Santos es campeón del Clausura 2012, después de vencer a Monterrey 2-1

TORREÓN (ESPNdeportes.com) Luego de tres intentos en dos años y medio, por fin el Santos se corona en el futbol mexicano. Esta noche el poderío ofensivo mostrado durante todo el Torneo Clausura 2012, le llevó a un triunfo apretado por 2-1 en una frenética final que perdió ante un Monterrey que nunca se sacudió el desconcierto que le provocó el gol tempranero de Daniel el Hachita Ludueña.

En el estadio de Santos, el conjunto lagunero se coronó esta noche con goles de Ludueña al minuto 5 y Oribe Peralta, quien anotó al 64 con una brillante combinación con el volante argentino-mexicano. Por los Rayados anotó Aldo de Nigris al 78.

La justicia deportiva le dio por fin al Santos el ansiado título y al mismo tiempo el técnico Benjamín el Maestro Galindo es campeón, después de tres finales disputadas, dos con los laguneros y una más con Cruz Azul.

El primer tiempo fue lagunero; tácticamente mandó durante todo el encuentro, anotando primero y manejando el juego a su conveniencia. En la parte complementaria, agobió el Monterrey en busca del tanto de le acercara en el marcador.

EL GOL TÁCTICO


El juego del "no hay mañana" arrancó a toda velocidad por el lado del Santos, el superlíder, que trataba de hacer valer desde el inicio su calidad de anfitrión y rápidamente le dio resultado.

Sorprendió el Monterrey por dejar en la banca a César el Chelito Delgado, a cambio de Ángel Reyna, los laguneros no se quedaron atrás; sorprendieron también en su segunda jugada ofensiva por parte del colombiano Darwin Quintero, quien al minuto cinco inició el arribo que sería gol al minuto cinco, tras una descolgada por el centro concluida por Ludueña, ambos esquivando rivales para poner adelante al Santos.

Ese gol tempranero que tanto buscan los equipos lo tuvo el dueño de casa.

A los Rayados les costó quitarse de encima el pesar de haber sido superados por dejar sueltos a tan veloces jugadores y su planteamiento estratégico tuvo que modificarse. Esa inicial pasividad se fue diluyendo poco a poco en menos de 15 minutos; fue tomando el terreno de juego, por un lado para sacudirse la desatención y por el otro debido a que el Santos prefirió darle la iniciativa al rival y apretar por momentos, cuando se veía con cierta ventaja.

Los Rayados se pararon mejor, haciendo una marcación más pegada, y comenzó a trabajar su partido, a hacer una labor de sacrificio. Puso en riesgo su meta, si, porque los laguneros no descuidaban tampoco su ataque, mediante contragolpes.

Al equipo que dirige Victor Manuel Vucetich no le salían las cosas. Dos cabezazos sin mucha fuerza de Jesús Zavala y Aldo de Nigris no inquietó mucho la portería de Oswaldo Sánchez.

El juego se cerró mucho luego del gol, los pases largos aparecieron debido a las marcaciones más pegadas y llevar la pelota a zona de peligro era más complicado.

Los Rayados tenían ya más el balón, aunque sin mucha profundidad al frente. Reyna no pesaba mucho; dos centros suyos no tuvieron buen fin. Hacia falta tranquilidad también.

Pero, cuidado, el Santos no se queda atrás. Ludueña filtró a Quintero y este sacó un tiro cruzado, que el portero Jonathan Orozco sacó con las piernas. Hubo desesperación con los visitantes. Humberto el Chupete Suazo reclamó, pues el rival cuando quería apretar creaba peligro, más allá de que Oribe Peralta no aparece, al ser muy bien vigilado hasta por tres jugadores. En cambio, el ataque Rayado no funcionó. Y con el gol de ventaja para el Santos, se fueron los primero 45 minutos.

EL CHELITO, EN ACCIÓN


El Monterrey regresó al campo por todo. Atacó desde el primer minuto. Agobió al Santos, tuvo más tiempo el balón, mandó centros, abrió la cancha, pero le seguía haciendo falta el gol. Y siempre, el panameño Felipe Baloy estuvo presto a despejar con la testa, lo mismo que el portero Oswaldo Sanchez, quien se convirtió en el jugador del partido.

Victor Manuel Vucetich mandó a la cancha al Chelito, quien de inmediato se hizo notar con arribos por la banda derecha, y también el argentino Neri Cardozo.

Los roces en la portería de Oswaldo Sanchez eran constantes. Al minuto 53, Cristian Suarez barrió fuerte, pero limpiamente a Aldo de Nigris, quien pedía una falta en el área que no era.

El Santos no bajó los brazos, pese a permitir que los Rayados se le encimaran. Sabían que así reaccionaría el rival en busca del empate.

Neri remató en un tiro de esquina y Oswaldo sacó con un puñetazo al 59. Del otro lado, Jonathan Orozco hace su parte, saliendo como libero ante un contragolpe lagunero.

Dos avisos previos dio el Santos para marcar una mayor distancia, y todos salieron de los pies de Quintero. Y apareció Oribe, bien marcado en el primer tiempo y ahora libre para recibir una pared de Ludueña y anotar un golazo al minuto 64.

Enseguida le fue anulado otro tanto a Oribe al 66, mientras que los Rayados se mostraban desmoralizados, por tanto esfuerzo sin premio.

El Maestro Galindo movió sus piezas. Sacó a Peralta, lastimado, para darle cabida a Juan Pablo el Chato Rodríguez, cambio indicativo de que seguiría defendiendo con propiedad el parcial triunfo.

El Monterrey, un poco desesperado, no dejó de apretar. Un centro de Reyna remató en el poste que cuidaba Oswaldo, pero el portero apagó el peligroso disparo.

Luego, en una jugada individual De Nigris acortó distancias al 78, lo cual no evitó que los laguneros tuvieron un par de descolgadas más que podrían haber ampliado el marcador, sobre todo al minuto 84 con un tiro cruzado de Quintero que detuvo Orozco. El colombiano tuvo en sus pies el tanto que habría amarrado el título.

El cierre de la gran final cobró mayor emoción. Los Rayados insistían, pero en otra escapada Ludueña quisó madrugar a Orozco desde la media cancha, mandando un disparo peligroso que no llego a buen fin.

Luego De Nigris tuvo el segundo tanto, pero Oswaldo apareció otra vez para salvar su meta. El Santos sufrió, pero es digno campeón por cuarta ocasion.