Fútbol Americano
José Antonio Rodríguez 3y

Se viene la fiesta de Panamá

México enfrentará ante Panamá su tercer partido por el octagonal final de la Concacaf para clasificar al Mundial y no será una tarea sencilla

Este miércoles no va a ser fácil para la Selección Mexicana, porque el ambiente en el Rommel Fernández será especial con al menos 20 mil aficionados en las tribunas para apoyar a Panamá, un país que cada eliminatoria se siente más orgullo de su equipo y que, con la confianza de un arranque sólido, se vuelve más peligroso.

El estadio en el que jugará el Tri puede no ser el más grande (32 mil totales), pero créanme que tiene su encanto cuando los panameños se desbordan en tambores, cantos y baile, áreas en las que son maestros, convirtiendo el lugar en un especie de Maracaná de Centro América, sin la hostilidad deportiva del Cuscatlán, pero con un nivel de energía sobrado para que lo sienta el visitante.

Será, en ese sentido, el partido de mayor adversidad para México en el inicio del octagonal, después de que en San José sólo jugaron frente a 3 mil aficionados, y si eso no significa una ventaja en el once contra once, sí representa combustible para el público canalero que sabe a la perfección que una victoria, además de ser histórica, los impulsaría al primer lugar de la clasificación.

Luego está el estado de una cancha castigada por las lluvias y con un pasto que no ha terminado de pegar, para terminar la fórmula que puede complicarle el partido a México. Panamá saldrá a aprovecharse y estoy seguro que nada será cómodo.

En lo futbolístico está claro que ésta es una selección más avanzada que Jamaica y Costa Rica, a pesar de que sólo repitieron tres jugadores del último once de la Copa Oro en relación al equipo que acaba de golear en Kingston (Carrasquilla, Quintero y Rodríguez, todos en la línea de volantes), lo cual es tan sorpresivo como meritorio para Thomas Christiansen, que apostó por una renovación en el momento más importante sin tocarse el corazón tras el fracaso del verano.

A Panamá le gusta la posesión y no se complican para terminar las jugadas, le quitaron el balón a los ticos, que siempre ha sido su sello, y fueron contundentes contra Jamaica, por lo que yo los veo como un arma más afilada que México en estos momentos, dando por entendido que el talento y el techo más alto están del lado azteca.

Va a ser un buen escenario para que el equipo del Tata Martino pruebe una versión más real del camino hacia Catar, así como una súper oportunidad de quitarle puntos al rival más cercano y preparar con cierta tranquilidad el cierre de año, que tendrá, ahí sí, las salidas más bravas a Estados Unidos y El Salvador.

Pero sobre todo será una fiesta y un regalo para los afortunados que estén en el estadio, los amigos panameños saben un mundo de cómo pasarla bien y las cosas se pueden salir de control en lo emocional para México. Si el local anota primero subirán los decibeles, volarán las bebidas y desaparecerán los balones en un refrescante paréntesis de la pandemia.

^ Al Inicio ^