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Rodrigo Aguirre habló de su sentimiento por Nacional y la pasión que debe controlar

El delantero uruguayo de Liga de Quito, Rodrigo Aguirre, conversó en el programa Último al arco (Radio Sport 890AM) y habló sobre su sentimiento por el Club Nacional de Football, al tiempo que contó cómo fue la vuelta a los entrenamientos en el fútbol ecuatoriano.

“Estuvimos casi tres meses sin salir de casa salvo para hacer mandados, del último entrenamiento habían pasado 86 días, costó un montón porque nadie estaba acostumbrado”, comentó Aguirre.

El futbolista de Liga venía de cumplir una sanción de tres meses recibida en noviembre del 2019 tras haberle protestado fuertemente a un árbitro ecuatoriano. Aguirre remarcó que esas situaciones no sólo lo afectan al jugador en lo futbolístico, sino que también el entorno familiar sufre mucho.

“Se dijeron cosas que no llegaron a ser como amenazar o empujar, sí reconozco que le fui a hablar fuerte al árbitro, pero empujarlo y amenazarlo jamás, lo sufrió más la familia que leía esas cosas”, sostuvo Aguirre. Ante este hecho, y recordando que su etapa en Nacional también fue complicada en el sentido temperamental, el delantero contó que con su esposa buscaron ayuda en un psicólogo para poder controlar sus emociones dentro de la cancha.

Aguirre agregó: “Soy así: pasional en la vida, pero donde uno está siendo juzgado es dentro de la cancha; mi forma de ser no la voy a cambiar, me gusta poco perder, y el no dar una pelota por perdida no lo voy a cambiar, pero sí debo cambiar a la hora de controlarme cuando las cosas no me salen y me fastidio y ahí ya me empieza a jugar todo en contra. Más que nada tener control en esa parte que me estaba afectando. Si el psicólogo me ayudó o no lo veremos cuando vuelva el fútbol. Pasional siempre seré, es controlar un poco”.

El delantero también recordó parte de su carrera. Contó que de niño su madre no lo dejaba ir al Estadio para ver a Nacional y que al debutar tan joven en Liverpool ese fanatismo se le había ido, pero explicó: "Empecé siendo hincha de Nacional, cuando jugué en el club me reencontré con ese hincha de chico".

Aguirre jugó en el Tricolor en el 2017 y pudo hasta convertirle a Peñarol en el clásico del fútbol uruguayo. Al equipo carbonero volvió a enfrentarlo (y marcarle) en la Copa Libertadores 2019 con Liga de Quito; incluso el delantero confesó que, si bien ya estaba en conversaciones con el entrenador Pablo Repetto, el saber que Liga y Peñarol coincidían en el grupo fue un motivo más para incorporarse el club ecuatoriano: “Tuvo peso el volver a enfrentarme con Peñarol”.

Con los zagueros de Peñarol siempre tuvo duelos particulares, pero el atacante remarcó: “No es algo de los jugadores de Peñarol hacia mí, sino que es mi forma de jugar. Siempre hay alguna pica con alguno pero nada, por los clásicos todos sabemos lo que significan, y justo me toca enfrentarlos de nuevo con el mismo plantel y estaba esa rivalidad porque mi forma de jugar a veces lleva a roces con los zagueros, con los volantes, incluso con los delanteros”.

Aguirre también comentó que le gustaría volver a Nacional y si fuera posible quisiera volver a compartir plantel tricolor con Diego Polenta y Tabaré Viudez. Además, destacó a Fabián Coito como uno de los entrenadores más influyentes de su carrera.

El delantero jugó en Italia defendiendo las camisetas de Udinese, Empoli y Perugia. En el fútbol uruguayo a veces se comenta que el jugador charrúa no es tan profesional como cuando llega al fútbol europeo. Aguirre marcó un interesante punto de vista desde su experiencia personal:

“En Uruguay yo creía que me cuidaba, hacía la diferencia y físicamente me daba, no me daba cuenta de que podía mejorar más. En Italia eran todos rápidos y fuertes, el mínimo detalle en lo que era lo físico hacía la diferencia. Estando en Uruguay no me lleva a dar cuenta de que podía ir a jugar más”.

El delantero de Liga dijo que no es que el futbolista uruguayo "cambia el chip y se cuida más", sino que el entorno le exige estar mejor y agregó que al no estar tanto en contacto con la familia, se hace más fácil llevar adelante una mejor dieta: “En Italia no tenía las costumbres de Uruguay, como los bizcochos o dulce de leche, o comer un asado en los días libres, un montón de cosas. Después que te vas se te hace más fácil tener una dieta regular sin familia o amigos, el entrenamiento pasa también a hacer mucho más exigente que te lleva a bajar de peso, que se te empiecen a marcar músculos que antes no veías”.

Por último, se lamentó de su fugaz paso por Botafogo en 2018: “Me cerré una puerta en Brasil, no tenía que haber ido en ese momento, me había operado de la rodilla y no hice la recuperación completa; a los dos meses de operado llegué a Brasil, a un equipo como Botafogo. No pude estar a la altura de lo que exigía físicamente Brasil, llegué lesionado, mi llegada a Brasil tendría que haber sido en otro momento”.

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