El "Matador", que fue goleador del Universidad de Chile, el River Plate argentino, el Lazio italiano, y en la selección chilena, vive un oscuro momento en el Juventus de Turín, en el que casi no ha jugado en la actual temporada, y cuando lo ha hecho se ha visto mal y enemistado con la portería contraria.

La separación "influyó mucho, claramente ni estaba en condiciones de rendir en la cancha, aunque siempre me esforcé por dar el máximo", dijo Salas en una entrevista que publica el diario "Las Ultimas Noticias", en la que por primera vez habló de su situación matrimonial.

"Para que no se inventen cosas prefiero decirlo yo", explicó el delantero nacido en Temuco, que añadió que quedarse solo en Turín, "una ciudad especialmente fría, echando de menos a mis hijas", lo liquidó desde el punto de vista futbolístico.

Marcelo Salas se casó en 1996 con Carolina Messen, con la que tiene dos hijas, de cuatro y un año y medio, respectivamente, y siempre se preocupó de no exponer públicamente su intimidad familiar, por lo que la noticia de su separación impactó en el ambiente futbolístico chileno. Salas subrayó que en su caso no ha habido "infidelidades ni nada que se parezca".

"Nuestra relación con Carolina simplemente se desgastó, como puede sucederle a cualquier matrimonio", explicó el goleador, que además pidió a la prensa "respeto" por la situación que le afecta.

Marcelo Salas, que está concentrado con la selección que jugará dos amistosos con Perú, el 30 de marzo en Santiago y el 2 de abril en Lima, consideró la convocatoria como una terapia adecuada para sus problemas futbolísticos y afectivos.

"Creo que este período me ayudará muchísimo, sobre todo a recuperar la confianza. Estos amistosos con Perú me vienen como anillo al dedo, pues acá estoy entre amigos y me siento respaldado", concluyó.