Ronaldo se ejercitó al mismo ritmo que el resto de los jugadores del equipo, y al igual que el resto de 'cracks' de la plantilla, continuó con el entrenamiento cuando los que jugaron contra el San Sebastián de los Reyes en la Copa del rey se retiraron a los vestuarios, tras cuarenta minutos de carreras y estiramientos.

El técnico Vicente del Bosque volvió a dar protagonismo al balón y organizó dos partidos para trabajar la presión, la rápida circulación del balón, el desmarque y el remate a puerta. El primero de los partidos fue sin porteros y con porterías pequeñas.

En el segundo de los partidos, ya con arqueros y en dimensiones reducidas, el gran protagonista fue el gol, que es tanto como decir: Ronaldo.

En apenas veinte minutos de partido se marcaron 21 goles y Ronaldo fue el autor de cuatro de ellos, aunque el máximo anotador fue el argentino Esteban Cambiasso con cinco. Morientes tampoco quiso quedarse atrás y anotó tres.

Al goleador brasileño cada día que pasa se le ve más suelto, intentando más cosas y absolutamente integrado en el equipo. También es cierto que todavía tiene que afinar su puesta a punto y bajar algo de peso, pero está claro que el camino es el correcto.

Ronaldo, además del trabajo en grupo, debe afrontar cada día sus ejercicios en solitario de potenciación de la rodilla y el adicional de su plan específico para recuperar, cuanto antes, la forma física.

Al acabar el entrenamiento, el delantero brasileño hizo algunas series de abdominales, con la ayuda del preparador físico del club, Javier Miñano, y se adentró en el gimnasio para someterse a otra sesión de masaje.

En el capítulo de bajas, los únicos jugadores que no se ejercitaron fueron Miñambres y el brasileño Flavio, que arrastran secuelas del torneo amistoso que el Real Madrid disputó el pasado domingo en Sevilla.