Barcelona se venga de Valencia en la noche de Ansu Fati

Ansu Fati brilhou no Camp Nou
Ansu Fati brilhou no Camp Nou
Getty Images

(Jordi Blanco, Barcelona) -- El Barcelona del pasado, de un pasado lejano, fue un conjunto que durante varios años convirtió el Camp Nou en un fortín donde acostumbraba a machacar a los rivales para convertirse lejos de casa en un equipo del montón. Que tanto podía perder en Burgos como en Málaga, Salamanca o Elche. Cuatro jornadas parecen muy poco tiempo para imaginar un escenario parecido, pero el Barça de Valverde, de momento, ha mostrado una imagen que recuerda a ese pasado lejano.

Vulgar en Bilbao e intermitente en Pamplona, el campeón se dejó cinco puntos en dos salidas para, entre una y otra, exhibirse frente al Betis sin echar en falta a Messi, a quien suplica el regreso a voces para que le desatasque lejos de casa... pero en su segundo partido como local volvió a mostrar su imagen intachable, machacona, rocosa y de fútbol durante muchos minutos magnífico. Y le dio para vengar su derrota en la final de Copa ante un Valencia al que acabó por desarbolar, goleándole por 5-2 en una noche que será recordada por la eclosión de Ansu Fati.

Con una presentación endiablada el Barça arrodilló al Valencia en un abrir y cerrar de ojos. Sus dos primeros remates a puerta acabaron en la red de Cillessen, quien ni en sus peores pesadillas imaginó tal calvario. Fati y De Jong se encargaron de todo por dos veces. Primero asistió el holandés para el gol del canterano y después se intercambiaron los papeles, regalando el descarado joven una asistencia de oro tras una jugada sensacional por la banda izquierda.

Herido pero no muerto, el Valencia de Celades mantuvo el tipo de la mejor manera posible, muy alejado de la solvencia que tenía el equipo bajo el mando de Marcelino pero sobreviviendo en el alambre hasta que cerca de la media hora Gameiro, asistido por Rodrigo y validado por el VAR, recortó las distancias.

Entretenido el público con su nueva estrella, el campeón perdió fuelle colectivo por más que su centro del campo, formado por el toque de Busquets, De Jong y Arthur, le daba la agilidad necesaria para que la circulación de balón fuera tanto la esperada como la deseada.

MACHAQUE

Así pudo acabar todavía con esperanza el Valencia la primera mitad... Para entregarse a la fatalidad en la segunda. La fortuna le dio la espalda a Cillessen en un disparo lejano de Griezmann, cuya movilidad y juego al primer toque se entiende mano de santo en este equipo, que tras estrellarse en el palo por debajo del cuerpo del meta holandés acabó con el remate a placer de Piqué, provechoso como no podía imaginar de su excursión temeraria al ataque.

A partir de aquí ya bajó los brazos el equipo de Celades, impotente ante el rondo del Barça y suplicando, parecían sus jugadores, llegar al final de la mejor manera. Pero no contaban con la despedida con honores de Ansu Fati que daba paso a la media hora final con Luis Suárez.

Reservado de entrada por Valverde, el uruguayo entró en el minuto 60 y en el 61, en su primera intervención, recibió un balón de Arthur para soltar un remate bestial que sorprendió a todo el mundo y que se convirtió en el 4-1

Aún tuvo tiempo Suárez de marcar otro golazo, a pase de Griezmann, y de ver como un pase suyo al francés no era gol por la rápida salida de Cillessen, aclamado por la afición del Barça y masacrado por sus ex compañeros, que aún concedieron un gol en tiempo añadido a Maxi Gómez para repetir, tal cual, el 5-2 con que venció al Betis.

Diez goles en dos partidos suma el Barcelona en el Camp Nou. Dos exhibiciones que muestran su poderío inmenso, su electricidad y solvencia. El martes, en Dortmund, muy posiblemente sin Messi, deberá demostrar que lo sucedido en Bilbao y Pamplona fue simplemente accidental. Y que este Barça de 2019 no tiene nada, nada que ver con aquel de tantos años atrás.