Cádiz le empató y complicó un poco más al Valladolid

(EFE) -- El Real Valladolid sólo pudo sumar un punto tras cambiar, de manera rotunda, tras la reanudación, mostrando ese temor que les hace dudar y cometer errores y que supo aprovechar bien el Cádiz para empatar un partido que había sido dominado por los locales en la primera mitad (1-1).

Con numerosos cambios en sus filas, ambos equipos saltaron al terreno de juego con la intención de controlar el balón. Fue el equipo local el que se hizo con los mandos del juego en los primeros compases, ya que su necesidad de victoria se hizo aún más acuciante tras la victoria del Elche ante el Levante.

El lateral del Cádiz habló de sus deseos de vestir la camiseta de Uruguay y se esperanza: "Espero con ansias la lista".
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EFE

Los vallisoletanos combinaban bien, se mostraban serios y organizados y ya Óscar Plano lograba un potente remate aunque demasiado centrado, en el minuto 5, que detuvo el meta gaditano. Poco después fue Weissman el que dispuso de una gran ocasión para inaugurar el marcador, pero también se topó con un valiente Ledesma.

Ese empuje merecía recompensa, y esta llegó en el minuto 14, con un gran gol de Óscar Plano, quien definió a la perfección con la izquierda, tras una buena asistencia de Weissman dentro del área. Un importante tanto para los locales que sabían, sin embargo, que había mucho por hacer para no caer en el mismo error de siempre.

El Real Valladolid cerraba bien sus líneas, impidiendo cualquier acercamiento del cuadro andaluz y, además, producía y creaba peligro. De hecho, pudo ampliar el resultado Joaquín; aunque su remate, con el hombro, salió desviado. La imagen y las sensaciones que ofrecían los de Sergio González eran muy positivas.

Con ese evidente dominio de los vallisoletanos y la ventaja en el marcador, se llegó al descanso. Estaba claro que el Cádiz tenía mucho que mejorar y, con ese objetivo, reanudó el juego, mostrando más mordiente ofensiva, presionando más, en busca del fallo de los vallisoletanos.

Cervera movió sus piezas en primer lugar. El nerviosismo ya comenzaba a aparecer entre los locales y éste derivó en una mala resolución de un córner, que permitió a Juan Cala empatar el encuentro, ante la frustración de Sergio González en el banquillo, que veía cómo, una vez más, se repetía la historia.

Ese tanto espoleó a los andaluces, que metían aún más presión sobre los jugadores locales, anulando cualquier opción de estos de controlar el juego, de crear peligro. Desaparecían los apoyos, se refugiaban en balones largos, lo que podía favorecer los errores, y el Cádiz permanecía muy atento a esa falta de temple del rival.

A los vallisoletanos no les valía el punto. Y trataron de variar la dinámica de la segunda mitad, pero había más intención que efectividad ante un Cádiz que se mostraba cómodo en el césped y más preciso que los locales, que se volcaban en su lucha por aumentar la renta.

Guardiola tuvo una buena oportunidad, pero Akapo se adelantó a su remate y lo desvió antes de que pudiera llegar a las manos de Ledesma. No hubo tiempo para nada más por lo que, al final, los puntos se repartieron de manera equitativa entre dos equipos que también compartieron el dominio del encuentro.