No repetirá el festejo

BARCELONA -- No hubo milagro. El Barcelona ganó 1-0 en el 'infierno' de Anfield pero el tardío tanto de Gudjohnsen no fue suficiente para un equipo que no supo imponer su estilo de juego y que cayó eliminado en los octavos de final de la Champions League ante un Liverpool que fue superior, sobre todo en la primera mitad.

La historia dice que, en los últimos once años, ningún equipo ha logrado remontar una derrota en casa en la ida de la máxima competición continental y que, desde que la Copa de Europa se juega en el actual formato de la Champions League, nadie ha logrado revalidar título. El Barça hoy no pudo romper ninguna de esas dos estadísticas.

Benítez advirtió en la víspera que su equipo no especularía con el 1-2 del Camp Nou, y no mintió. Con una defensa adelantada, las líneas muy juntas y una presión asfixiante en el centro del campo, el Liverpool ahogó a los azulgrana en la primera parte.

Riise volvía loco a Oleguer por la izquierda y Gerrard entraba como un puñal por la banda derecha, lo que obligó a Iniesta a olvidarse de la creación y retrasar su posición hasta convertirse prácticamente en lateral zurdo para tapar al capitán de los 'reds'.

La defensa de tres centrales planteada por Rijkaard sufría lo indecible para frenar las acometidas del rival, que empezó avisando con dos remates de un incombustible Riise -uno de ellos al travesaño- en los primeros diez minutos.

Arriba, ni Ronaldinho ni Eto'o, que se iban intercambiando las posiciones en ataque, existían, y sólo Messi, aunque haciendo la guerra por su cuenta, daba señales de vida ofensiva para los azulgrana.

A los veinte minutos, el Liverpool tuvo su mejor ocasión para adelantarse en el marcador. Un disparo de Bellamy se encontró con el rechace de Valdés, el balón cayó en las botas de Kuyt, pero su remate volvió a estrellarse en el meta visitante antes de que el esférico llegara esta vez a Riise y Puyol salvara el tiro bajo palos.

Sissoko, desde más de treinta metros, podría haber hecho el 1-0 poco después, cuando se encontró con un regalo de Valdés quien, fuera de su portería, despejó mal el balón, pero éste, en lugar de besar la red, acabó pegando de nuevo en el larguero.

Mientras tanto, el Barça sólo inquietó a Reina en dos jugadas a balón parado durante toda la primera mitad: una falta y un córner que Márquez y Ronaldinho remataron muy desviado.

Y así acabaron los primeros cuarenta y cinco minutos: con el Liverpool perdonando una y otra vez y el Barcelona intentando sacarse el agobio de encima y aportar un poco de tempo a un partido al que, a priori, le debía haber puesto todo el ritmo posible para meterle el miedo en el cuerpo al conjunto inglés.

Los locales salieron en la segunda parte con la intención de echarse algo más atrás y regalar el balón al Barça para sentenciar la eliminatoria a la contra, y el equipo de Rijkaard lo aprovechó para acercarse con más peligro a la portería visitante.

Ronaldinho despertó de su letargo para avisar a Reina en los primeros minutos de la reanudación, con una falta lejana, primero, y con una tiro al palo poco después, que tuvo la réplica del conjunto inglés en sendos intentos lejanos de Gerrard y Kuyt.

Rijkaard dio entrada a Giuly, por un desdibujado Eto'o, y a Gudjohsen por Thuram, y los españoles, que no podían despedirse de la competición en la que defendían título dando una imagen tan triste, lo intentaron hasta la extenuación, aunque con pocas ideas.

A falta de un cuarto de hora para el final, el Barça logró por fin abrir el cerrojo inglés. Xavi fabricó un pase de tiralíneas para Gudjohnsen, que recortó a Reina para poner el 0-1 en el marcador.

Sin embargo, ahí acabó todo el peligro visitante y fue el Liverpool el que más cerca estuvo del gol. Gerrard primero, Crouch después y finalmente Pennant a punto estuvieron de evitar la victoria del conjunto visitante, al que al menos le queda el consuelo de haber caído en la 'Champions' ganando en uno de los mejores escenarios posibles: el estadio de Anfield y ante un pentacampeón de Europa.