El chileno pasó un momento insólito durante la segunda ronda del Abierto en Royal Troon Golf Club al firmar un ¡quíntuple bogey en el hoyo ocho! Después de eso, brilló.Si algo quedó claro después de la segunda ronda del 152º Abierto Británico es que Joaquín Niemann tiene una mentalidad granítica. El examen de serenidad y temple que enfrentó el chileno en el campo Royal Troon de Escocia fue increíble. El camino empinado y ríspido podría haber significado la claudicación para muchos, pero el santiaguino logró enfriar su cabeza después de vivir una pesadilla increíble en el hoyo 8 del campo escocés. Niemann llegó al fatídico, famoso y complicado par 3 del hoyo 8 después con un par de birdies (hoyos 1 y 3) y un bogey (en el 8), que lo tenían uno bajo el par para el torneo (a seis del líder en ese momento). La ronda venía muy bien, pegando firme… Pero llegó el maldito ocho. Su golpe de salida picó en el green, entró en pendiente y, al mejor estilo de bolilla girando en la ruleta de un casino, la pelota terminó en el búnker ubicado a la derecha de la bandera. Con tranquilidad, el chileno le pegó firme, la sacó de la trampa, la pelota recorrió el green y… ¡Se fue al búnker ubicado a la izquierda de la bandera! La situación ya podría haber desequilibrado a cualquier terrenal, pero el chileno respiró profundo y siguió. ¡Y lo peor no había llegado! La trampa de arena de la izquierda de la bandera era muy profunda y la pelotita estaba muy cerca de la alta pared. Resultado: el chileno buscó jugarla hacia el hoyo y… Sí, pegó en el muro de césped y la bocha volvió a sus pies. En ese momento ya era para revolear los palos, llamar un taxi e irse al hotel. Pero, ¡todavía faltaba! El cuarto tiro decidió jugarlo a buena, ya haciendo a un lado la idea de buscar la bandera. Y su tiro picó en el green, corrió por la pendiente y… ¡Se fue al búnker que esté ubicado en la cabecera del green! Sí, tercer búnker en el que caía en el mismo hoyo. De ahí, sí, llegó al green y necesitó tres putts para firmar un insólito quíntuple bogey que lo hizo viajar directamente a +4 y lo metió en un tembladeral para pasar el corte. ¿Qué se podía esperar después de eso? Un lógico desmoronamiento de Niemann en los 11 hoyos restantes, no pasar el corte e irse a la casa. Sin embargo, el chileno no bajó los brazos, tragó saliva, respiró profundo y encaró el resto de la segunda ronda con una entereza envidiable. Y brilló. Firmó cuatro birdies en el recorrido de vuelta (10, 12, 14 y 15) para cerrar la ronda con 71 (par de la cancha) y quedar par en el torneo e, increíblemente, soñar con la chance de, por qué no, pelear por el título. Porque arrancará el fin de semana a siete del líder, Shane Lowry, y a solo uno de los cuatro que comparten el séptimo lugar. Una redención notable, después de pasar, probablemente, por uno de los peores momentos deportivos de su carrera en ese maldito hoyo 8. Este sábado, Niemann buscará mantener el nivel que tuvo en los segundos nueve hoyos de la segunda ronda. Claro, deberá rendir otro examen de fortaleza mental cuando llegue el momento de enfrentarse otra vez a ese maldito hoyo 8.
|