Golf
Ignacio Colombo 4y

El Masters que lo cambió todo: Tiger Woods campeón 1997

Abril de 1997. Es la semana del Masters, el ritual sagrado del golf sobre los fairways inmaculados, las magnolias en flor y los caddies de blanco. En ese entorno, un joven de 21 años, llamado Tiger Woods, irrumpía poniendo de rodillas a sus rivales, derribando prejuicios raciales y superando las barreras de aquello considerado imposible en el deporte. El impacto de este acontecimiento no era solamente por ver a un joven fenómeno derrotar a los mejores jugadores por nada menos que doce golpes, destrozando el récord de nueve golpes establecido por Jack Nicklaus en 1965 y haciendo el score más bajo de la historia del Masters, 18 bajo el par. Era también por la sobrenatural calma con la que Woods estaba demoliendo la cancha de Augusta National, considerada desde siempre como una de las más difíciles.

Colin Montgomerie, entonces uno de los mejores jugadores del mundo, salió con Tiger el sábado, tercer día de la competencia. Woods hizo -7 ese día. “El 65 más fácil que vi hacer en mi vida” diría sorprendido Montgomerie. “Lo que vi desde el hoyo 2 en adelante me hizo pensar, vamos, esperen un minuto, ¿esto está pasando realmente?” Y continuaba: “Es extraordinario. Tiene un juego que no he visto nunca, y que ninguno de nosotros tiene ni podrá tener”.

En la vuelta final, el domingo, Tiger hizo -3 y desde el hoyo 10 su vuelta se transformó en una marcha triunfal. “Desde el hoyo 13 hasta el 18 el público se volvió literalmente loco con Tiger, lo ovacionaron continuamente”, recordaba el italiano Constantino Rocca, su compañero de juego de ese 13 de abril. “No creo que nadie se acuerde de que yo estaba en la cancha ese día. Fue muy bueno para Tiger, pero nada bueno para mí”.

Para encontrar este evento, ingresar a la Guía ESPN

Luego de hacer par en el par 3 del hoyo 12, Tiger estaba en el tee del famoso hoyo 13. En ese punto Tiger llevaba una ventaja de 10 golpes sobre el segundo, Tom Watson. Ahí parado, alto, con una madera 3 con vara de acero en sus manos, Woods disparó su salida como una flecha al medio del fairway y se agachó enseguida para levantar su tee. “No se podría haber hecho un tiro mejor”, decía el ya grande Ken Venturi, relatando la trasmisión televisiva. Antes de empezar a caminar, Woods le dedicó a su caddie, Mike (Fluff) Cowan, una sonrisa que desbordaba una confianza infinita.

Tiger, que recién cumplía 21 años, se había hecho profesional el año anterior (1996) y ya había ganado tres torneos. Llegó a Augusta pensando que podía ganar, o quizá mejor dicho, esperando ganar.

En una nota concedida al programa de TV Trans World Sports, en noviembre de 1990 -cuando tenía apenas 14 años- a Tiger, que estaba acompañado por su padre, Earl Woods, le preguntaron qué significaba para él ser un joven afroamericano en un deporte de hombres blancos, y si sentía el racismo. Él responde: "No todos los días, pero cada vez que voy a un country club importante lo siento. Puedo percibir que me miran y piensan, ¿qué estás haciendo acá? vos no deberías estar en este lugar". Le preguntron también cómo cree él que puede llegar a influir en el golf y le mencionan a Jack Nicklaus. Tiger responde, que siendo afroamericano puede llegar a ser más grande que él. Al final de la entrevista le preguntan cuál es el campeonato que más ansía ganar. Tiger, apenas un adolescente, responde: "El Masters, por lo que significa ese lugar. Si yo gano en Augusta, será realmente importante".

Tiger generaba una gran velocidad en su swing. La ventaja de la juventud y de un movimiento muy fluido. En esos días Woods sobrepasaba a la mayoría de los jugadores por 30 o 40 yardas. Tenía un extraordinario juego con los hierros y su performance sobre el green era fabuloso. Cuando esos tres factores se combinaban, como ocurrió en aquella semana en Augusta, era simplemente imbatible.

Esa semana Tiger Woods rompió 20 récords en Augusta e igualó otros siete. Entre los más relevantes está el récord de golpes en el torneo (270). Fue el campeón más joven. Woods fue el único en ganar el Masters en su primera presentación como profesional. Fue el ganador con el mayor margen sobre el segundo (12 golpes). También fue el que hizo el peor registro para un campeón en los primeros 9 hoyos del torneo (40 golpes).

ESPN volverá a poner al aire ese Masters este jueves (17.00 ARG y URU,16.00 CHI, 15.00 COL, PER y ECU). Verlo nuevamente hará recordar lo verde que es el pasto de Augusta, lo blanco que son sus bunkers y lo joven, talentoso y seguro de sí mismo que era y sigue siendo Tiger Woods.

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