Lionel Messi mantiene líder a un Barcelona de hierro

(Jordi Blanco) - Leo Messi no vivió su mejor noche en el Wanda Metropolitano... Pero cuando el tiempo acababa, cuando el 0-0 se daba como resultado imposible de variar, apareció para combinar con Luis Suárez y lanzar un zurdazo esplendoroso desde el borde del área que acabó con la resistencia del Atlético. En el momento oportuno, en el lugar adecuado, en la situación imprescindible, Messi le dio la victoria al Barça en una noche de locos. En un partido enorme. En una guerra magnífica.

Lionel Messi celebra su gol ante el Atlético de Madrid.
Lionel Messi celebra su gol ante el Atlético de Madrid.
Rico Brouwer/Soccrates/Getty Images

El Barcelona ya sabe ganar en el nuevo estadio del Atlético de Madrid y lo hizo en un momento trascendental de la temporada, descabalgando a los de Simeone a principios de diciembre y dándole a entender al Real Madrid, cuyo liderato fue efímero, que por algo es el campeón.

Sin brillar más de la cuenta ni unos ni otros, se disfrutó de un partido soberbio bajo la lluvia. Y ahí un Barça de hierro mostró el músculo que le reclamaba Valverde. Salvado de entrada por un majestuoso Ter Stegen, encontró el gol en el momento oportuno. Y ganó por insistencia, dureza y solvencia.

Apareció desbocado el Atlético bajo el diluvio, encerrando a un Barça impotente y asolado, al que salvó el poste de un autogol de Junior Firpo a los seis minutos y Ter Stegen, a los 19, tras un remate fácil de Mario Hermoso. En veinte minutos el equipo colchonero había rematado hasta en cinco ocasiones a meta, mientras a los de Valverde les costó 26 encontrar a Oblak, en un disparo inocente de Rakitic que, al menos, comenzó a cambiar el guión del juego.

Comenzó a posicionarse mejor el campeón, a controlar el partido con una teórica pero falsa parsimonia, penalizado por la irregular prestancia de Messi y la discreta de Griezmann, pero apoyado en el buen desempeño de Arthur en la conducción, bien apoyado por De Jong y Rakitic, sustituto de Busquets en el mediocentro y que le fue dando el control al Barça, obligando a replegarse a un rival que se acostumbró a jugar más a la contra y reservándose la presión alta para mejores momentos.

La recta final del primer tiempo fue de órdago. Comenzó un zambombazo de Suárez que se marchó fuera, siguió con un nuevo paradón, sublime, de Ter Stegen al cabezazo de Morata y acabó con un remate de Piqué al travesaño, con un ritmo endiablado... que aún fue a más en la segunda mitad.

El Barça estaba ya cómodo al acabar el primer tiempo y siguió mandando al comenzar el segundo. Firme bajo el mando de Arthur, adoleciendo de remate pero más decidido a buscar la victoria a través del juego que un Atlético que permaneció fiel a su idea de jugar a la contra, avisando con rapidez pero sin provocar los sustos de antaño a Ter Stegen.

Tuvo la suya Griezmann, tan pitado por el público como intrascendente, que lanzó una volea por arriba y atajó Oblak un remate de Suárez antes de que Piqué, lesionado tras una durísima entrada de Vitolo a quien el árbitro perdonó la expulsión (segunda amarilla), tuviera que dejar su lugar a Umtiti.

Antes Valverde ya había metido mano al equipo, dando entrada a Arturo Vidal en lugar de Arthur para perder seriedad la salida de balón y ganar vértigo... Aunque no daba la impresión que nadie fuera capaz de romper la igualdad.

Hasta que llegó Messi. Impreciso en ocasiones e irregular durante 85 minutos, el argentino se fue en diagonal, combinó con su amigo Suárez que le devolvió de primera y sin pensar nada soltó un zambombazo enorme. 0-1 y tres puntos de oro para el campeón.