El piloto argentino retomó las cosas donde las había dejado en Austria: pelando por lo más alto. El Coyote se quiere sacar la espina que se llevó de Spielberg.
Lo más importante para Valentín Perrone fue mantenerse en lo alto en el comienzo de la actividad del GP de Hungría, 14ª fecha del Mundial de Moto3. El piloto argentino llegó a Balaton Park después de conseguir su primera pole position en la categoría en la pasada cita de Austria. Un toque de Máximo Quiles (tras una refriega con David Muñoz) en la penúltima vuelta de la carrera, dejó al piloto de KTM con la bronca a cuestas por un séptimo puesto final que tuvo gusto a muy poco después de su gran fin de semana. Con esa carga, el Coyote llegó a tierras húngaras, con el objetivo de reconfirmar su gran nivel.
Perrone ya había presentado sus credenciales de candidato en Hungría con el séptimo lugar firmado en el primer entrenamiento libre. Y, ya en la práctica, selló su primer día de trabajo con un gran segundo lugar, a 297 milésimas de Quiles, el más veloz de la jornada.
"Me siento de maravilla sobre la moto, y me encanta esta pista. En la FP1 aprendimos el trazado, probamos el agarre y rodamos a nuestro propio ritmo. Todo parecía ir bien, así que sabíamos que podíamos apretar un poco más en la práctica. Tuvimos un pequeño problema en la sesión, pero una vez solucionado, pudimos hacer una vuelta increíble. Máximo me ganó y me impresionó mucho su tiempo, pero sabemos que tenemos buen ritmo, nos sentimos muy bien aquí y tenemos potencial para clasificar bien", dijo el argentino.
El argentino se ganó así un boleto directo a Q2 para la clasificación del sábado (pasan los primeros 14 de la práctica) y se metió en el lote de candidatos a pelear por el éxito en esta pista que el Mundial visita por primera vez. Este sábado se disputará la segunda sesión de ensayos libres y, luego, la qualy, que formará la grilla para la competencia del domingo.
