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De cambios, victorias y expectativas

MIAMI -- El calor fue uno de los principales protagonistas en la cancha 1 en Crandon Park este sábado por la tarde.

En ese court, hacía su presentación el argentino Juan Mónaco en el segundo Masters 1000 de la temporada.

El público se hizo presente desde temprano y colmó las gradas.

Sin embargo, en la esquina de Mónaco había un gran ausente; su entrenador Gaston Etlis, con quien el tandilense rompió relación laboral según confirmó el tenista tras su partido.

"Gastón es una gran persona, y un mejor entrenador", explicó Mónaco. "No obstante, teníamos distintas maneras de ver el tenis y decidimos tomar direcciones distintas".

Su preparador físico Ignacio Menchón es el único que acompaña a Mónaco aquí en Miami.

Aún es incierto quién será el próximo entrenador de Mónaco, aunque lo que sí es seguro es que esta situación no afectó su nivel en cancha.

El rival de turno era el ucraniano Sergiy Stakhovsky, quien tiene un saque muy duro y un revés exquisito a una mano.

Pero esta tarde Mónaco simplemente fue demasiado para su rival, y probablemente lo hubiese sido para cualquier otro también.

Digo esto porque Mónaco acertó el 85 por ciento de sus primeros saques en el primer set, y no sólo sus golpes de fondo de cancha tenían gran profundidad sino que además mostró determinación a la hora de cerrar en la red.

Aunque siempre es difícil cerrar los partidos, y Mónaco no fue la excepción.

"La verdad que cuando saqué para ganar el partido 5-4 en el segundo, él jugó un game perfecto, y me decepcioné un poco cuando me ganó el tie-break", admitió Mónaco. "Pero me sentía jugando realmente bien, y no iba a bajar los brazos".

El tandilense no pudo sostener un break inicial en el tercer parcial, pero luego volvió a romperle a Stakhovsky el game decisivo y avanzó a la tercera ronda del Sony Ericsson Open.

"Perdí un poco de precisión en el set decisivo porque el calor estaba fuerte", expresó Mónaco. "Pero por suerte lo pude cerrar y estoy feliz luego de haber perdido en segunda ronda en Indian Wells".

En el medio de nuestra entrevista con Mónaco, se asoma Roger Federer --despachó en sets corridos al checo Radek Stepanek-- desde el pasillo de la sala de prensa, le da un mensaje optimista al tandilense.

"Bien hecho hoy", le dijo un sonriente Federer a Mónaco. "Nos vemos el lunes".

Es que el suizo es nada más y nada menos que el próximo rival del argentino.

Todo indica que jugarán en el último turno de la noche, y aunque hay claro respeto por uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, Mónaco mantiene la fe intacta.

"Por supuesto que uno mira el cuadro antes de empezar", admitió Mónaco. "Pero voy a entrar a este partido pensando que tengo posibilidades de ganar. De lo contrario, me quedo en el vestuario. Algunos dicen que este tipo de partidos hay que disfrutarlos, pero yo disfruto en un restaurante, estos partidos los sufro, y a veces ese sentido de urgencia también es bueno".

Federer venció a Mónaco en el único enfrentamiento previo entre ambos jugadores; fue en Hamburgo en el 2007 en tres apretados sets sobre polvo de ladrillo.

"Obviamente él es el gran favorito, y más aún jugando en esta superficie", comentó el argentino. "Pero me siento con confianza".

Una semana atrás, Juan Ignacio Chela había dicho antes de enfrentar a Federer, que se verían las caras "un expreso suizo ante el tren Sarmiento".

Mónaco, confeso fanático de Estudiantes de la Plata, optó por una anécdota relacionada con el fútbol.

"Se viene un Estudiantes-Barcelona", concluyó Mónaco. "Estuvimos a dos minutos de ganarles, por qué no voy a poder ganar yo".