Hablábamos de actitud positiva, y para confirmar ese concepto alcanza con revisar el marcador del partido: en doble desventaja por los goles de Enzo Maresca y Nicola Caccia, provocados también por la mala tarde del arquero Angelo Peruzzi y del central serbio Sinisa Mihajlovic, Lazio encontró el empate en los 4 minutos finales del primer tiempo con un gol de cabeza de Diego Simeone y un zurdazo cruzado de Claudio López, y marcó el tanto decisivo en el segundo minuto de descuento del segundo tiempo, esta vez con un golpe de cabeza de Bernardo Corradi. Es decir que se buscó la victoria hasta el último segundo, cuando muchos equipos se hubiesen conformado con el empate luego del desastre inicial.

Roberto Mancini, el joven entrenador, tiene también mucho que ver en esta hazaña del equipo, porque supo transmitirles a sus jugadores su mentalidad ganadora, porque supo compactar un grupo que podía derrumbarse luego de las ventas de dos importantes campeones como Alessandro Nesta y Hernán Crespo, y porque logra mantener el plantel plenamente concentrado a pesar de las sombras de la crisis económica. Vale la pena recordar que los jugadores cobraron la mitad del sueldo de junio, es decir que son acreedores de 5 meses y medio de salarios.

Pero Lazio no es sólo carácter y mentalidad ganadora: juega un fútbol veloz y agresivo, tiene buena circulación del balón, tratando de jugar siempre a ras del piso, y constante movimiento sin balón. En síntesis, es un equipo moderno y ofensivo que además no pierde desde la primera fecha ante Chievo.

Los próximos dos partidos, ante Inter en Roma y ante Juventus en Turín, nos permitirán descubrir la seriedad de las pretensiones de Lazio: en nuestra opinión, difícilmente el equipo romano podrá mantenerse entre los candidatos al título hasta el final, pero lo realizado hasta aquí es admirable y merece la máxima consideración.

Milan, Inter y Juventus, otra vez juntos
Milan venía de una semana de ensueño: la victoria en el clásico milanés ante Inter y, el martes siguiente, el prestigioso triunfo ante Real Madrid, por la primera fecha de la segunda fase de Champions League. Pero paradójicamente, y por eso siempre hablamos del torneo italiano como del "más difícil del mundo", a veces es más simple jugar ante los campeones de Europa que ir a visitar a Empoli, un equipo chico que pero se juega la vida en su cancha y compensa el déficit técnico con la entrega y el despliegue físico.

En efecto, Milan empató en Empoli por 1 a 1, con goles de Tommaso Rocchi y Andrij Shevchenko, y quedó en la segunda posición con 26 puntos, junto a Inter y Juventus, a una unidad de Lazio.

Empoli le presentó a Milan el mismo problema que, en anteriores ocasiones, había encontrado ante Udinese y Parma: una marca asfixiante sobre sus armadores (especialmente Andrea Pirlo), presión infernal en toda la cancha y juego muy rudo, casi violento. Gracias a un árbitro no suficientemente severo, las patadas sacaron de la cancha a Gennaro Gattuso - por lesión - y lo "borraron" a Manuel Rui Costa, que no tiene entre sus atributos el "corazón de león" y apareció en contadas ocasiones.

Para peor, las condiciones imposibles de la cancha - en Empoli llovió por 4 días seguidos - no permitieron el juego asociado de Milan, que además se encontró en desventaja por un error defensivo de Nesta.

En el segundo tiempo, Shevchenko marcó de cabeza su gol número 64 para festejar el centésimo partido en el fútbol italiano - un promedio extraordinario - pero la embestida de Milan no produjo muchas ocasiones claras y el empate, todo sumado, fue bastante justo. Inter, por su parte, volvió a la senda del triunfo con un rotundo 4 a 0 ante Brescia, con todos los goles marcados por un imparable Christian Vieri - líder de la tabla de goleadores con 12 tantos -, y con este resultado también suma 26 puntos y está segundo.

Ante Brescia casi no hubo partido: Vieri marcó el primero - en una veloz jugada de contraataque - en el tercer minuto, y luego de otros 10 consiguió el segundo que cerró el trámite: el tiempo que sobró le sirvió sólo a él, para que realizara por primera vez en Italia cuatro goles en el mismo encuentro (lo había hecho con el Atlético Madrid en España).

Brescia, obviamente, no fue un rival a la altura de las circunstancias (¿cómo puede un equipo chico sufrir un gol en contraataque en el tercer minuto de un partido jugado como visitante ante Inter? Misterios del fútbol...), e Inter sigue siendo un equipo "raro", que alterna prestaciones excelentes con otras de escaso espesor.

El próximo domingo, ante Lazio, habrá que ver cual de las muchas caras mostradas hasta ahora prevalecerá. Claro que con la "pareja Bielsa" haciendo desastres (Crespo marca mucho en Champions League, y Vieri se desquita en campeonato, pero entre ambos tienen un poder de fuego mortal), el día que Héctor Cúper logre arreglar la zona central y decida quienes deben ser los laterales, Inter será una máquina letal para los adversarios.

Juventus visitó a Roma y atrapó un empate casi milagroso, por 2 a 2 luego de estar perdiendo por 2 a 0. Francesco Totti y Antonio Cassano fueron los marcadores de Roma, mientras que Alex Del Piero y Pavel Nedved se encargaron de los tantos de Juventus. Con este empate, Juventus también tiene 26 puntos y comparte el segundo lugar en la tabla.

Comenzamos con decir que el partido fue muy bueno desde el punto de vista técnico pero horrible desde el costado disciplinar, con tres expulsados - y debieron ser muchos más - infinidad de faltas y un árbitro demasiado joven superado por la importancia del partido.

Roma mereció, en el plano del juego, quedarse con la victoria, pero comprometió el resultado con comportamientos absurdos y un nerviosismo que es síntoma claro de los problemas internos al plantel. Aún así, el empate de los visitantes fue injusto, porque Juventus disparó apenas dos veces hacia el arco mientras que Roma pudo haber liquidado el pleito en varias ocasiones, de las manos de un Totti extraordinario, expulsión a parte.

Juventus sigue salvándose en los minutos finales, lo cual demuestra un carácter indomable, pero la suerte, como demostró el caso de Inter, no puede durar eternamente. Roma posiblemente haya perdido el último tren para subirse a la lucha por el título. Para peor, el domingo deberá visitar a Milan sin Totti y Vincent Candela, los dos expulsados ante Juventus.

El resto de la fecha
Bologna en su casa es una máquina: venció por 3 a 0 a Módena, con goles de Tomas Locatelli, Julio Cruz y Christian Amoroso, todos en el segundo tiempo. Bologna ganó todos los encuentros como local, suma 22 puntos y alcanzó a Chievo en la quinta posición: es su mejor campaña desde 1967. Módena aguantó el primer tiempo, pero luego no pudo mantener el ritmo de los locales y terminó triturado. Es el único equipo, junto al alicaído Torino, que todavía no empató: 6 triunfos y otras tantas derrotas, para un total de 18 puntos que le valen una cómoda octava posición.

En Reggio Calabria, Reggina y Chievo empataron por 1 a 1, con goles del japonés Nakamura de penal y empate del defensor Nicola Legrottaglie. Reggina fue superior en el primer tiempo, pero en el segundo pecó de ingenuidad y le permitió a Chievo, un equipo que ya se comporta como un grande, equilibrar el marcador y quitarle dos puntos muy valiosos, ya que el único representante del Sur de Italia está en plena zona descenso, con apenas 7 puntos.

En Turín, Parma apabulló a un Torino cada vez más en crisis por 4 a 0, con goles de Matteo Brighi, Adrián Mutu y del brasileño Adriano (un doblete). Parma es un equipo joven pero con mucho talento en sus filas, y si se le deja jugar se vuelve irresistible. Torino preocupa porque sus jugadores, a 22 fechas del final, parecen haberse ya rendido al triste destino del descenso, y el nuevo técnico Renzo Ulivieri no logra quebrar el mal momento. Parma está séptimo, con 19 puntos, mientras que Torino sigue anteúltimo, con 6 unidades.

En Bergamo, Atalanta profundizó su crisis al perder por 2 a 0 ante un brillante Perugia. Los goles fueron de Fabrizio Miccoli - otra vez un verdadero golazo - y Massimiliano Fusani. Atalanta suma 8 puntos, y en este momento sería el último condenado a la pérdida de categoría, mientras que Perugia comenzó a volar, ganó el primer partido como visitante, muestra un juego muy bonito y con 17 puntos puede pelear la "zona UEFA".

Por último, el partido entre el colero Como y Udinese fue suspendido por la inundación provocada por el desborde del Lago de Como, y todavía no se fijó la fecha en la que podrá ser recuperado.

Los latinoamericanos
Diego Simeone (Lazio): 7
Otra vez marcó el gol fundamental, el que volvió a abrir el partido, y ya suma 4 tantos en la temporada. Además, entendió que Maresca manejaba el juego de Piacenza, y lo borró de la cancha. Está viviendo una segunda juventud.

Juan Pablo Sorín (Lazio): 6,5
Empujó como loco por el carril izquierdo, arañó el gol de cabeza, está mucho más suelto y confiado. Lazio aún no vio el mejor Sorín, y sin embargo está puntero...

Claudio López (Lazio): 8
Comienzan a escasear adjetivos. El Piojo hace goles (y van 5), sigue distribuyendo asistencias (ya son 9), y ningún defensor encuentra la forma de pararlo. Es el símbolo de este momento excepcional de Lazio.

Mauro Obolo (Piacenza): 6,5
El joven argentino es una grata sorpresa: se movió bien por todo el frente de ataque, entendió enseguida que en Italia hace falta jugar sin pausas y a toda velocidad, dio la asistencia para el segundo gol y pudo haber marcado uno. Esperemos que tenga otras ocasiones para seguir sumando experiencia.

Javier Zanetti (Inter): 7,5
Imparable por todo el primer tiempo. Sufrió un pisotón en la mano derecha, pero como verdadero capitán se rehusó a dejar la cancha por eso y siguió empujando como sabe y contagiando a sus compañeros.

Iván Córdoba (Inter): 6,5
Despachó sin problemas el poco trabajo que tuvo. El albanés Tare mide por lo menos 15 centímetros más que él, pero nunca pudo ganarle de cabeza.

Hernán Crespo (Inter): 6,5
Esta vez no marcó goles, pero le abrió autopistas a su compañero Vieri, quien no marcaba desde el 9 de noviembre, y lo asistió en dos ocasiones. Siempre presente en la zona caliente.

Walter Samuel (Roma): 6
Está un poco lento, lejos de su mejor condición, pero aún así es el más firme de una defensa que sufre regularmente por lo menos dos goles por partido. Necesitaría descanso, pero Capello no puede dárselo. Y el sábado le toca Shevchenko, su "sombra negra"...

Gabriel Batistuta (Roma): 4,5
Uno de sus peores partidos. Tuvo la pelota para el 3 a 1 que hubiera cerrado el encuentro, y falló justo con su mejor arma, la potencia: se dejó alcanzar por el defensor y ni siquiera pudo patear. Erró hasta paredes elementales, y jamás logró entrar en calor. Parece que con la edad le cueste ingresar a partido comenzado.

Pablo Montero (Juventus): 4
El veterano uruguayo perdió como un chiquilín con Totti en el primer gol, nunca mostró seguridad y debió ser expulsado por una reacción infantil: un desastre.

Mauro Camoranesi (Juventus): 6,5
En el primer tiempo, fue el único de Juventus que trató de jugar, se juntó por el carril derecho con Thuram y llevó mucho peligro. De su pie salió la asistencia para el primer gol, el cabezazo de Del Piero. Sin embargo, Lippi lo sacó para poner a Zalayeta, seguramente un desacierto.

Marcelo Zalayeta (Juventus): 4,5
Jamás logró "entrar" en el partido. Tomó el lugar de Camoranesi sobre la derecha, pero no tiene las características para ese puesto. No debió haber ingresado.

Marcelo Salas (Juventus): s.v.
15 minutos en el final, sin dejar huellas de su presencia.

Julio Cruz (Bologna): 7,5
En el primer tiempo apareció poco, pero en el segundo mostró todo su potencial, con un gol muy bonito - cabezazo en zambullida -, la asistencia para el tercero - Amoruso sólo tuvo que "soplarla" - y el movimiento constante que enloquece a las defensas. Lleva 6 goles en el torneo, nos parece que su objetivo de llegar a los 10 tantos va a ser ampliamente superado.

Carlos Paredes (Reggina): 6
Luego de algunos partidos en los que pagó sus ganas de hacer demasiado, esta vez jugó con prudencia y seguridad, sin excederse pero también sin errores.

La próxima fecha
El campeonato italiano está superando el examen. Con el pasar de las fechas, las características novedosas de audacia y juego ofensivo no desaparecen, y por el contrario cada vez la tendencia parece más firme. Por ejemplo, en la doceava jornada hubo 26 goles en 8 encuentros, con un espectacular promedio de 3,25 tantos por partido y ningún marcador sin goles. Hubo más triunfos externos (3) que internos (2), las victorias visitantes totales (31) superan ampliamente a los empates (24). Además, hay cuatro equipos en apenas un punto, lo que garantiza emoción e incertidumbre.

Este espléndido torneo vivirá en la próxima jornada varios momentos de "alto voltaje": el sábado, por ejemplo, se jugará el desafío cruzado entre Roma y Milán, con Lazio que recibirá a Inter y Milan que hará lo propio con Roma.