Así las cosas, a una semana del comienzo del torneo Apertura, el siempre arriesgado ejercicio de teorizar respecto de las candidaturas al título resulta más temerario que en anteriores oportunidades, porque hay demasiados planteles prácticamente nuevos cuya respuesta en competencia, más allá de los antecedentes individuales de sus incorporaciones, es una total incógnita.

A simple vista, River Plate se debilitó con las partidas de Cristian Ledesma, Esteban Cambiasso y Ariel Ortega, tres titulares indiscutidos del equipo campeón del Clausura, pero conserva una base rica que lo ubica, una vez más, como sólido aspirante.

El otro campeón de la temporada pasada, Racing, también presentará cambios sustanciales, entre los que se fueron y los que llegaron, pero a diferencia de River, no puede decirse que tenga una columna vertebral estable que lo respalde.

Boca, hecho jirones el equipo multicampeón de Carlos Bianchi (quedan Guillermo Barros Schelotto y Hugo Ibarra, que volvió de unas largas vacaciones en el Porto), parece haber apuntado bien, aunque las prácticas realizadas hasta el momento no invitan al optimismo.

Lo mismo cabe para Independiente, que, a puro dólar, se hizo líder en la mesa de negociaciones, habida cuenta de los muchos puntos que necesita para respirar tranquilo y tanto compró que entusiasma a su gente, pero le está faltando un delantero y la falta de gol se hizo trauma en los ensayos. También San Lorenzo de Almagro, ahora de la mano de un hombre de la casa, Rubén Insúa, se está armando de nuevo y compró a tres delanteros de prestigio (Rodrigo Astudillo, Carlos Cordone y Nicolás Frutos), por lo que, en los papeles, debe tenérselo en cuenta.

De la tropilla de los chicos, entre las numerosas idas y vueltas, Estudiantes de La Plata y Lanús dan la sensación de haber estructurado planteles bastante homogéneos, pese a que el cachetazo que los granates acaban de recibir por parte de Los Andes no puede pasarse por alto.

Gimnasia y Esgrima La Plata, último subcampeón, también incorporó mucha gente, pero no parece que vaya a serle fácil hacer olvidar a Facundo Sava y Mariano Messera. Uno que agarró lo que pudo en la mesa de saldos es el Huracán de Miguel Angel Brindisi, que tampoco tendrá a quienes fueron en la temporada anterior, por lejos, sus dos mejores jugadores -Daniel Montenegro y Luis González-, con lo que la lucha apunta para hacérsele muy cuesta arriba.