El equipo de Carlos Ramacciotti hacía nueve fechas que no perdía en este torneo Clausura y se mantenía sin caídas en el bosque desde el penúltimo mes de 2001. Racing supo hacer valer su orden y la contundencia de sus respuestas para bajarle las defensas al conjunto que igual sigue como escolta. Eso sí, a Racing todavía le queda lejos el sueño del bicampeonato.

El primer tiempo tuvo ida y vuelta, pero a Gimnasia se lo vio muy acelerado. El local fue impreciso con la pelota y Racing, agazapado, pero con mucho orden y manejo, recurrió a réplicas profundas y veloces. El primer gol se originó en un centro sobre el área visitante que Francisco Maciel despejó con fuerza. Fue así que Diego Milito se escapó, enganchó hacia adentro, dejó fuera de escena a Germán Noce y venció al arquero con un disparo de zurda.

A partir de entonces Racing manejó el juego y conservó la carta escondida para hacer valer el contraataque. El segundo tanto, que llegó a los 36 minutos, fue consecuencia de otra escapada, ya que Jorge San Esteban hizo mal el pase hacia adelante y Maximiliano Estévez quedó habilitado y preparado para convertir. El delantero prevaleció en velocidad, gambeteó a Guillermo Hernando y el arquero se vio obligado a hacerle penal. Fue penal y expulsión por último recurso. Y fue gol de Estévez. El local quedó desconcertado y a Racing se le facilitó el desarrollo.

Apenas comenzado el segundo tiempo el conjunto de Avellaneda consiguió el tercer festejo. Corrió Estévez, tapó Enzo Noce, Gimnasia intentó salir rápido, pero interceptó José Chatruc y acertó de emboquillada.

Racing se retrasó y especuló con el cansancio de Gimnasia, pero reavivó el juego el gol de Claudio Enría. Tras un córner de Mariano Messera, hubo un cabezazo de San Esteban, otro de Facundo Sava y el definitivo y descendente de Enría para batir a Gustavo Campagnuolo. Hasta los 25 minutos el encuentro se hizo intenso, pero Racing dio la impresión de que lo tenía controlado.

Racing también sintió el cansancio, Gimnasia decidió correr mayores riesgos y descontó, pero no le alcanzó para más. La última esperanza fue producto de un penal sancionado por empujón de Leonardo Torres contra el Colorado Sava. El ejecutor fue San Esteban, el arquero dio rebote y el defensor insistió hasta poner el 2-3.

Gimnasia intentó la hazaña, pero Campagnuolo salvó sobre el final un cabezazo de Sava.