Gana México; una victoria para lucrar con el autoengaño

El Tri de Martino goleó por 4-0 a Irak y rescató una tregua mediática con una de sus mejores exhibiciones.
El Tri de Martino goleó por 4-0 a Irak y rescató una tregua mediática con una de sus mejores exhibiciones.
EFE

GIRONA (Rafa Ramos) - Irak resultó ser el sparring perfecto, pero en lo futbolístico o lo estratégico. México mantuvo inmaculado el color perla de su uniforme y rescató una tregua mediática con una de sus mejores exhibiciones ante el peor de sus patiños. El marcador, ese 4-0, avergüenza más al ganador que al perdedor y es un patético desbalance ante la sustancial diferencia en la cancha.

El Tri no tiene la culpa. Si el adversario llegaba entre el desconcierto, la incertidumbre y el desgano, como efecto de su eliminación mundialista y el sacrificio inmisericorde de cuatro entrenadores, sólo le quedaba aprovecharse de ello. Y abusó.

¿El beneficio para el Tri? Lucrar con el autoengaño. Cierto, también tratar de encontrar un pivote de salida con el balón. Esa tarea es de Edson Álvarez, pero lo importante era ver si Charly Rodríguez y Luis Chávez podían ser el cauce necesario, hasta con un Héctor Herrera, cuyo forcejeo ocasional fue lamentable física e intelectualmente.

Obvio: ninguno de los adversarios de México en el Mundial semeja siquiera a la opaca misión iraquí, ni siquiera a una Arabia Saudita de presión alta, o a una Polonia de doble trinchera y poderosa transición. ¿Argentina? Es de otro menú, delicatessen.

Muy superior desde la primera maroma del balón. Al minuto tres, Jesús Gallardo con total libertad, hasta levanta la vista para citarse con Alexis Vega en el área. Barriéndose y de botepronto firma su quinto con el Tri.

Desde la tribuna de prensa, algo era evidente hacia la recta final del primer tiempo: los jugadores mexicanos bostezaban en la cancha. Intentaban desde larga distancia, casi en un acto de cinismo para eludir el forcejeo ante una Irak con una formación aterrorizada, por momentos, de 1-9-1.

El primer tiempo se consumió así, en un letargo absoluto. Los jugadores mexicanos decidieron no arriesgar las piernas ante la inmediatez del Mundial, y los iraquíes quisieron aprobar esa lasitud y laxitud de los mexicanos, pero Alfredo Talavera exageraba sus evoluciones, no por exhibicionismo sino para quemar calorías.

Lo más intenso fue que al término del primer tiempo, el sonido local reprodujo TunderStruck, y poco antes de arrancar la segunda mitad, para evitar que alguno sucumbiera al frío y al aburrimiento.

Ya bajo una pertinaz lluvia de por medio, Gerardo Martino trató de revolucionar a su equipo. Ordenó seis cambios y giró órdenes para que sus laterales le dieran más profundidad, especialmente al ingresar Kevin Álvarez en lugar de Néstor Araujo. Además, entrarían Luis Romo, Erick Sánchez, Jesús Angulo, Rogelio Funes Mori y Uriel Antuna, enviando a un coyotito en la banca a Héctor Moreno, Luis Chávez, Charly Rodríguez, Alexis Vega y Henry Martín.

El 2-0 llega al minuto tres del segundo tiempo. Esta vez por derecha, con Uriel Antuna comenzando su día de campo, y en el remate aparece Funes Mori, superando una marca plena de desdén y falta de energía. Irak sigue siendo una desafortunada comparsa.

Jesús Gallardo. En una noche sin presiones, sin adversario que le provoque estertores por profundidad, corona su noche de festín con el 3-0, con un seco remate a botepronto, a un balón casi huérfano de atención en el área.

¿Y después? Más modorra de México, y una desesperada resistencia de Irak. Nada más. Hasta que al minuto 91 llega un regalito al Tri, un penalti que no desperdicia Antuna. 4-0.

La selección Mexicana cerrará su preparación rumbo a Qatar 2022 el próximo miércoles 916 de noviembre ante Suecia, de nuevo en el Estadio Montivili.