El italiano venció de punta a punta en la cita que cerró el Mundial y dio una muestra más del poderío de Aprilia en la recta final del año. Raúl Fernández y Fabio Di Giannantonio completaron el podio.
Cuando Ducati decidió ungir a Marc Márquez como piloto oficial a partir de 2025, la puerta de la moto oficial de la casa de Borgo Panigale se cerró definitivamente para Jorge Martín. El español no dudó un instante: se juntó con la gente de Aprilia y cerró filas para sumarse a la escudería. Con el título del mundo conseguido con el Pramac como satélite de Ducati, no había dudas de que el madrileño sería el piloto número 1 de la casa de Noale. Casi en las sombras de tanta pompa estaba Marco Bezzecchi, quien en el final de 2024 abandonó el team de Valentino Rossi para poder ser oficial en Aprilia. Su 2025 asomaba complejo, porque debía luchar con una moto desconocida, que había mostrado atisbos de competitividad en 2024 pero no como para luchar bien arriba. Y, para colmo, con Martín bajo el mismo techo. Sin embargo, 22 Grandes Premios después, el de Rimini terminó siendo la gran figura del equipo en MotoGP.
Bezzecchi cambió su posición dentro de Aprilia de la noche a la mañana debido a los infortunios de Martín. El campeón de 2024 estuvo más veces en el quirófano que en la pista durante la 77ª temporada del Mundial. Ya en pretemporada, dos accidentes lo dejaron afuera de las tres primeras citas. En su retorno, en Qatar, sufrió otra gravísima lesión. Y llegaría otra más en Japón. Martinator estuvo tan solo en ocho de los 22 fines de semana de competencia y el desarrollo de Aprilia quedó en manos de Bezzecchi.
El camino no fue sencillo. En las seis primeras carreras del año estuvo muy lejos del podio. Pero llegó el primer zarpazo en Gran Bretaña, con un triunfo sensacional. Y en la segunda mitad del año, Aprilia entró en su pico de rendimiento, siempre de la mano de Marco. Acumularía seis podios en 11 carreras principales y tres éxitos en competencias sprint. En Indonesia, el ya consagrado campeón Marc Márquez se lesionó el hombro izquierdo y la cima de las carreras quedó vacante, porque el catalán era el gran dominador. Y Bezzecchi alzó la mano y tomó el testigo.
Bezzecchi enhebró dos éxitos en fila en el cierre del año. Venía de vencer en Portugal y este fin de semana ganó de punta a punta en Valencia para entregarle por primera vez en la historia tres éxitos a Aprilia en la misma temporada. Su éxito en Cheste fue descomunal y se sacó la amargura del sábado en el sprint. Porque el italiano picó desde la pole y cayó al quinto lugar en la primera vuelta porque le quedó accionado el dispositivo de altura y, masticando bronca, se fue a dormir. Pero la superioridad de su Aprilia quedó en evidencia el domingo.
La pelea fue detrás suyo. Porque Álex Márquez, el subcampeón, fue el primer escolta. Pero cuando el neumático trasero de la Ducati de Gresini no dio para más, su rendimiento cayó a pique (fue quinto). Y ahí apareció Raúl Fernández con la Aprilia del satélite Trackhouse para ser escolta y cerrar el 1-2 de los de Noale. Fabio Di Giannantonio prevaleció en la pelea del final con Pedro Acosta y se quedó con el último escalón del podio.
Aprilia terminó siendo la marca que le planteó pelea a las intocables Ducati. De hecho, en el final del año, los de Noale fueron superiores. Claro, a los de Borgo Panigale les faltó su estrella Márquez. Pero con la mente ya puesta en 2026, temporada que comenzará este martes con los ensayos de postemporada, los dirigidos por Massimo Rivola se pueden ilusionar con luchar por la corona. Falta mucho, es cierto. Pero Bezzecchi ya sabe que el inicio será diferente, porque ya Martín no podría entrar pisando fuerte por espalda y logros pasados. Marco le puso la cara, el cuerpo y el corazón a Aprilia en 2025. Y firmó tres éxitos y el tercer lugar del Mundial, nada mal si se analiza desde dónde comenzó.
