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El mate, el fútbol y el coronavirus

“El Ministerio de Salud Pública evalúa dos casos sospechosos de coronavirus e insiste en no compartir el mate”. Así comienza una de las noticias más destacadas de este sábado, siendo redundante con dos aspectos fundamentales del coronavirus en Uruguay: que se confirmarán más casos con el correr de las horas y que el mate no podrá cumplir una de sus principales funciones: la de vincular.

“En el cuerpo técnico somos seis habitualmente y había uno o dos mates para compartir, el miércoles ya comenzamos con que cada uno llevara su propio mate, lo que llamaba la atención porque no es algo natural o normal que los uruguayos no compartamos el mate; esa fue la primer medida que tomamos, inclusive antes que el saludo” le cuenta a ESPN Román Cuello entrenador de Liverpool resaltando la importancia del mate y la responsabilidad ante el coronavirus. Cebar para otro es parte de la identidad uruguaya, afectada por la llegada del coronavirus, y por ende el fútbol también cambió su dinámica en la interna del vestuario y a nivel individual:

“Esto del mate es una rutina de todas las mañanas para el jugador, el fútbol es uno de los lugares donde se toma mucho mate y fue una de las recomendaciones del médico que vamos a tener que ir adaptando a medida que pasen los días” comentó a ESPN el volante de Wanderers Diego Riolfo. De cara a los clásicos del fútbol uruguayo y a los partidos internacionales, lo primero que se demanda de parte de los espectadores es saber, en cuanto a la seguridad, si se puede llevar termo y mate a los escenarios, y casi siempre es el primer ítem en cuanto a la información que brinda la policía y del que se hacen eco los informativos en Uruguay.

El entrenador Cuello agregó: “En mi casa no hemos salido, somos cuatro en mi familia y tratamos de no compartir artículos personales, cada uno tiene su mate y está tomando con su propio mate; de hecho este sábado por la mañana nos sentamos a tomar mate con mi esposa y uno de mis hijos, y cada uno estaba con su mate. Justo teníamos tres mates y tres bombillas, y por suerte no tuvimos que salir a comprar, porque salir a comprar hoy sí que es un problema. La vida de todos en pocos días ya ha cambiado bastante y va a seguir cambiando”.

En tiempos de avance tecnológico constante y cada vez más rápido, la tradición del mate se mantiene vigente, perdurable ante cada cambio de generación. Las redes y el celular no han hecho más que magnificarlo y visibilizarlo. Los jugadores desde siempre han compartido concentraciones y han llegado a cada partido con el mate y el termo bajo el brazo. Ahora en tiempos de instagram y twitter sólo se puede dejar constancia de ello, abundan las fotos de Diego Godín, Luis Suárez o Edinson Cavani compartiendo mates o tomando algunos solos para aislarse de tanta competencia al momento de las vacaciones. Si hasta el propio francés Antoine Griezmann fue ‘bautizado’ finalmente uruguayo cuando tuvo su propio mate. “El mate fue una de las recomendaciones del doctor, dijo que ya no se podía compartir. Algunos lo siguieron a rajatabla, otros mantuvieron la rutina de compartir el mate con los compañeros de todos los días. Obviamente tenemos que cambiar algunas costumbres. Yo voy tomando mate con los dos compañeros de viaje rumbo al entrenamiento, este viernes pasado ya no lo llevamos” cuenta Diego Riolfo.

El mate, esa costumbre de compartir más que una bebida, es parte importante de los vínculos dentro del propio plantel, los líderes lo utilizan para acercar a los nuevos, símbolo de recibimiento que se transforma en confianza y conocimiento que luego sumará a la hora de disputar el balón colectivamente. Los jugadores del fútbol uruguayo tendrán que trabajar a partir de esta semana de forma individual ante la suspensión de partidos y de entrenamientos grupales. Si hasta pareciera que sin mate, no hay fútbol. “En la medida que seamos responsables y hagamos lo que tengamos que hacer se puede parar al coronavirus rápidamente, porque si no lo hacemos podemos tener problemas mayores, como ocurre en otros países” sostiene Román Cuello, marcando que lo que ahora se tendrá que compartir en Uruguay será la responsabilidad.

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