El jugador, a bordo de un Porsche gris metalizado, llegó a vía Durini a las 10:20 GMT y allí le esperaban el consejero delegado del Inter, Rinaldo Ghelfi, el director general, Massimo Moretti, y el director técnico, Lele Oriali.

Todos comieron en la sede del conjunto interista unas pizzas que encargaron a un local situado en las cercanías mientras cerraban los flecos de un fichaje que oficiosamente todo el mundo da por hecho.

El Inter obtuvo de la Federación Italiana de Fútbol una prórroga (hasta las 24:00 hora local del sábado) del plazo de inscripción de jugadores en el campeonato nacional, que finalizaba a las 11:00 GMT.

La noticia del inminente traspaso y de la presencia de Ronaldo en las oficinas del club ha hecho que más de un centenar de personas se concentraran en las inmediaciones para seguir de cerca el que puede ser el último capítulo del culebrón del verano.

En medios próximos a la negociación se insiste en que el compromiso se cerrará en torno a unos 52 millones de euros, 20 en efectivo, 22 procedentes de la posterior venta por parte del club italiano del delantero madridista Fernando Morientes al Barcelona y 10, aplazados hasta diciembre, en metálico o por el traspaso de un jugador tasado en este precio. El Inter y el Real Madrid acercaron mucho sus posiciones en las últimas horas, tras reabrir las negociaciones, después de los contactos sin éxito mantenidos en Montecarlo durante la disputa de la Supercopa de Europa.

El propio Ronaldo intervino personalmente el viernes por la noche para desbloquear las conversaciones al invitar a cenar a su domicilio al director general del Inter, Massimo Moretti.