El Mundial que yo vi

Terminó una Copa del Mundo más, con muy pocos partidos para destacar, con muy pocas figuras de campo, ya que los más nombrados fueron los arqueros, y con un campeón merecido

BUENOS AIRES -- Ha terminado el primer mundial del nuevo siglo, y nos quedamos con un campeón del viejo siglo: Brasil.

Sí, el más ganador de la historia de los mundiales siguió con la tradición y se quedó con su quinto campeonato mundial, y fue, sencillamente, por ser el mejor.

Para empezar, hay que decir, que no fue un gran mundial, se juega habitualmente en mala época, ya que los jugadores llegan después de temporadas extenuantes, y este particularmente, ya que comenzó 10 días antes, y eso atentó aún más con las grandes figuras que, por lo general, actúan en los equipos más importantes y son los que más partidos juegan.

Eso, tal cual se los decía en una de mis entregas previas al mundial, deteriora el espectáculo, ya que no es lo mismo que cante Luciano Pavarotti que cualquier otro tenor.

Al margen de eso, encontré un mundial como tantos otros, con muy pocos partidos para destacar, con muy pocas figuras de campo, ya que los más nombrados fueron los arqueros (ya hablaremos de ellos), con estadios espectaculares, con una buena organización y con las grandes dificultades de hacerse en dos países; uno, Corea del Sur, en donde se respiraba el mundial constantemente, y otro, Japón, en el cual sólo había mundial los días de partido y en los estadios.

Qué es lo que quiero decirles con es de que es un mundial como tantos otros con pocos partidos para destacar; bueno, que si recurren a la memoria, se encontrarán con que en la historia de los mundiales hay muy pocos partidos para el recuerdo. Por lo general, las finales y algún otro, casi siempre referido al país de uno.

En este mundial, destacaremos cinco o seis partidos, pero en 64 que se jugaron son un porcentaje muy bajo.

Fue el mundial de los arqueros; Oliver Kahn, gran figura de Alemania y casi el exclusivo culpable de haberla llevado a la final, aunque debo decir que no estoy de acuerdo con que se lo haya destacado como el mejor del mundial, premio que debió caer en las manos de quien lo derrotó dos veces en la final; me refiero a Ronaldo.

Sigo con los arqueros; Rustu Recber, de Turquía, me atrevo a decir que estuvo a la altura de Kahn y que me extraña mucho no verlo en algún club importante de las grandes ligas (España, Italia o Inglaterra); Marcos, el de Brasil, con pocas participaciones pero siempre haciendo lo que se debe; Iker Casillas, el de España;

Gianluigi Buffon, el arquero italiano, Tony Silva, el de Senegal, un arquero rápido y decidido, que le gusta anticiparse a las jugadas; David Seaman, el inglés, que sólo puede tener en su haber, el gol de Ronaldinho; Won Lee, el de Corea y hasta Shorunmu, el nigeriano.

De los de campo, me quedo con Ronaldo, no sólo por sus goles, sino destacando que volvió de la "muerte", con casi dos años peleándole a una lesión muy importante que parecía lo iba a dejar afuera para siempre; no sólo la superó, sino que le está ganando la partida y aún en un 70 por ciento de sus posibilidades, demostró que es un jugador determinante.

De Brasil, el campeón, hay que destacar a sus laterales Cafú y Roberto Carlos, siempre apostando más a la creación que a la destrucción; me gustó Lucio, el marcador central del Bayern Leverkusen, que se mostró rápido, fue muy bien de cabeza y hasta demostró sus cualidades con la pelota y sus ganas de ir al ataque por sorpresa; destaco también a Rivaldo, que jugó un muy buen mundial, y que tiene una pegada fantástica y la uliliza; y el potrero de Ronaldinho Gaúcho.

De Alemania, su rival en la final, les digo que me gusta Carsten Ramelow, el líbero, elegante y eficaz, y algunas pinceladas de Michael Ballack, el ausente; y poco más en cuanto a individualidades, ya que como equipo, si bien no brilló, fue consecuente con su manera de jugar al fútbol, defender, luchar hasta el último minuto, entregarse, han sido siempre sus cualidades; ahora le falta el talento de otras épocas, pero mantuvo su identidad.

Turquía y Corea del Sur me asombraron por su gran intención de jugar; apostaron al buen gusto, al toque, a la técnica y eso los llevó a lugares inesperados.

España mejoró sus antiguas producciones, pero fue un poco amarreta en el partido decisivo contra Corea del Sur (más allá de los fallos arbitrales), ya que entraron tres mediocampistas (Mendieta, Xavi y Luis Enrique) y se quedaron mirando Raúl y Diego Tristán.

Me gustó la evolución futbolistica de Estados Unidos, y algunos ratos de México.

Paraguay hizo lo suyo; Irlanda también fue protagonista e Inglaterra, con muy poco, llegó mas lejos de lo que merecía.

Me decepcionó Argentina (de la cual me ocuparé más adelante), también Francia, Portugal e Italia; aunque a los de Giovanni Trapattoni ya los conozco y creo que si no llegaron más lejos fue por su poca ambición ofensiva y por resignarse a viejos libretos de un fútbol pasado de moda.

Pasó el mundial, y me quedo con la imagen de la final, con dos históricos enfrentándose por primera vez, y con el festejo de Brasil, que ganó todos los partidos, que tuvo más ambición que ninguno y que logró juntar a los mejores jugadores.

Ya habrá que pensar en el 2006; ojalá que la mayoría analice lo ocurrido y se den cuenta de que hay que darle prioridad a la técnica, que es lo único que puede sacar ventajas en este deporte tan maravilloso llamado fútbol.

Les mando un abrazo.

QUIQUE WOLFF fue futbolista profesional entre 1965 y 1981 y jugó, entre otros, en Racing, River, Real Madrid (dos títulos de Liga) y la Selección Argentina (Mundial de Alemania 74), equipos todos en los que llegó a ser capitán. Es periodista deportivo desde 1982, y desde entonces condujo numerosos ciclos de radio y televisión. Actualmente es conductor de su ya clásico programa "Simplemente Fútbol" y uno de los anfitriones del SportsCenter Latino, ambos por ESPN, y columnista de ESPNdeportes.com.

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jueves, 04 de julio