"Los jugadores son conscientes de que no jugamos bien. Son inteligentes y están con rabia para jugar el viernes con Gimnasia. Pero yo fui claro con ellos y al que no ande bien lo voy a sacar, por más que sea una figura", subrayó Gallego, todavía dolorido por la producción del domingo en el estadio de Lanús.

Tras la práctica en el predio de Villa Domínico, Gallego se mostró preocupado además por la lesión del goleador Andrés Silvera y las bajas ya seguras para el cotejo ante los platenses de los defensores Juan José Serrizuela y Gabriel Milito.

El Cuqui Silvera tiene un problema muscular, por lo que el cuerpo técnico estará pendiente de su evolución. La alternativa para su puesto es Pablo Cuba.

Serrizuela se perderá el segundo encuentro del Clausura por una lesión y el capitán Milito también quedará al margen, pero como consecuencia de la acumulación de tarjetas amarillas. El lugar de Serrizuela lo ocupará Raúl Damiani y a Milito lo más probable es que lo reemplace el juvenil Rubén Salina.

A Gallego ante Lanús lo molestó, además del resultado, la actitud con que sus futbolistas asumieron el compromiso. "Yo lo dije en la charla previa. Los vi a los jugadores muy tranquilos, confiados, serenos y eso no me gusta. Yo quiero que entren nerviosos, que se lo quieran comer al rival y eso no pasó", remarcó el director técnico.

Gallego también aprovechó la oportunidad para repetir su argumento del domingo acerca de que sólo pudo entrenar unos pocos días "con todo el plantel", en alusión a los jugadores que le cedió a los distintos seleccionados argentinos.

"Tengo seis jugadores sin pretemporada, y no es lo mismo trabajar todo un campeonato que cuatro días con un equipo. Pero no es excusa, tampoco es un drama perder un partido, ahora tenemos que ganar para estar en la pelea. No estoy amargado ni nada por el estilo", subrayó quien fue el entrenador alterno del seleccionado argentino durante el mundial de Francia '98.