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American Gladiators, el primer reality de TV donde las personas normales competían contra los mejores atletas

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American Gladiators, el primer reality de TV donde los concursantes probaban sus límites físicos y mentales (1:53)

American Gladiators fue el primer reality donde las personas normales competían contra los mejores atletas. Los concursantes probaban sus límites físicos y mentales. En Estados Unidos, su popularidad fue tal que se convirtió en un ícono de la cultura pop, (1:53)

Las pistas de obstáculos diseñadas para el icónico programa deportivo American Gladiators fueron hechos con el único objetivo de castigar a los concursantes y probar tanto sus límites físicos como mentales. Los eventos ponían a prueba no solamente a los contendientes “normales”, sino a los Gladiators mismos. Pero para Alex Castro, quien formó parte del elenco en la segunda edición del programa, emitida en 2008, no había nada que podían crear los productores que se comparara a la dureza de la vida real.

Ante el estreno del documental de dos partes sobre American Gladiators que debutará en ESPN este 30 y 31 de mayo, los cineastas destacan muchas grandísimas historias sobre individuos que dieron vida a aquel programa icónico. En Estados Unidos, al igual que a nivel internacional, el concepto de una persona “normal” enfrentándose a atletas de élite –como Castro– fue y sigue siendo popular hasta nuestros tiempos.

Castro es cubano, pero decidió dejar la isla en 1994 con el sueño americano en la mente. Alex, su primo, y un grupo de amigos de ambos zarparon en un pequeño barco en dirección a la península de Florida. Durante el trayecto, una fuerte tormenta arrasó con la nave, dejando a un grupo reducido en el agua, sosteniendo apenas una dona inflable mientras esperaban un milagro en el Caribe.

Cinco días después, ese milagro llegó en la forma de un buque de la Armada de los Estados Unidos, quien los llevó a la Bahía de Guantánamo, la base estadounidense en la isla cubana. Solamente uno más sobrevivió junto a Alex –su primo estuvo entre los fallecidos. Bajo el cuidado y supervisión de los militares estadounidenses, Alex pasó 18 meses recuperándose y después, como detenido civil mientras se dirimía su caso.

“Ese rescate y tiempo [en Guantánamo] me influenciaron mucho”, dijo Castro, en entrevista para Armed Forces Entertainment. “Si pude sobrevivir en el mar durante cinco días, podía sobrevivir en Estados Unidos”, continuó.

“Militia”

Eventualmente, su estatus como refugiado fue aprobado. Castro llegó a los Estados Unidos después de año y medio, y como método de agradecimiento por quienes lo salvaron, terminó por enlistar en las fuerzas armadas del país, con el Cuerpo de Marines.

Serían cuatro años de la vida de Castro como oficial activo, en el que se destacó por su gran proeza física. Midiendo 6’3” (190.5 cm) y pesando 220 libras (100 kg), el latino fue fortaleciendo su cuerpo, y en un tiempo relativamente corto, había pasado de refugiado a representante de la misma organización militar.

“Fue mi manera de devolverle el favor a las fuerzas armadas que me rescataron”, explicó Castro. “Me dieron la oportunidad de seguir mis sueños”, continuó.

Al salir de los Marines, Castro incursionó al mundo del espectáculo. Apareció en videos musicales para artistas de la talla de Will Smith y Gloria Estefan, y se incorporó a Cirque du Soleil, el circo contemporáneo que favorece malabares y acrobacias por parte de sus integrantes. En ese rubro, se encontró con un productor de televisión que lo llamó para formar parte de la versión renovada del programa que debutaría en 2008.

Castro aceptó de inmediato. Bajo la tradición de los Gladiators de adoptar sobrenombres para demostrar su ferocidad o describir un elemento de su personalidad, Alex eligió “Militia”, para seguir honrando su pasado como militar y el evento que catapultó su nueva vida en los Estados Unidos.

“Aprecio de mejor manera todo lo que he logrado por el camino en el que he tenido que viajar”, dijo Castro. “Nunca esperé dejar Cuba”, continuó.

American Gladiadors: Un sueño hecho realidad

American Gladiadors se estrenó por primera vez en 1989, el sueño hecho realidad de John Ferraro, un ex cantante que se ganaba la vida en su juventud como imitador de Elvis Presley, en su estado natal de Pennsylvania. Hasta la fecha, Ferraro porta el peinado distintivo de Elvis. Al llegar a Los Ángeles, intentó vender el concepto primero como una película.

Tras meses de ver la idea rechazada como tal, reformuló para ser un programa de televisión con base en los deportes, donde un grupo de competidores con nivel atlético superior competirían con retadores de un fondo más común y corriente. En 1989, el programa debutó en la televisión de los Estados Unidos, con el concepto de una versión deportiva de David contra Goliat.

“Fue el primer reality en donde la gente normal podía competir contra los mejores atletas”, dijo Ben Berman, director del documental, en entrevista con ESPN Digital. “American Gladiators es la historia del subestimado, y la razón por la cual es tan popular es porque en los deportes, y en la vida, [nos atraen] los subestimados”, continuó.

En Estados Unidos, su popularidad fue tal que se convirtió en un ícono de la cultura pop, inspirando un videojuego en 1991 para el Nintendo Entertainment System. La compañía de juguetes Mattel, por su parte, gastó 15 millones de dólares por los derechos de fabricar una línea de muñecos del programa.

Su versión original fue tan exitosa que inspiró versiones internacionales en Australia, Alemania, Dinamarca, Finlandia, Gran Bretaña, Japón, Nigeria, Rusia, Sudáfrica, Suecia, y una versión para audiencias en el Medio Oriente.

“Los deportes y la competencia son cosas universales”, dijo Berman. “Yo quiero ver a dos contrincantes darse con todo. Es algo muy entretenido y eso es algo de todos los seres humanos, no solamente en un solo país. No me sorprende que haya tenido éxito fuera de los Estados Unidos”, continuó.

Y pese a que Ferraro también hizo una versión de la franquicia para niños llamada Gladiadors 2000, los millennials hoy recuerdan más la imitación producida Nickelodeon, llamada Guts. La emisión original de American Gladiadors duró siete años, terminando en 1996 ante un bajón de ratings y de atención por parte de la prensa.

Pero hace quince años, y con la huelga de los guionistas de Hollywood mermando la creación de programación nueva para los medios televisivos en Estados Unidos, se decidió retomar la fórmula de American Gladiators, un programa que prescinde de los guiones. Los conductores de aquella versión fueron Hulk Hogan, leyenda de la lucha libre, y la boxeadora Laila Ali, hija de Muhammad Ali.

“Cada cierto tiempo, American Gladiators parece volver”, dijo Berman. “En 1988 hubo una huelga de guionistas, y el programa fue muy popular en ese entonces. En 2007, hay otra huelga y vuelve el programa. Ahora, en 2023, sale nuestro documental y hay otra huelga –el programa va a volver”, continuó.

El elenco de esta versión, además de Castro, llegó a tener a Gina Carano, quien después encontró fama como actriz y como peleadora de artes marciales mixtas, además de Mike Morgan, ex compañero de Hogan en la promoción de WWE como luchador y posteriormente, alcalde de la ciudad de Longwood, Florida. Además, estaría Mike O’Hearn, un fisicoculturista profesional que se convirtió en actor y, en 2023, un meme popular en la red social de TikTok.

La segunda versión del programa debutó el 6 de enero de 2008. Se filmaron dos temporadas, la última terminó de emitirse en agosto –en ambas, estuvo presente Alex Castro, quien como Militia se encargaba de despachar a los contrincantes en los diferentes eventos y pistas de obstáculos que combinaban la destreza física con la fortitud mental.

Después de que American Gladiators nuevamente se fuera de las televisiones norteamericanas, Castro siguió actuando, apareciendo en un documental televisivo como Hannibal, el general cartaginés que famosamente atravesó los Alpes. También actuó en programas exitosos de la época como Burn Notice.

Posteriormente, viajó a Cuba nuevamente, a la Bahía de Guantánamo, en un tour con la rama de las fuerzas armadas de Estados Unidos que proporciona entretenimiento a los soldados en activo. Castro lo describió como un sueño.

El sueño americano.

“Gracias a los militares, estoy aquí”, dijo. “Gracias a esto, puedo devolver mi tiempo a las fuerzas armadas que salvaron mi vida”.