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Zlatan Ibrahimovic, Dios está de vuelta... mirando a Catar 2022

Zlatan Ibrahimovic disputó entre el 31 de enero de 2001 (0-0 en un amistoso frente a Islas Feroe) y el 22 de junio de 2016 (0-1 contra Bélgica en la Eurocopa de Francia) 116 partidos con la selección de Suecia.

Tras el torneo continental en tierras galas y mientras se mudaba de París a Manchester, el jugador, entonces de 34 años, dio a conocer su retiro del equipo nacional... Y al cabo de un lustro y después de un regreso frustrado en 2018, anunció, el 16 de marzo, su retorno, convocado por Janne Andersson en el comienzo de la ronda clasificatoria para el Mundial de Catar.

Incombustible y único, el hoy delantero del Milan que presentó ese reingreso al equipo nórdico como 'El regreso de Dios', no se marca abiertamente un objetivo a medio plazo ("puede ser un día, un año o diez años..."), pero a 21 meses de la disputa del Mundial es una evidencia que alcanzar esa cita es el reto mayúsculo, y quien sabe si definitivo, de su extensa y triunfal carrera deportiva.

Para alcanzar ese hito Suecia deberá pelear con España la clasificación directa al torneo catarí (en un grupo que completan Grecia, Georgia y Kosovo) o sufrir una repesca que se sospecha durísima.

Y en caso de lograrlo, Zlatan estaría en condiciones de convertirse en el cuarto futbolista más veterano de toda la historia en disputar una fase final mundialista, superando al portero irlandés Pat Jennings (lo hizo con 41 años cumplidos en 1986) y por detrás del delantero camerunés Roger Milla (42 años en 1990), el meta colombiano Faryd Mondragón (43 años en 2014) y el también portero de Arabia Saudí Essam El Hadary que, con 45 años y 161 días, es el récord absoluto desde el Mundial de Rusia en 2018.

¿Está en condiciones Ibrahimovic de conquistar ese hito? Es difícil dudar de la capacidad del sueco. Pocos apostaban por él cuando el 20 de abril de 2017 y jugando para el Manchester United sufrió ante el Anderlecht en los cuartos de final de la Liga Europa una rotura de ligamentos en la rodilla derecha que le mantuvo siete meses apartado de los terrenos de juego.

Su segunda temporada con los diablos rojos pareció ser el inicio del fin de su carrera al máximo nivel por cuanto al cabo de cuatro meses, en marzo de 2018, rescindió contrato y se mudó a la MLS, incorporándose a Los Angeles Galaxy en lo que se dio a entender como un retiro dorado... Nada más lejos de la realidad.

Marcó 53 goles en 58 partidos con el Galaxy, siendo considerado su mejor futbolista en las dos temporadas que permaneció en California y convirtiendo lo que debía ser ese sospechado retiro dorado en una rebelión en toda regla. "Lamenté llevarlo a la MLS, fue una pérdida de tiempo allí porque debió quedarse en Europa" reconoció hace algunos meses Mino Raiola, el agente que ha conducido su carrera desde que en julio de 2001 lo llevó al Ajax desde el Malmö y que en diciembre de 2019 lo condujo de vuelta al Viejo Continente.

Un mes antes se despidió de Los Ángeles con una de sus sentencias inigualables: "Vine, miré, conquisté. Gracias Galaxy por hacerme sentir vivo otra vez. Para los fanáticos: querías a Zlatan, te di a Zlatan. De nada. La historia continúa... Ahora vuelvan a ver béisbol" y comenzó a hablarse de su nuevo destino en Europa. ¿Retirarse? Para nada. Se especuló con un posible regreso a sus orígenes, al Malmö, y también se habló de la Premier League o, incluso, del Real Madrid... Pero el 27 de diciembre de 2019 se hizo realidad su retorno al Milan, con un contrato hasta final de temporada, ya con 38 años y dispuesto a recordar su primera etapa, cuando en 2011 lideró al equipo rossonero en la conquista de su último Scudetto.

Su reingreso en el Milan fue por todo lo alto, provocando el renacer de la ilusión entre los hinchas del club, anotando 11 goles en 20 partidos y firmando su renovación para la siguiente campaña, la actual, en la que, 17 goles en 23 encuentros, aún suspira por pelear el título con el Inter pero, por encima de todo ello, ha demostrado que con 39 años cumplidos sigue siendo un futbolista a la altura del personaje.

EL ÚLTIMO DESAFÍO

Y, de repente, la selección. Nada hacía pensar en este regreso. Desde que anunció su retirada en el verano de 2016, la remodelación del equipo nacional sueco le había dado para clasificarse para un Mundial tras dos ausencias consecutivas, alcanzar los cuartos de final en Rusia, ascender a la Liga A de la Nations League o clasificarse para la Eurocopa perdiendo solo un partido en la fase de clasificación frente a España.

Así, mientras la selección miraba al futuro con moderado optimismo, el seis de marzo la Suecia futbolística se revolucionó al leer en FotbollDirekt que Jane Andersson tenía la intención de, atendiendo a su rendimiento con el Milan, citarle para los dos primeros partidos de clasificación mundialista frente a Georgia y Kosovo y el amistoso ante Estonia. Dicho y hecho, diez días después se hacía oficial su convocatoria y el 25 de marzo debutaba en el Friends Arena Stadium de Solna en el choque frente a Georgia, solventado con una victoria mínima por el gol de Viktor Claesson... Gracias a una asistencia magnífica de Ibrahimovic.

Tres días después volvió a ser titular en Pristina, contribuyendo con otra asistencia para abrir el triunfo sueco (0-3) sobre Kosovo y completando 152 de los 180 minutos con un rendimiento a la altura de lo esperado para que su permanencia en el combinado nacional se entiende confirmado.

Por delante tiene Ibrahimovic la Eurocopa que Suecia disputará este verano y en la que deberá enfrentarse en la primera fase a España (un rival que se repite en todos los frentes), Eslovaquia y Polonia. Será la quinta participación en el torneo continental en que los cuartos de final de 2004 fue su mejor resultado, no superando la primera fase en las de 2008, 2012 y 2016, la de su despedida.

Después... A seguir. ¿Hasta cuándo? El dos de septiembre recibirá en Solna al equipo de Luis Enrique en un partido que se entiende trascendental en este acelerado calendario previo al Mundial que se cerrará en noviembre y mostrará las opciones del equipo nórdico y, también, la realidad personal de un Ibrahimovic que ya entonces con 40 años cumplidos estará en pleno desafío.

Dudar de su capacidad, a la vista de una carrera deportiva que comenzó el siglo pasado, se antoja fuera de lógica por más que habrá que ver su rendimiento en un calendario tan exigente.

ÚNICO

"He visto muchos jugadores que a su edad estaban cansados, casi me da pena que sigan. Pero en Ibra no veo esto, para mí puede jugar otros cinco años. Alguien se que se recupera de una lesión como él y sigue al máximo nivel no puede detenerse" proclamó hace dos meses Mino Raiola, días antes de que Zlatan anotase un doblete frente al Crotone y cuando, todavía, no se sospechaba con su vuelta a la selección.

Porque la historia de Ibrahimovic con Suecia parecía ya un libro cerrado. Un libro con idas y venidas, con euforias y desencantos, con una despedida digna de su persona y un desencuentro cuando en vísperas del Mundial de 2018 recibió un bofetón en toda regla: hacía dos años que había dicho adiós y clasificada la selección para el torneo de Rusia se ofreció a volver. "A Rusia irán los jugadores que lo merecen, y esos son los que han clasificado a la selección para jugar el Mundial" le respondió públicamente Janne Andersson, frustrándose no solo su regreso y participación en el que habría sido su tercer Mundial tras los de 2002 y 2006 (quedó eliminado en las fases previas de 2010 y 2014), sino, parecía una evidencia, el cierre definitivo y sin vuelta atrás al equipo nacional.

Pero este 2021 será recordado como el del regreso de la mayor leyenda en la historia del fútbol sueco y la puerta de entrada a engrandecer, más si cabe, su historial. Máximo anotador de la selección (62 goles) y sexto jugador con más presencias en el equipo nacional (118 partidos antes del amistoso frente a Estonia), se contempla una utopía que pueda alcanzar las 148 internacionalidades con las que se retiró en 2013 Anders Svensson pero hablar de Ibrahimovic, aventurar algo con él, ya es un riesgo enorme...