Ha comenzado partidos de interior izquierdo, derecho, en el doble cinco y hasta abierto por cualquiera de las bandas. E incluso ha finalizado los partidos de lateral. “Arrancaba un partido y estaba en una posición, pero a medida que pasaba algo y el equipo me necesitaba en otro lugar yo estaba ahí sin duda. Eso lo venía manejando desde juveniles, me decían ‘falta uno’ y yo decía ‘voy’”. Así de simple y claro el futbolista Alan Rodríguez, del Defensor Sporting Club, le narra a ESPN.com su gran polifuncionalidad. Nacido en Las Piedras (Canelones) el 25 de enero del 2000, hizo baby fútbol en el 19 de abril y a los once años pasó de pelotear en el patio y salir a buscar a los gurises por el barrio para jugar a entrenarse en el club de Punta Carretas, donde el futbolista destaca al ya fallecido profe Santos: “Me ha enseñado demasiado”. El director deportivo de la institución, el ex volante Fernando Fadeuille, destaca de su juego: “Alan tiene mucha dinámica y mucha movilidad: puede jugar en distintas posiciones”. Si bien Fadeuille reconoce que en las juveniles los futbolistas trabajan en diferentes puestos, la gran polifuncionalidad de Alan es “principalmente una virtud suya; es una condición natural que tiene él en su juego. Es parte de la inteligencia táctica del futbolista saber cómo comportarse en distintas posiciones en el campo, uno puede estar especializado en una posición pero durante el partido le puede tocar ocupar otra y tiene que saber bien qué función debe cumplir tanto ofensiva como defensivamente”. Fadeuille cuenta cuál cree que es su mejor lugar: “La posición ideal para él es en la que está jugando ahora como volante interno, porque ahí tiene libertad para su dinámica y movilidad. Ha jugado también como volante externo, pero como interno o doble cinco es la posición que le queda más cómoda”. El jugador, elegido mejor joven talento de noviembre por la Asociación Uruguaya de Fútbol, se afianzó como titular en el Torneo Clausura 2019 con Ignacio Risso como entrenador y aún con cambio en la dirección técnica fue titular en la primera fecha del Apertura 2020. Con respecto a la idea del nuevo cuerpo técnico, encabezado por Alejandro Orfila, Alan destaca: “Nos pide atacar constantemente, estar en el arco rival siempre. Todo el tiempo atacar, atacar y atacar. Me dice que juegue rápido y que vaya al ataque todo el tiempo, y que si me toca una situación de estar cerca del arco que ahí juego un partido aparte, que tengo que improvisar. También me pide que si estoy al borde del área le pegue al arco”. Sobre su posición como volante interior aclara que le gusta y que no cambia tanto al doble cinco: “Lo que cambia es que cada vez me toca tener la pelota o viene el pase hacia mí voy a estar mucho más marcado que otras veces, voy a sentirme más presionado y también me va a tocar jugar más fácil que estando por afuera, donde puedo hacer el mano a mano”. Es que juega en tantos lugares, que puede comparar casi todas las posiciones de primera mano. Este domingo jugará ante el Peñarol de Diego Forlán: “Yo lo tengo allá arriba como jugador después de Sudáfrica 2010, los partidos de Uruguay fueron los primeros que sufrí vistos desde afuera y por televisión, cuando ganábamos me alegraba el día”. Sin embargo, no será tan especial tener a Forlán enfrente: “Ya me ha tocado compartir una charla grupal con él antes de viajar al Sudamericano sub17, íbamos al Complejo Celeste y nos dio una charla, ha practicado con nosotros y me ha tocado estar con él adentro de la cancha”. Si jugar en el Franzini ante Peñarol le recuerda su debut en Primera División el 17 de febrero del 2019 con Jorge Da Silva como entrenador y con derrota violeta: “Tenía unos nervios bárbaros, pero la sensación de debutar en el Franzini con tanta gente y con mi familia presente en la tribuna como siempre, es algo difícil de explicar porque son muchísimos los sentimientos”. Alan cree que ha crecido mucho como futbolista en este año en la máxima categoría del fútbol uruguayo. Y considera que aprendió a ‘mejorar’ su autocrítica: “Por ahí antes me solía controlar menos, porque me daba mucho palo y llega un punto que no era bueno porque me preguntaba cuándo iba a ver lo bueno de mí. Entonces comencé a ver las fallas, pero también las cosas que hacía bien, corrigiendo y siempre con la intención de ser el mejor jugador que pueda ser”. Sobre el partido de este domingo, Alan mencionó: “Tenemos que afinar esa última decisión”. Y sobre el rival no dijo demasiado: “Nos enfocamos en nosotros, nos proponemos ser protagonistas del encuentro, y si el partido no sale como esperamos tenemos que ser inteligentes y manejarlo de otra manera, el día del partido vamos a hablar algunos detalles.” Con la número 29 en la espalda (“No me quedaba otra, me tocó en el primer partido y le tomé cariño hasta pedirle al equipier Nicolás que me la guarde para este 2020”), Alan Rodríguez saldrá a la cancha esperando cambiar el resultado de su debut ante Peñarol y confiando en su presente y en su carrera en el futuro. Como interior derecho; o izquierdo. O externo o en el doble cinco, donde sea que su equipo lo precise.
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