
Correa e Saúl foram destaques do Atlético no jogo contra o Dortmund
David Aliaga/MB Media/Getty Images

MADRID -- (Paola Núñez, corresponsal) -- Atlético de Madrid tuvo su revancha. El conjunto rojiblanco venció por 2-0 al Borussia Dortmund en la cuarta jornada de Champions League para volver a la pelea por el liderato del Grupo A.

Saúl, en su infinita ambición, apareció en el momento preciso para reconducir el camino del Atlético justo cuando comenzaba a perder la fe. Griezmann, con una muestra de talento más, puso el broche dorado a una ansiada victoria del Atlético de Madrid.

Atlético no estaba dispuesto a dejarse humillar dos veces. A pesar de las sensibles bajas de Diego Godín, Koke, Diego Costa y Thomas Lemar; de saber que Giménez, renqueante durante toda la temporada, jugaba al límite, o del momento irregular en el juego de algunos elementos clave, sabía que tenía que hacer lo que más le cuesta. Tomar la iniciativa y evitar a toda costa que el Borussia Dortmund lo ahogara de nuevo con la pura velocidad propia de un cuadro joven o talento en bruto de sus jugadores estrella.

El 4-0 con que el cuadro rojiblanco volvió de Alemania fue una dura lección. Y no podía dejar lugar a duda de haberla aprendido al detalle. Empezó ejecutando el plan casi a la perfección, al menos en defensa. Anulando a Alcácer y Pulisic adelante y frenando a los hombres de las bandas a como diera lugar, así fuera a patadas. Así se llevó varios recuerdos Acharf, el más habilidoso de los laterales del cuadro alemán. Y aunque por ahí se descolgaba Marco Reus de tanto en tanto, no lograba inquietar a Jan Oblak.

El problema del Atlético vino cuando quiso capitalizar su dominio.

Correa y Kalinic, en perfecta comunión con Griezmann, se abrían camino como podían. El croata haciendo una inmensa labor de sacrifico y el argentino buscando el modo de fusilar a Bürki. La zaga del Borussia, que llegó al Wanda sin haber encajado un solo tanto en Champions, no era ni la sombra de la que aniquiló al Atlético hace dos semanas.

Pero todo ese esfuerzo parecía en vano. Correa se coló una y otra vez en el área del suizo solo para ver un par de oportunas atajadas en primera fila. Falló también Griezmann, que solo atinó a intentarlo con un par de disparos desviados. Se desesperaban los alemanes, que no veían como frenar la avalancha, y todavía más los locales. Aumentaba la tensión. Y las patadas.

Hasta que a la media hora, vino Saúl a hacer lo suyo. Poner orden. En la enésima llegada rojiblanca, el '8' le pegó de primera a un pase de Filie para poner el 1-0.

Pasarían 15 minutos más antes de que el cuadro alemán realizara un solo disparo.

Saúl pudo poner el 2-0 antes del descanso, pero se apresuró demasiado y el disparo salió desviado.

El partido se empezó a hacer cuesta arriba tras el descanso. Giménez dejó la cancha por problemas físicos y a falta de elementos, Simeone envió a Montero apenas iniciar la segunda mitad. El canterano no desentonó a pesar de que el Atlético batalló un poco más para mantener a raya al Borussia - si bien tuvieron pocas oportunidades, pues el Atlético no cedió del todo el control ni dejó de buscar el segundo hasta que Griezmann, que ya llevaba rato intentando marcar un gol para celebrar sus 50 partidos de Champions League, se salió con la suya.

Un gol casi marca de la casa, en un contrataaque y aguantando el balón todo lo que pudo hasta burlar a la defensa para batir a Bürki con un disparo cruzado.

Lo celebró con ganas. Encarando al fondo donde se colocó la afición rival y agarrándose el escudo con furia. "¡Vamos!" gritaba el francés, que portaba el gafete de capitán y que sabía que acababa de escribir su nombre en la historia rojiblanca al convertirse en el primer jugador del Atlético de Madrid en marcar 20 goles europeos.