Una Academia sin mucha clase

Tras perder el clásico ante Independiente en Mar del Plata, el presente del equipo es preocupante: no corrigió viejos errores y además sufrió bajas significativas antes de afrontar un año de muchos compromisos

BUENOS AIRES -- El Racing modelo 2003 que está armando el entrenador Osvaldo Ardiles afrontará el jueves el segundo partido del verano frente a River Plate en Mendoza, luego de perder 2-0 sin atenuantes el clásico ante Independiente en Mar del Plata, por el estreno del Torneo de Verano.

Su presente es preocupante. La derrota contra Independiente reeditó los mismos errores estructurales con los cuales terminó jugando el año pasado, con el agravante de que sufrió significativas bajas en estos prolegómenos de la competencia por los puntos, en serio, nada amistosa, que será por partida doble en este primer semestre: torneo Clausura y Copa Libertadores.

Más allá de que las originadas por lesión (Gustavo Campagnuolo) y por las convocatorias del seleccionador Marcelo Bielsa (Diego Milito y Mariano González) quedarán sin efecto cuando el arquero se recupere y los delanteros regresen al plantel académico, el vacío dejado por el goleador Nicolás Pavlovich no será cubierto sencillamente.

Ni en la exitosa época de La Academia dirigida por Reinaldo Merlo se contó con un goleador o, al menos, con un atacante que sea efectivo ubicándose dentro del área rival (al igual que un talentoso armador que lo asiste).

Pavlovich tampoco había descollado en esa primer función, pero sobre el final de 2002 se perfilaba para ello, luego de encontrar su plenitud física al superar diferentes lesiones.

Debido a sus características naturales, Luis Rueda no podrá suplirlo. Es que sus movimientos son diferentes al ir "más por afuera", del mismo modo que tampoco posee al gol en su esencia, una carencia que también se advierte en Carlos Maximiliano Estévez, con quien debe volver a acostumbrarse a jugar para recobrar entendimiento dentro de la cancha.

Además, proviene de un fútbol de menor envergadura, como el chileno, lo cual implica que deberá atravesar por un período de readaptación para alcanzar la estatura futbolística que alguna vez insinuó.

Por la retaguardia los problemas son más alarmantes, y parece que en el viaje de Mar del Plata a Mendoza Ardiles debió observar nuevamente el video del la caída ante el último campeón para detectarlos, o reflexionar sobre ellos, y así admitirlos públicamente (del "Me conformó la entrega del equipo" pasó a un autocrítico "Es fácil hacerle goles a Racing").

En ese "mea culpa", no obstante, no incluyó su torpeza por insistir con el sistema táctico del "achique", sin contemplar la escasa velocidad de los zagueros Fabián Pumar y Claudio Ubeda, pues los ubica lejos de un guardavallas como Mario Cuenca, cuyos movimientos tampoco son ágiles, y entre todos -el director de orquesta y sus intérpretes- le facilitan la tarea a los rivales, incluso a uno que está excedido de peso como Pablo Cuba, autor del primer tanto rojo en "La Feliz".

Los inconvenientes del funcionamiento de esta Academia '03 también radican en el mediojuego, donde Adrián Bastía lució muy solitario para la recuperación, con un Sebastián Romero que le cuesta una enormidad desdoblarse para marcar y generar acciones ofensivas, más la nulidad productiva de Julio Marchant y un Sixto Peralta intermitente hasta la exasperación.

No es casual que Ardiles ya haya determinado introducir mañana cuatro modificaciones ante River. Sin Pumar -amén del cambio forzado, pues el uruguayo fue expulsado por otra actitud extradeportiva-, Romero, Marchant y Peralta, el DT formado en Inglaterra aspira a cambiar y mejorar en estos ensayos estivales, descontando que contará con idóneos refuerzos.

Los costos a pagar, de seguir defeccionando y perdiendo, no serán iguales en la doble competencia que se le avecina, para la cual ya gastó a cuenta al desbordar optimismo, cuando retomó la conducción en los albores del año ("Los hinchas ya se pueden ilusionar con ganar la Libertadores", vaticinó con desmesura).

Es que si no mejora, no endereza el rumbo y persiste con los errores de 2002, se cierne sobre Racing un oscuro porvenir.

-DYN


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