Australia goleó a Uzbekistán y definirá la Copa Asia

TEHERAN -- Australia impuso su mayor experiencia y su poderío físico para derrotar a una decepcionante Uzbekistán (6-0) y plantarse en la final de la Copa de Asia por primera vez desde que en 2006 se uniera a la federación asiática.

Después de haber desplegado uno de los juegos más sólidos del torneo, los centro-asiáticos recibieron un severo varapalo fruto del error de planteamiento de su entrenador, Vadim Abramov, la intranscendencia de su estrella, Server Djeparov, y la expulsión de su delantero, Ulugbek Bakayev.

Dado a mover el banquillo en función del partido, el entrenador uzbeko sorprendió de salida dejando fuera al extremo del Volga ruso, Sanjar Tursunov -una de las claves en la victoria en cuartos- y Odil Ahmedov, mediocampista joven y fino del Pakhtakor Tashkent.

Además, dio una nueva oportunidad en la titularidad a Bakayev, autor de los dos goles en el partido de cuartos frente a Jordania, quien impotente y muy acelerado, enfiló el camino de los vestuarios en el minuto 60 tras dos merecidas tarjetas amarillas.

El plácido camino australiano hacia la final lo inició el veterano delantero del Galatassaray turco, Harry Kewell, a quien muchos en su país querían enterrar.

Pero el tiempo ha dado la razón al técnico alemán Holger Osieck, que defendió la inclusión en el equipo e incluso la titularidad de un hombre cargado de recursos, con una copa de Europa en sus vitrinas, y que agota su carrera con sus últimas gotas de calidad en la exigente liga turca.

Kewell, que hasta el momento lleva tres goles en el campeonato -incluido el que le dio el pase a semifinales a su equipo contra Irak- aprovechó un precioso gesto técnico de Tim Cahill (Everton) para enfilar el área y batir de tiro potente y cruzado al meta Temur Juraev.

Con la ventaja en el electrónico, "los socceros" se asentaron en terreno, aventaron todo tipo de ansiedad y decidieron esperar a su rival, que había planteado otro tipo de partido.

Más curtidos en el control del "tempo" de un choque decisivo, los europeizados jugadores "aussies" impusieron su mayor grado de experiencia y de competitividad para desarmar poco a poco a una Uzbekistán que no terminaba de hallar el nivel que le ha llevado hasta las semifinales.

La puntilla para los hombres de Abramov llegó en el minuto 34 de partido, cuando los australianos impusieron su mayor fortaleza física y poderío aéreo para abrir una brecha de dos goles que a tenor del juego parecía insalvable.

El gigante central Sasa Ognenovski (1,95 metros) fusiló a placer un balón que quedó suelto en el área al saque de una falta desde el lateral.

La segunda parte comenzó con la misma tónica, aunque poco a poco los uzbekos, ya sin nada que perder, comenzaron a encerrar a su rival y a crear cierto peligro en el área.

A ello ayudó la rectificación tardía de Abramov, que dio entrada primero a Ahmedov -que tomó la manija del juego y liberó a Djeparov- y después Tusunov, que comenzó a percutir con insistencia por su costado.

Osieck respondió con una inteligente decisión que acabó por cerrar el partido.

Consciente de que los uzbekos irían tumba abierta, retiró a los siete minutos a Kewwll y dio entrada al rapidísimo Robbie Cruse, que se convertiría en la flecha de los mortales contraataque de los "socceros".

En esta coyuntura, llegarían los minutos definitivos del partido. En el 64, una contra muy bien llevada por la vanguardia australiana permitió al lateral del Blackpool inglés, David Carney, hacer el tercero.

Un par de minutos después, Bakayev vería su segunda tarjeta amarilla por encararse con un defensa en el área.

Y en el 66, Mark Schwarzer, portero del Fulham, metió un mano prodigiosa a tiro de Ahmedov, que podría haber metido a los centro asiáticos aún en el partido.

De ahí hasta el final, con un equipo uzbeko roto y desorientado, los "socceros" pudieron ampliar el marcador de forma escandalosa si no hubiera sido por su falta de tino y la excelente actuación de Juraev.

Brett Emerton, centrocampista del Blackburn Rovers inglés que regresó al equipo mediada la segunda mitad tras un encuentro de sanción, hizo el cuarto.

Los otros dos fueron obra de Carl Valeri, del Sassuolo italiano, y del propio Cruse, que redondeó así su buena actuación.

Australia se enfrentará el sábado en la gran final a Japón, que derrotó en los penales a Corea del Sur en un partido muy bien jugado por ambas escuadras.

El choque tendrá aroma de venganza, ya que los "samuráis azules" dejaron sin final a los "socceros" en 2007, año de su debut en la Copa Asia.