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Lince Dorado abraza su nuevo reto en los cruceros en WWE

Cuando Yokozuna y The Undertaker se enfrentaron en una lucha de ataúdes en el Royal Rumble en 1994, un chico puertorriqueño de New Jersey supo que la lucha libre sería su profesión aún cuando nunca se había subido a un ring.

En aquel momento, el joven nacido en San Juan siete años atrás, sólo conocía sobre la lucha mexicana y la lucha japonesa gracias a su abuelo, que le conseguía artículos y videos sobre la disciplina.

"Mi abuelo. Ama todo... la lucha libre mexicana, la lucha libre japonesa, la lucha libre de Puerto Rico, el WWCC. Él me enseñó todo sobre lucha libre y un día en 1994 mi tío vino con un video de WWE y me voló la cabeza! Fue la cosa más loca y sabía que tenía que llegar a la WWE", recuerda Lince Dorado, cuyo verdadero nombre es José Cordero.

"Estoy acostumbrado a la lucha libre, la máscara, pero ver a Undertaker y Yokozuna, hombre, esto es una locura y me encantó".

Bajo la máscara y con ese alias, Cordero luchó en varias independientes en el área, principalmente en la compañía Chikara luego de entrenar bajo la tutela de La Pantera en México y Mike Quackenbush y Claudio Castagnoli, mejor conocido en la WWE como Cesaro. Luego de poco más de nueve años en diferentes compañías independiente, llegó el llamado de la compañía para participar en el torneo de pesos crucero celebrado el año pasado.

"Es un sueño hecho realidad. Esto es lo que yo quería en mi vida mientras crecía en San Juan y New Jersey", recordó Cordero, de 29 años. "Esto es por lo que vivo y necesito para mí y para mi familia. Estoy muy contento y orgulloso".

Aunque en la categoría crucero Lince Dorado mantiene mucho de lo que le llevó a ser reconocido por WWE para contratarlo, acepta que el cambio le proporciona un reto para adaptarse al estilo de la compañía y continuar como una de las figuras centrales de los pesos pequeños.

"Es un reto, pero la vida es un reto", añadió Cordero. "Todo lo que hacemos es un reto, me gustan los retos. Me gusta aprender cosas nuevas en la lucha libre, aquí en WWE. Acepté y abracé el reto. Esto es lo que hago y haré lo que tenga que hacer para mí y para mi familia".

Parte de los cambios a lo que ha tenido que adaptarse Lince Dorado es el desarrollo de la trama, contar una historia sobre lo que acontece en el ring. En las independientes, aunque se hilaba una trama, se concentraba más en el aspecto físico del espectáculo.

"Es más diferente. Aquí es más sobre el personaje. En los independientes es más lucha, aquí es sobre contar una historia, vender, decirle a la gente la emoción que traemos a la gente aquí en la arena y la gente en la televisión. Es bien diferente, pero el reto es bien aceptado", explicó Cordero, quien avanzó a la segunda ronda del torneo para elegir al primer campeón crucero en el 2016.

Como la mayoría de los luchadores, Cordero aspira a llegar a Wrestlemania y combatir en el escenario más importante de la WWE. De todas sus metas, la más importante fue lograda el pasado año.

"Luchar en Wrestlemania. Es la única meta", adelantó Cordero. "En WWE, tu meta es llegar aquí y ya estoy aquí. La meta es llegar a ser campeón crucero, un día llegaré a ser campeón crucero. Pero la meta principal es luchar en Wrestlemania".

Fuera de esa ambición, a Lince Dorado le encantaría regresar a Puerto Rico en algún momento para poder luchar en la isla que lo vio nacer. Aunque admite la pasión que amarra al llamado Universo de la WWE, nunca la ha sentido más intensa que en apenas dos ocasiones que luchó en el territorio caribeño, una vez con el World Wrestling League y otra con el grupo conocido como 100 por ciento lucha.

"Esos dos son mis encuentros favoritos fuera de Estados Unidos", admite el luchador. "La gente en Puerto Rico son tan apasionados y eso es lo que extraño, la pasión de México y Puerto Rico. WWE tiene pasión, pero esa gente cree. Creen en los luchadores, en mí, en todos. Y creen en la lucha y me encanta".