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A cinco años de la muerte de Galeano, el escritor que soñaba con ser el mejor futbolista del mundo

Getty Images

Se cumplen cinco años de la muerte de Eduardo Galeano, el escritor que soñaba con ser el mejor futbolista del mundo. El escritor uruguayo fue el autor del libro "El fútbol a sol y sombra".

"Quiero confesar que quise ser jugador de fútbol. No nací queriendo ser escritor, nací como todos los bebés uruguayos gritando gol. Yo jugaba muy bien, era una maravilla, era el mejor del mundo, pero sólo de noche, mientras dormía: durante el día era el peor pata de palo que se ha visto en los campitos de mi país". Así comienza el libro 'El fútbol a sol y sombra', con una confesión de su autor Eduardo Galeano (3 de septiembre de 1940, 13 de abril de 2015). Dicha obra es considerada una de las más importantes del montevideano junto con ‘Las venas abiertas de América Latina’ y ‘Memorias del fuego’.

Galeano siempre se manifestó futbolero y defensor del deporte rey, al que consideraba la única religión sin ateos. En sus charlas eran muy comunes sus referencias a algún futbolista, y en particular se mostraba molesto cuando se tildaba al fútbol como ‘el opio de los pueblos’ a lo que respondía: "Todavía hay intelectuales que critican el fútbol como si un dios los hubiera señalado para decir cuáles son las alegrías permitidas y cuáles no".

"¿En qué se parece el fútbol a Dios?", se preguntaba Galeano e inmediatamente respondía: "En la devoción que le tienen muchos creyentes y en la desconfianza que en él tienen muchos intelectuales" y entonces argumentaba contra conservadores e intelectuales de izquierda, destacando el valor colectivo del deporte.

También llegó a confesar que así como futbolista, también como hincha dejaba mucho que desear: “Fui siempre hincha de Nacional, pero no podía dejar de admirar a algunos jugadores de Peñarol como Obdulio Varela, Juan Alberto Schiaffino y Julio César Abaddie. Yo quería escribir como jugaba Abaddie, con esa elegancia, con esa capacidad de hermosura”.

En sus libros rescataba el valor cultural del fútbol en todo el mundo, en particular en Sudamérica y se destacaban sus relatos escritos de diferentes goles o sus crónicas de las distintas Copas del Mundo, las que lo ‘obligaban’ a colocar en la puerta de su casa ‘Cerrado por fútbol’ para poder disfrutar cada uno de los partidos mundialistas.

Cuestionaba continuamente la ausencia del fútbol en los relatos históricos y llegó a sostener: “La historia oficial ignora al fútbol. Los textos de historia contemporánea no lo mencionan, ni de paso, en países donde el fútbol ha sido y sigue siendo un signo primordial de identidad colectiva”.

Galeano resumió la historia del fútbol como un triste viaje del placer al deber y si bien sabía que el fútbol era un negocio vulgar y silvestre, también creía que podía ser mucho más que eso para transformarse en ‘la fiesta de los ojos que lo miran y la alegría del cuerpo que lo juegan’.

Asumiendo que simplemente era un ‘mendigo de buen fútbol’ Galeano narró las peripecias de Obdulio Varela tras ganar el Mundial en el Maracaná; recordó la injusta condena al arquero brasileño Barbosa; celebró que Leonel Messi no se creyera Messi; y aseguró que Maradona es el Dios más humano de todos.

Su última obra publicada es el libro póstumo ‘Cerrado por fútbol’. Y en el texto ‘El fin del partido’ trató de justificar su pasión por escribir sobre este deporte: “Desde hace años, yo me he sentido desafiado por el tema, memoria y realidad del fútbol. Escribiendo, iba a hacer con las manos lo que nunca había sido capaz de hacer con los pies, yo no tenía más remedio que pedirle a las palabras lo que la pelota, tan deseada, me había negado”.

Y así culminaba su último relato del libro ‘El fútbol a sol y sombra’ publicado en 1995: “De ese desafío nacieron estos textos. Yo no sé si ellos son lo que han querido ser, pero han crecido dentro de mí y han llegado ya a su último minuto y ahora, ya nacidos, se ofrecen a ustedes. Y yo me quedo con esa melancolía irremediable que todos sentimos después del amor y al final del partido”.