Agustín Anello, delantero de Boston River de Uruguay, contó en ESPN su particular trayectoria con mojones en tres continentes y comentó cuál es uno de sus grandes sueños.
¿Por qué nacería en Miami si toda su familia es de Córdoba? ¿Cuál es la probabilidad de ser llamado para participar de una publicidad con Lionel Messi? ¿Y de debutar profesionalmente en Bélgica o coincidir por ejemplo con el croata Nikola Kalinic en su último año de carrera? ¿Y la posibilidad de que, jugando para un equipo uruguayo, te toque Independiente en un sorteo y entonces tus tíos y abuelos puedan verte jugar en vivo por primera vez?
Girando la bola va y, como un extremo de buen regate, es casi imposible adivinar dónde va a parar. El fútbol, la vida, el azar.
Lo primero fue la crisis del 2001 en Argentina: “Cuando la crisis, mis viejos primero se van a Nueva York a estudiar, después regresan a Argentina y ahí es cuando se vuelven a ir a Miami, donde me tienen a mí. Toda mi familia vive en Villa María (Córdoba), yo nací en Miami (el 22 de abril de 2002, en la ciudad de Hialeah); después nos mudamos a Cape Coral y luego a Europa”.
Anello narra su historia y avanza. Cuando tenía 10 años, su familia partió de Estados Unidos a Barcelona para buscar una mejora laboral. En España, Agustín estuvo un año en las inferiores de Barcelona, luego fue el turno de Espanyol, Cornellá y Badalona.
Pero en Barcelona, la búsqueda de trabajo no era sencilla y los alquileres eran caros. Y entonces la familia partió a Bélgica y Agustín se incorporó a las juveniles de Lommel SK, club con el que pudo debutar profesionalmente.
En 2023 jugó a préstamo en Hajduk Split de Croacia, y tiempo después lo compró Sparta Rotterdam de Países Bajos, equipo donde sufrió maltrato por parte del entrenador. Durante el primer semestre de 2024 había sido cedido a SC Cambuur, pero a mediados de 2023 entendió que no podía volver a Rotterdam, le contaron del proyecto de Boston River, viajó a Uruguay y firmó contrato en agosto.
Sus características y el sorteo que favoreció a la familia
Anello ha demostrado ser un delantero incisivo, con velocidad y regate, y que puede jugar todo el frente de ataque, pareciendo tener cierta preferencia a ir sobre la banda izquierda para generarse el hueco para poder rematar con su derecha, aunque también puede salir para su zurda.
“Soy un jugador que le gusta atacar el espacio, técnico, que le gusta asociarse con los compañeros. Y a partir de ahí en la zona de tres cuartos para arriba no tengo mucho problema en jugar por la izquierda, derecha, arriba, o donde me toque”, destacó en ESPN.
En su primer semestre en Boston River, equipo que terminó tercero en el Campeonato Uruguayo 2024, jugó 13 partidos y marcó un gol. En este 2025, acumula cinco tantos en 28 encuentros; uno de esos goles fue por la CONMEBOL Libertadores (ante Ñublense en Chile) y otro por la CONMEBOL Sudamericana (contra Independiente en Montevideo).
Justamente, en el sorteo de la fase de grupos de la Copa Sudamericana, a Boston le tocó Independiente y Agustín pudo jugar por primera vez en suelo argentino el 8 de abril. “Fue hermoso, obviamente se dio la oportunidad de que mis familiares de allá, tíos y abuelos, que nunca habían podido verme jugar, fueran a la cancha de Independiente”.
¿Quién iba a decir que el hijo de aquellos dos cordobeses nacido en Miami iba a tener su estreno en Argentina jugando para Boston River, club uruguayo fundado en 1939 que eligió ese nombre porque representaba a la sastrería Boston y porque su primer presidente era un argentino hincha del Millonario?
¿Los colores de Boston River? Rojo y verde, porque su primera camiseta oficial fue a rayas verticales de esos colores. Porque fueron las telas que pudieron conseguir de oferta en una casa de deportes.
Anello incluso pudo marcarle un gol a Independiente, pero en la segunda rueda y jugando en el Estadio Centenario de Montevideo.
La foto con Messi, ser compañero de Kalinic y el sueño con la Selección de Estados Unidos
Cuando estaba en las formativas de Espanyol, con 13 o 14 años, lo llamaron para hacer un anuncio en el que el protagonista era Lionel Messi.
“Hubo una foto sí, sigue siendo uno de mis grandes ídolos, y para cualquier chico ver a Leo es una locura. La foto está en mi cuarto colgada”.
Luego, fue el periplo ya señalado que tuvo su momento en Croacia, donde en Hajduk Split fue compañero de Nikola Kalinić, aquel delantero que rechazó la medalla de subcampeón del Mundial de Rusia 2018.
“La verdad, Kalinic era un crack; era el último año de su carrera. Ese tipo de vestuario, cuando compartís con jugadores grandes, te da experiencia, cómo manejarte dentro del vestuario, lo que te toca, lo que no te toca; así que obviamente fue un aprendizaje grande también”.
Agustín (que tiene ciudadanía americana e italiana) llegó a jugar dos amistosos con la Selección Sub 23 de Estados Unidos en noviembre de 2023, y sueña con disputar la Copa del Mundo 2026.
“Hay que siempre ponerse grandes metas, pero a día de hoy hay que ir paso a paso. Sé mis realidades, y lo que ahora me toca es hacerlo bien acá en Boston River, y a partir de ahí seguir subiendo escalones hasta poder lograr ese gran sueño”.
A Anello no le gusta hacer futurología. Porque más que proyectar, hay que seguir avanzando, y así tampoco el defensor tendrá pistas de hacia dónde intentará escaparse el delantero. Que también hay que hacer jugar al azar, y así el fútbol y la vida; que quien busque anticipar la próxima jugada, que enfrente al propio Agustín, repase su camino y a ver si se anima a hacer el intento.
