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El 12 de junio de 2014 fue el día que todo vimos a Luciana Aymar llorar. Sucedió en el Mundial de La Haya, luego de la derrota 4-0 de Las Leonas ante Países Bajos. Tras ese partido, la capitana del seleccionado de hockey se quebró al hablar de lo que pensaba iba a ser su último torneo con la camiseta celeste y blanca. Aymar destacó la impotencia que le generaba no estar al 100% para sus compañeras.  Por primera vez en su carrera, la mejor jugadora del mundo se había lesionado en una competencia oficial. Fue en el tercer partido de la zona versus Alemania. Aymar sintió una molestia en su pierna derecha, salió y no volvió a entrar. Esa resolución ya denotaba la gravedad de la lesión. Por eso, junto con el cuerpo médico, decidieron que Aymar no jugaría el siguiente partido ante Inglaterra. La evolución no fue como deseaban y determinaron que tampoco estuviera en el campo ante China para finalmente sí contar con ella en la instancia decisiva. Así fue como Las Leonas consiguieron el pase a semifinales sin tener a Luciana Aymar en cancha. El rival en semifinales fue el equipo local: Países Bajos. Aymar estaba dispuesta a tolerar el dolor pero no la angustia por no jugar ese partido para llegar al retiro con una medalla. Y así fue. Sin estar en las condiciones que esperaba y con vendaje incluido, Aymar se vistió, se puso la cinta de capitana y salió a defender a su equipo como pudo. El resultado habló por sí solo. Países Bajos ganó 4 a 0. La Leyenda del Hockey sintió la derrota, la angustia, y comenzó a palpitar la despedida. Por eso, su llanto en la conferencia de prensa.
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