La verdad sobre el fútbol mexicano

Después de la derrota ante EE.UU. es hora de que los seguidores del "Tri" friamente estudien cual es la realidad del balompié mexicano

MATADOR CAZADO Luis Hernández aquí simboliza lo que le está sucediendo al fútbol mexicano. (AP)
MÉXICO -- En México, donde seguir el fútbol es tan típico como comer tortilla o chile, el revés de la selección en el inicio de la eliminatoria de la Copa Mundial ha sido interpretado como una humillación y ahora todos se sienten con derecho a opinar.

Los mexicanos han tocado fondo con la derrota 2-0 ante Estados Unidos que coloca al equipo en el último lugar de la serie hexagonal que dará tres boletos para la Copa Mundial. En respuesta la gente y los medios hace la guerra al equipo y así calma la frustración.

Aunque no pasó de octavos de finales, México dejó una grata impresión en la pasada Copa del Mundo, por el juego alegre y el espíritu de lucha. Desde entonces empezó a repetirse la idea de que la selección podía entrar en la elite y todos los creyeron.

Bajo el mando del técnico Manuel Lapuente el fútbol mexicano tuvo un brillante año 1999 con el tercer lugar en la Copa América y el primero en la Confederaciones, pero a partir de ahí los goles se volvieron escurridizos y la luna de miel con los hinchas y la prensa se ha tornado en un divorcio en malos términos.

México lleva cinco derrotas seguidas. De ellas la verdaderamente dolorosa es la de hace 48 horas porque fue en la eliminatoria del área de Norte Centroamérica y el Caribe, y pone en peligro el título de gigante de la zona, del cual presumen los mexicanos.

SE ACORTAN LAS DISTANCIAS
Tal vez mantenga el fútbol más bonito o la liga de más calidad, pero lo cierto es que México cada día pasa más trabajo para imponerse en el área y el año pasado recibió un golpe inesperado al quedar fuera de la Olimpiada eliminado por Honduras.

Ahora el equipo pasa por su mayor crisis y lejos de encontrar alicientes en quienes los quieren, los jugadores son blanco de críticas, algunas merecidas por el bajo rendimiento y por actitudes soberbias al negar declaraciones a la prensa.

Lo curioso es que mientras en casa llueven las ofensas, los extranjeros se dirigen con respeto a la selección. Pelé, tal vez el mejor futbolista de la historia, asegura que el problema de México es sicológico, mientras el goleador chileno Iván Zamorano apuesta por la calificación del equipo al mundial del 2002.

Puede decirse que los hinchas se han vuelto agresivos porque se sienten traicionados y en el caso de los periodistas insisten en cobrar cuentas por el veto de los futbolistas.

La verdad es otra. No hay tal odio. Unos y otros añoran ver brillar a la selección, sufrieron mucho durante los 90 minutos del partido ante Estados Unidos, y si aparentan lo contrario es porque se han acabado los pretextos para soñar y sienten herido su amor.

-EFE

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