El equipo de Carlo Ancelotti mereció el triunfo, porque mantuvo siempre el control de la pelota y buscó permanentemente el arco de enfrente, ante una Roma que fue a Milán con el claro objetivo de no perder y se comportó como un equipo "chico". Por otra parte, ese planteo le dio buenos resultados, y las jornadas anteriores habían dejado en claro que Milan sufre muchísimo ante equipos que se defienden y dejan poco espacio.

Milan comenzó el partido con una formación "piramidal", un 4-3-2-1 que en vísperas de las festividades fue bautizado fantasiosamente como "árbol de Navidad". Pero la enorme cantidad de juego producido por los volantes encontraba en Shevchenko un terminal insuficiente: en el segundo tiempo Ancelotti se dio cuenta de que era necesario el ingreso de Inzaghi para multiplicar las posibilidades ofensivas, y por lo visto la variante del técnico resultó ganadora.

De hecho, la victoria de los locales llegó gracias a un yerro arbitral, porque Inzaghi se ajustó con un pícaro toque de mano la pelota antes de construir la pared con Shevchenko que lo dejó de cara al gol.

Más allá de las circunstancias, incluyendo el increíble error de un desconocido Gabriel Batistuta que desperdició la más clara de las ocasiones por el empate, se puede afirmar Milan ganó con justicia, y el triunfo tiene un valor aún más grande ya que eliminó de la lucha por el título a un rival directo.

En efecto, Roma quedó en la onceava posición, a 12 unidades de la punta, y deberá apuntarles todos los cañones a la Champions League, porque ni siquiera una hazaña podría permitirle volver en juego para el torneo local.

Milan demostró merecer también la punta del "torneo más difícil del mundo": tiene la defensa menos vencida (9 goles, como Bologna), la mejor delantera (28 tantos, como Inter y Lazio), y seguramente expresa el mejor juego del torneo, condimentado por un plantel estelar repleto de campeones.

Ante Roma se sumó definitivamente otra estrella, el argentino Fernando Redondo, quien recibió una ovación impresionante a su ingreso en la cancha. Todo el público, que nunca pudo hasta ahora admirar al volante en la cancha, se levantó para aplaudirlo y lo apretó en un multitudinario abrazo por el tesón, la firmeza y la valentía demostrados en la exitosa lucha contra una lesión gravísima, que por momentos pareció poder acabar definitivamente con su brillante carrera.

LAZIO E INTER DIERON ESPECTÁCULO
Ni el mejor guionista habría podido imaginar un espectáculo más emotivo y apasionante del que Lazio e Inter ofrecieron en el estadio Olímpico de Roma. El empate por 3 a 3 pudo haber sido aún más rico de goles, y la progresión del marcador fue fantástica, porque antes Lazio se puso en ventaja por 3 a 0 gracias a un triplete de su mejor jugador, Claudio "Piojo" López, y luego Inter coronó la increíble remontada, comenzada con un gol en contra de Fernando Couto, con un doblete del turco Emre.

El todo condimentado por pelotas en los postes, infinidad de ocasiones y un constante ida y vuelta de dos equipos jamás apagados. Un partidazo, en otras palabras, la mejor de las publicidades posibles para el fútbol.

Luego de apenas 37 minutos de juego, todo parecía haberse acabado: Lazio conducía por 3 a 0, López parecía de otro planeta, los jugadores de Inter lucían derrotados y sus rostros denunciaban asombro e impotencia.

Pero la suerte, en ese instante, decidió darle una manito a Héctor Cúper, y la diosa vendada usó la cabeza de Couto para su propósito: el defensor envió en su propio arco la pelota que había sido rechazada por el travesaño luego del cabezazo de Hernán Crespo.

En el segundo tiempo, Inter supo aprovechar los beneficios provocados por el ingreso de Alvaro Recoba y la sustitución de Diego Simeone. En efecto, los volantes de Inter encontraron los laterales clausurados pero mucho espacio por líneas internas, y Giuliano Giannichedda - sustituto de Simeone - le dejó demasiada libertad a Emre. El turco supo aprovecharla, primero con un delicioso y mórbido zurdazo desde unos 20 metros por arriba del arquero adelantado y luego con un potente derechazo esquinado, dos verdaderos golazos.

El clásico, más allá del buen espectáculo, confirmó los análisis previos: Lazio juega un fútbol muy bonito pero ataca mejor de como defiende, mientras que Inter es un equipo esquizofrénico que puede pasar del infierno al paraíso en cuestión de minutos. De cualquier manera, ambos siguen prendidos en la lucha y es probable que sean protagonistas hasta el final.

JUVE PERDIÓ EL TREN, CHIEVO-BOLOGNA, A MANO
En el resultado más sorpresivo de la fecha, Brescia le ganó en su casa a Juventus con un rotundo 2 a 0, producto de los goles del austríaco Markus Schopp y del albanés Igli Tare. De esta manera cayó el único invicto del torneo, y la derrota le costó a Juventus el resbalón hasta la cuarta posición, a tres puntos de Milan.

Se trata de un resultado sorpresivo, pero en nuestra última columna decíamos, con respecto al equipo de Marcello Lippi, "la suerte no puede durar eternamente". En efecto, Juventus había empatado sus últimos tres partidos - ante Bologna, La Coruña y Roma - en los últimos minutos luego de estar en desventaja, y sin mostrar un juego brillante.

Juventus es un equipo que practica - muy bien, por cierto - un fútbol de dominio físico, fundado sobre la dinámica y la potencia, pero con poca fantasía. Evidentemente, el plantel está pasando por un bajón atlético, y Alex Del Piero, luego de un comienzo explosivo, está "cambiando el aire" y no logra tapar los problemas con sus goles.

Ante Brescia, todo esto se vio con absoluta claridad: Del Piero casi ni apareció, y la estantería se derrumbó cuando salió el holandés Edgard Davids, quien hasta ese momento se había puesto literalmente el equipo al hombro.

Brescia mereció el triunfo y pudo haber ganado por más goles, con una enorme tarea de sus volantes y el acostumbrado aporte de Roberto Baggio. Inclusive, el comportamiento del árbitro fue vergonzoso: trató de favorecer alevosamente a los visitantes, expulsó a un jugador local, inclinó la cancha en el final y concedió ocho absurdos minutos de descuento. Pero Juventus no hubiese podido torcer la historia aún jugando 90 minutos más.

En Verona, Chievo y Bologna empataron sin abrir el marcador, y ambos ahora comparten el quinto lugar con 23 puntos. No hay que dejarse engañar por el marcador sin goles: el partido fue atractivo y divertido, tácticamente muy bien interpretado por ambos equipos y jugado con un ritmo impresionante.

Pasa que los dos juegan esquemas casi especulares, con gran presión en la zona media y una disciplina táctica ejemplar; Chievo posiblemente tenga mejor ataque, pero Bologna tiene la mejor defensa del campeonato, y entonces el 0 a 0 era el resultado más lógico si nadie cometía un error. De toda manera, ambos equipos ratificaron su buen momento y la excelente conducción de sus entrenadores.

EL RESTO DE LA FECHA
En Parma, el equipo local derrotó a Reggina por 2 a 0, con un doblete del brasileño Adriano. Parma suma 22 puntos, que le valen la séptima posición, mientras que Reggina sigue metida en las arenas movedizas de la zona baja de la tabla, y podría quedar última cuando Como y Torino recuperen los partidos que tienen pendientes.

En Parma se vivió también el duelo entre los dos japoneses Hidetoshi Nakata y Shunzuke Nakamura, el "Naka-clásico" como se lo llamó simpáticamente en la prensa local: este desafío oriental terminó sin ganadores, porque ambos fueron entre los mejores en la cancha.

En Módena, los locales obtuvieron el primer empate de la temporada, al igualar por 1 a 1 con el colero Como, que así interrumpió una racha negativa de 5 derrotas consecutivas. Módena se había puesto en ventaja con un gol del joven Giuseppe Sculli, quien aprovechó un grosero error del arquero Fabrizio Ferron, pero en el final el equipo dirigido por Eugenio Fascetti, quien tomó el lugar de Loris Dominissini hace 10 días, encontró el merecido empate con un cabezazo del croata Sasa Bjelanovic. Módena suma 19 puntos y está octavo, mientras que ese punto le permite a Como mover la tabla y seguir soñando con un futuro mejor.

En Udine, Udinese venció a Empoli por 2 a 1, con goles del chileno David Pizarro y de Vincenzo Iaquinta, ambos de penal. Ighli Vannucchi había puesto el transitorio empate. Udinese fue más ordenado y mereció la victoria, pero Empoli, que había ganado sus primeros cuatro partidos como visitante, le jugó de igual a igual y sólo fue doblegada desde los once pasos.

En Perugia, el equipo local empató por 0 a 0 ante Piacenza, en el peor partido de la fecha. En efecto, este encuentro no tuvo nada que ver con el de Verona: mientras que Chievo y Bologna dieron espectáculo, en Perugia el público se retiró aburrido y disconforme. Es la primera vez en el torneo que en una fecha se verifican dos empates en blanco, y de hecho en esta jornada hubo pocos goles, apenas 16 en 8 encuentros.

El noveno partido, entre Torino y Atalanta, fue postergado por el fallecimiento del médico de Atalanta, un joven profesional de 47 años que dejó de existir por causas naturales una hora antes del comienzo del juego. Obviamente, el plantel de Atalanta quedó sumamente conmocionado y la Liga decidió postergar el encuentro.

LOS LATINOAMERICANOS
José Chamot (Milan): 6,5
El Flaco argentino fue titular por primera vez en este campeonato, luego de una larga ausencia por lesión. Cumplió una buena tarea sobre el costado izquierdo de la defensa, y lo borró a Cafú de la cancha.

Fernando Redondo (Milan): 8
¿Cómo, apenas 15 minutos le valen un 8? El voto es un premio por el coraje demostrado en estos dos años de lucha y por la personalidad mostrada desde el primer instante en la cancha: los 15 minutos le alcanzaron para un par de jugadas de otro planeta y para demostrar que puede ser fundamental en este equipo plagado de campeones.

Walter Samuel (Roma): 6
Hasta cuando Milan mantuvo al solo Shevchenko en ataque, el argentino no tuvo mayores problemas y lo frenó muy bien. Luego del ingreso de Inzaghi, la defensa perdió las medidas y él erró la posición en la jugada del gol decisivo.

Gabriel Batistuta (Roma): 5
Su ingreso le cambió la cara al equipo, que al fin se decidió a atacar un poco, pero se "comió" un gol increíble y que valía el empate. El error lo golpeó anímicamente y lo "sacó" de la cancha.

Diego Simeone (Lazio): 6,5
Fue muy importante en la zona central: en el primer tiempo cortó todas las iniciativas de Inter, en el segundo estaba sufriendo un poco más pero aguantaba. Mancini decidió remplazarlo con Giannichedda, y así le fue: Emre hizo lo que quiso y le empató el partido. Moraleja: los grandes no se sacan nunca, especialmente en ese tipo de partido. Mancini es joven y sabrá aprender de su error.

Claudio López (Lazio): 8,5
Tres goles (y van 8 en el torneo) y un primer tiempo de novela. En 37 minutos el argentino puso de rodillas a Inter. En el segundo tiempo, cuando su equipo se retrasó demasiado, quedó aislado, pero aún así protagonizó las pocas jugadas de contraataque de Lazio.

Javier Zanetti (Inter): 6,5
¿Recuerdan esas viejas películas de vaqueros, en las que cuando todo estaba perdido se escuchaba sonar la trompeta de la caballería? Bueno, en Inter el que suena la carga siempre es él. Luego de un primer tiempo de sufrimiento, porque Lazio mandaba dos hombres por su carril y no lo dejaba subir, en el segundo se hizo imparable con la pelota al pie y fue salida permanente del equipo.

Iván Córdoba (Inter): 5,5
Hizo lo que pudo contra López, pero tiene en su conciencia el segundo gol del argentino. El colombiano jugó mejor en el segundo tiempo, cuando pudo hacer valer su velocidad en los cierres.

Alvaro Recoba (Inter): 7
El uruguayo entró a los 30 del primer tiempo, e Inter comenzó a jugar. Hasta se encargó de cubrirles las espaldas a Emre y de abrirle espacios, ya que por el lateral no se pasaba pero por el centro se creaba una autopista.

Matías Almeyda (Inter): 6
Promedio entre un pésimo primer tiempo, en el que Stankovic le "pintó la cara" repetidamente, y una segunda etapa mucho mejor, en la que logró tomarse la revancha.

Hernán Crespo (Inter): 6,5
Cuando todos sus compañeros estaban entregados, sacó de la galera el cabezazo que se estampó sobre el travesaño y, de rebote, se transformó en el gol que reabrió el partido. Luego, se dedicó a arrastrar la marca para abrirle espacios a los volantes, y en el segundo tiempo otro cabezazo suyo pegó en el palo, negándole un gol que seguramente merecía por la cantidad de trabajo realizado.

Gilberto Martínez (Brescia): 7,5
En los dos errores - clamorosos - de Di Vaio algo tuvo que ver él: en el primero ensució el cabezazo del delantero y en el segundo le tapó el disparo a quemarropa. Más en general, presidió el costado derecho del área con solvencia y personalidad, y fue el creador de todas las salidas en contraataque de Brescia.

Mauro Camoranesi (Juventus): 6
Fue el único de su equipo capaz de saltar al hombre, de inventar y crear algo. Le sirvió el gol a Di Vaio, pero éste increíblemente mandó el cabezazo afuera. Le abrió autopistas sobre el carril derecho a Zambrotta, pero éste casi nunca las aprovechó. Menos bien en el aspecto defensivo que en anteriores ocasiones.

Marcelo Zalayeta (Juventus): 5
En todo el partido, apenas produjo un cabezazo, demasiado central como para preocupar al arquero rival. Muy poco para retribuir la confianza del técnico.

Julio Cruz (Bologna): 6
No era el mejor partido para él, ya que siempre tuvo que aguantar de espaldas y nunca recibió un balón en profundidad. Aún así, tuvo una ocasión que el arquero le tapó con una buena atajada.

Carlos Paredes (Reggina): 6,5
Mucho sacrificio para el paraguayo, quien recuperó una cantidad notable de pelotas y no lució nunca en dificultad.

Julio César León (Reggina): 6
El hondureño jugó la última media hora, y no tuvo el tiempo necesario para "entrar" en el partido. Jugó con la acostumbrada movilidad pero con poca lucidez.

Hugo Campagnaro y Mauro Obolo (Piacenza):
Ambos ingresaron en los minutos de descuento, para congelar el partido. Es importante, de cualquier manera, que hayan quedado establemente en el grupo de convocados.

LA PRÓXIMA FECHA
La próxima jornada comenzará el sábado, cuando por la tarde se enfrentarán Piacenza y Chievo y en el turno nocturno se disputará otro clásico emiliano entre Bologna y Parma. Sin embargo, la jornada vivirá su momento de máximo interés en Turín, donde Juventus recibirá a Lazio en el partido nocturno del domingo. Es interesante notar que Lazio ganó los 6 encuentros disputados como visitante en este torneo, mientras que Juventus tiene en su cancha un rendimiento desparejo, con 3 victorias y otros tantos empates.