El adiós más amargo de Futre

Por ENRIQUE ROMÁN

MADRID -- Paulo Futre, el ya ex director deportivo del Atlético de Madrid, abandonó hoy por tercera vez el club en el que pasó la mayor parte de su carrera deportiva y lo hizo con un sabor agridulce, con el equipo consolidado en Primera División pero sin acabar su contrato que concluía en 2005.

"Gil vino a Portugal sin conocerme. Estábamos en una concentración. Me miró a las chanclas en las que ponía mi nombre y me dijo: ¿tú eres Futre?, pues ven conmigo". Así cuenta Futre cómo conoció a Jesús Gil. Días después firmaba su contrato con el club rojiblanco.

El portugués se convirtió en el estandarte del Atlético en los años 80. Y también de Jesús Gil. Gracias a él llegó a la presidencia del Atlético hace ya 16 años y en estos momentos es el decano del fútbol español.

Paulo Futre comenzó su carrera deportiva en el Sporting de Lisboa, pero explotó a nivel internacional en el Oporto. En la final de la Copa de Europa de 1987 contra el Bayern de Múnich un joven zurdo de larga cabellera encandiló al fútbol europeo. Gil se anticipó a todos y pagó 3,6 millones de euros (600 millones de pesetas) por su contratación.

Comenzó así una larga relación de amor-odio entre ambos personajes, que han marcado dos décadas de la historia centenaria atlética.

Con el portugués, el Atlético de Gil consiguió su primer título nacional. Fue en 1991 contra el Mallorca en la final de la Copa del Rey en el Santiago Bernabéu.

Aunque para Gil fue mejor la temporada siguiente, en la que en el mismo escenario pero esta vez frente al Real Madrid, logró su segunda Copa del Rey como presidente.

Aquella tarde, Futre marcaba un espectacular gol por la escuadra de Francisco Buyo que significaba el 0-2. El primer tanto fue obra del alemán Bernd Schuster.

Pero los buenos tiempos duraron poco y en enero de 1993 fue traspasado al Benfica portugués. Futre ya intentó en muchas ocasiones marcharse, pero todos los intentos fracasaron, excepto el último.

Las críticas del por entonces entrenador Luis Aragonés por el juego del luso colmaron el vaso de su paciencia, declaró que estaba harto y que lo mejor era su marcha.

"Vine al Atlético como campeón de Europa y aquí he fracasado. Deseo cambiar de aires para revalorizarme", fueron algunas de las frases repetidas por Futre en esos años.

Gil lo traspasó al Benfica por 3,6 millones de euros (lo que le costó en 1987). Con el Atlético, en esa primera etapa jugó 163 partidos de Liga durante cinco temporadas.

Posteriormente, vistió las camisetas del Olympique de Marsella francés, el Reggiana italiano, el Milán, el West Ham inglés y el Yokohama Flugels japonés, su último equipo como jugador profesional.

Entre medias volvió al Atlético en la temporada 1997/98 con Radomir Antic, actual técnico del Barcelona, en el banquillo. Futre disputó diez partidos y no acabó muy bien con el técnico serbio.

"Antic se aprovechó de mí para justificar algunas medidas y esperaba que yo fuera su informador en el vestuario y eso jamás, por ningún precio", dijo en su día Futre. Esa fue la segunda vez que el portugués abandonaba la nave rojiblanca.

Pero sin duda ha sido hoy, cuando ha dejado su cargo como director deportivo, la vez que más daño le ha hecho. Ansiaba ver al Atlético jugando la máxima competición continental, pero las desavenencias deportivas con Gil lo han impedido.

En octubre de 2001, con el equipo hundido en Segunda División y más cerca de los puestos de descenso a Segunda División B que de los de ascenso, el mandatario rojiblanco volvió a sacarse de la chistera al luso.

La jugada le salió bien. Futre fichó en el mercado de invierno al portugués Dani Carvalho, al argentino Daniel Faggiani y al suizo Raphael Wicky y el Atlético se lanzó en una lucha desesperada por dar caza a los puestos de ascenso. Y a punto estuvo de conseguirlo. Sólo un punto les separó de la gloria.

Ese objetivo llegó la temporada pasada con Luis Aragonés en el banquillo. Futre no escatimó en fichajes. El conjunto rojiblanco realizó trece incorporaciones y ascendió como campeón de Segunda.

En la presente temporada el equipo es sexto con 38 puntos, en puestos que dan acceso a la Copa de la UEFA y a ocho de la Liga de Campeones.

"Me voy con la conciencia tranquila. Vine con el equipo en Segunda División con el objetivo de que el Atlético volviera a luchar por la Liga de Campeones y lo he conseguido. Esto no es un adiós, es un hasta luego", afirmó en su despedida.

- EFE


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