Dani Olmo rescata a España

KIRILL KUDRYAVTSEV/AFP via Getty Images)

(Jordi Blanco) -- España pasó del susto al alivio en Georgia. Un gol de Dani Olmo en el último suspiro le dio la victoria (1-2) al equipo de Luis Enrique después de un partido que pasó del pasmo a la desesperación, pasando por el susto y sin olvidar, ni a pesar del resultado, la preocupación. Ganó España después de empezar perdiendo y tras completar una primera mitad muy triste tras la que acabó por debajo y necesitada de remontar.

Lo hizo mostrando una cierta mejoría, no demasiada, tras el descanso, aprovechando tanto el cansancio local como, sin duda, la fortuna que iluminó el gol de la victoria y que llegó, en tiempo añadido y gracias a un error inexplicable del meta local, que manchó de esta manera una actuación más que notable. Ganó España... Pero no gustó.

Yn es que ee busca y no se encuentra una selección española a la que Luis Enrique renueva con decisión pero sin resultados. Ni en el juego ni, lo más alarmante a cada día que pasa, en el marcador. El técnico asturiano resolvió conceder descanso este domingo a Sergio Ramos y dar la alternativa en el once inicial a Pedri y Bryan Gil. Regresó Sergio Busquets al equipo titular y quiso, de entrada, tener el control del juego, esperando que el animoso comienzo georgiano fuera disminuyendo con el paso de los minutos y que su superioridad impusiera la lógica, en fútbol y, claro, en el marcador... Pero no resultó como se esperaba. Ni mucho menos.

A una excelente atajada de Loria a los diez minutos al remate de Ferran Torres respondió a los 17 Unai rechazando un cabezazo mortal de Giorbelidze y desde ahí, poco después del primer cuarto de hora, comenzó a comprender España la dificultad de la empresa, enfrentada a un rival crecido, sin nombres pero con orgullo, sin palmarés pero con ganas y que a base de ímpetu, rapidez y organización en defensa la maniató sin discusión.

REACCIÓN... Y MILAGRO

Fue una primera mitad para olvidar. Más aún, para enterrar a partir del gol de Kvaratskhelia cuando se alcanzaba el descanso y que conducía a los de Luis Enrique desesperados hacia el vestuario. Sin soluciones ni capacidad, España estaba en la lona de manera tan inesperada como justa a lo visto en el campo.

Resolvió el seleccionador español dar un paso al frente con la entrada de Dani Olmo tras el intermedio y le costó apenas diez minutos trasladar al luminoso su amplio dominio, con el empate de Ferran Torres rematando un centro pasado de Jordi Alba que daba a pensar en una lógica remontada.

Pero esa remontada no se observó por ningún lado. El dominio cada vez mayor, acentuado con la entrada de Thiago Alcántara, no se tradujo ni en oportunidades claras ni mucho menos en claridad de ideas. Un ataque prácticamente por asalto, sin orden y en el que los jugadores buscaban de cualquier manera la portería georgiana, daba a pensar en un segundo empate que se aventuraba peligroso en su clasificación para el Mundial.

Se rozaba este drama, en el peor comienzo de una fase de clasificación mundialista que se recuerda, cuando, cumplidos dos minutos de los cuatro de añadido que concedió el árbitro, Dani Olmo soltó un disparo lejano, por alto, que siendo potente no parecía ofrecer más dificultades para Giorgi Loria... Pero al meta de Georgia, de manera inexplicable, se le escurrió el balón entre las manos y acabó en la red.

Milagro, tal cual, y victoria trascendental. Ganó España abrazada a la suerte y para respirar aliviada ante un empate que sospechaba dramático y del que escapó en el último suspiro.

Futbolísticamente, sin embargo, la selección de Luis Enrique deberá, sin excusas, mejorar. Y mucho.