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Lu, con apoyo argentino

Lu se emociona cuando recuerda a su padre fallecido Getty Images

LONDRES -- Yen-Hsun Lu tiene características de personaje querible. Muestra una sonrisa amplia y cuenta que, como su padre tenía una granja en Taiwán, él podría hoy atrapar gallinas con facilidad. Que lo dice en serio, que lo pongan a prueba si quieren.

Su expresión cambia, la voz se quiebra cuando lamenta en público que su padre, Lu Hui-Yen, fallecido en 2000, no esté ahora con él para compartir la alegría de su triunfo sobre Andy Roddick en Wimbledon.

Lu, un taiwanés de saque letal, de movimientos y velocidad apropiados para el césped; jugador que ya venció a Andy Murray en los Juegos Olímpicos de Beijing '08, es una de las historias del torneo por su clasificación a los cuartos de final.

En los agradecimientos, Lu comienza con el padre y la familia en general, sigue con su entrenador alemán Dirk Hordorff, habla de la ayuda que le dio el australiano Mark Woodforde y le dedica un capítulo especial a un argentino, Bernie.

Bernie es Bernardo Carberol, porteño, de 33 años y de profesión preparador físico. Comenzó a trabajar con Lu hace cinco semanas, pero el taiwanés le dice a los periodistas de todo el mundo que "por su sistema de entrenamiento, puedo saltar más fuerte y sacar mejor".

Carberol no tiene la fórmula mágica vendible en avisos de TV. Simplemente se enfoca en lo aprendido con Horacio Anselmi, hoy trabajando en el club Boca Juniors y particularmente con Marcos Baghdatis. El entrenador del chipriota, Eduardo Infantino, es quien recomendó a Carberol para el puesto.

Y entonces Bernie, que ya había trabajado con su compatriota Sergio Roitman, el uruguayo Pablo Cuevas y el chileno Nicolás Massú, comenzó su propia aventura. Viajó a instalarse en Offenbach, Alemania, ciudad cercana a Frankfurt, para comenzar una nueva relación laboral con Lu, con el alemán Rainer Schuettler y el serbio Janko Tipsarevic en la academia del ex jugador Alexander Waske. Hoy destaca que "me tocó un grupo excelente: Rainer es un tipazo, Janko una risa y Lu lo mismo, no me puedo quejar".

Bernardo era Bernie, y Lu es Randy para la mayoría. "Mi profesora de inglés me pidió que me buscara un nombre más fácil de pronunciar, que le diera un acento inglés a la clase, y elegí ése. No sé lo que significa, tampoco lo quiero saber", dice Randy, y vuelve a sonreír. Bernie es uno de los que lo llama así.

¿En qué consiste el entrenamiento que tanto agradece el taiwanés? "Pliometría", sintetiza Carberol. "Diferentes estilos de saltos. Trabajamos con pesas. Es un entrenamiento de resistencia, llamado intermitente. Corto pero explosivo, un estilo más específico para el tenis".

Los alemanes no estaban acostumbrados a eso; los taiwaneses, tampoco. Por eso, el argentino viajará en los próximos meses a China para presentarlo y explicarlo.

"Todo el crédito es de Randy, él se está matando en los entrenamientos, es un gran trabajador", define Carberol. Las sesiones de entrenamiento de Lu y los demás consisten en cuatro turnos de una hora y media. Corto pero explosivo, como ya había dicho el profe.

"El entrenamiento ayuda, pero si no jugás bien, si no permanecés concentrado y ganás los puntos importantes, no pasa nada", afirma Carberol. Lu se mantuvo paciente y enfocado en la cancha, tanto que para derrotar al estadounidense Roddick, ex N° 1 del mundo y tres veces finalista de Wimbledon, necesitó de apenas un quiebre, en el último game del quinto set. Los anteriores los había ganado en tie-break.

Randy Lu, que el año pasado habría sufrido de mononucleosis, hoy se siente más fuerte que nunca. "No creí que podía ganarle a Roddick, pero me dije que tenía que luchar hasta el final. Otras veces, cuando lo enfrentaba, en los momentos importantes, trataba de pegarle más fuerte, pero esta vez me controlé", cuenta.

"Luchar, eso es lo que me define hoy. Espero que, donde esté, mi padre pueda ver eso".