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Un major crucial

BETHESDA -- Estar destinado a la grandeza puede ser una carga pesada. Pregúntenle a cualquiera de los que llevan el mote de "los mejores jugadores sin un major" cómo ese peso suele arrastrarlos hacia abajo a medida que pasa el tiempo.

Por eso la victoria de Rory McIlroy en el U.S. Open el domingo -más allá del margen- fue tan grande, importante, y parcialmente, un alivio.

Ya no tendrá que responder sobre la debacle en el Masters. Ya nadie verá algún final en los primeros lugares de un major como algo negativo.

De hecho, ahora terminar arriba será visto como algo positivo para un jugador que, actualmente ranqueado N° 4 en el mundo, tiene tanto potencial.

McIlroy, ha estado en la pelea en cuatro majors consecutivos y ha estado líder el domingo en los últimos tres. Ahora tiene su primer major a los 22, el campeón más joven del U.S. Open desde Bobby Jones en 1923.

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Harry How/Getty Images

Con su victoria en el U.S. Open, McIlroy ahora acumula tres triunfos en su carrera profesional.

"Es un jugador con tremendo potencial, y ganando cumple con esa expectativa y hace que todo sea más fácil de cara al futuro", dijo el tres veces ganador de major, Padraig Harrington, oriundo de Irlanda. "Creo que Rory se ha separado del resto en cuanto a potencial. Otros muchachos han estado en la pelea y nunca ganaron majors. Rory viene destruyendo los campos. Fue importante para él ganar su primer major, cruzar esa raya".

"Lo hará más fácil de cara al futuro".

No puedes ganar múltiples majors sin obtener el primero, pero incluso quedar cerca en múltiples ocasiones no garantiza que semejante logro esté al caer.

Sergio García y Colin Montgomerie sirven como ejemplos excelentes. ¿Quién podría haber imaginado 12 años atrás en Medinah -cuando García, a los 19, terminó un golpe detrás de Tiger Woods en el PGA Championship- que García seguiría sin un major en 2011?

García, quien tuvo que clasificar al Open, logró terminar empatado en séptimo lugar, asegurando su regreso al Olympic Club el próximo año. Fue su 16° top 10 en un major, y acumula nueve top 5.

Pero ninguna victoria. Y no suena confiado, a los 31, de poder a ganar un major en el futuro cercano.

"Quizás tenga suerte algún día", dijo. "Sé que en este momento probablemente sea difícil conseguir uno porque las cosas todavía no están bien".

Pueden apostar que García estaría pensando otra cosa si hubiera ganado en Medinah. O si le hubiese ganado el playoff a Harrington en Carnoustie. O si simplemente no hubiera fallado otra vez ante Harrington en Oakland Hills.

Y después está Monty, quien dos veces perdió desempates en majors y ocho veces lideró la lista de ganancias en Europa. Acumula más subcampeonatos en los majors (cinco) que cualquier otro jugador sin triunfos.

Phil Mickelson debió soportar estas preguntas por año, pero finalmente quebró la maldición a los 34 y luego sumó tres más. Ben Hogan también explotó de grande, ganando el primero de sus nuevo majors a los 34.

Pero cuánto más tiempo pasa...

Y es por eso que lo que Jack Nicklaus y Tiger Woods hicieron al comienzo de sus carreras fue tan importante para ellos. Ambos ganaron majors en su primer año como profesionales. Nicklaus, a los 22, capturó el U.S. Open de 1962. Woods, a los 21, ganó el Masters de 1997 -en su primer major como profesional.

¿Cuánto más fácil lo hizo para ellos ganar luego múltiples majors? Tener el primero, de alguna manera, les quitó presión.

"No es fácil obtener esa experiencia", dijo hace unos años Woods, quien acumula 14 majors. "Pero una vez que consigues uno, entonces se hace más fácil conseguir otros... Es una cuestión de ganar esa experiencia y construir desde allí".

Woods se perdió el U.S. Open por lesión. "Felicitaciones a Rory", dijo a través de su agente. "Qué actuación de principio a fin. Disfruta la victoria. Bien hecho".

Nicklaus pareció nunca mirar atrás tras derrotar a Arnold Palmer en Oakmont en un playoff en el U.S. Open. Esa victoria fue su primera como profesional y le agregó seis majors más en los siguientes cinco años camino a su total de 18.

"Ganar el U.S. Open y hacerlo a esta edad, le quita mucha presión", dijo Nicklaus el domingo. "Pero también le agrega presión".

"Será y ya es una celebridad, pero es un golfista primero. Ahora es un muy buen golfista, pero si quiere ser un gran golfista, necesita aprender a lidiar con esto y aprender a manejar todas las cosas de este lado. Necesita primero concentrarse en el golf, así también en su motivación y deseo de ser grandioso", dijo.

"Tiger tiene como motivación los récords. Mi motivación era que quería ser el mejor que podía ser en el deporte, y una vez que me acerqué al récord de Bob Jones, eso se convirtió en motivación. Creo que Rory tiene su cabeza bastante bien ajustada y creo que la mantendrá así".

Aunque Martin Kaymer no ha sido catalogado como un jugador capaz de ganar múltiples majors, el alemán admite que la victoria en el PGA Championship en Whistling Straits el año pasado ha cambiado su actitud y perspectiva.

"Para mí, fue un increíble envión de confianza saber que puedo ganar cualquier torneo", dijo Kaymer, de 26. "Ahora encaró los majors de manera distinta, para llegar a pelear el domingo".

"Todos los demás jugadores saben que ya gané. Hay alguien allá afuera que nunca ganó. Me da mucha confianza, y el respeto de los jugadores también crece. Pero es más la confianza que obtienes por ganar uno de los títulos más grandes que puedes conseguir".

Es gracioso como cambian las percepciones. De cara al U.S. Open, incluso entrando a la ronda final del domingo, se hablaba si McIlroy iba a poder sobreponerse a su desastroso día final en Augusta National, cuando una ventaja de cuatro golpes se convirtió en un déficit de 10 tiros después de una ronda final de 80.

Tenía una reputación como un jugador que tenía problemas para cerrar torneos, como también le había pasado en algunos eventos regulares del tour.

"Venir aquí después del Masters y ganar el U.S. Open y como yo digo, sacarme el primer major del camino temprano... no importa que suceda después, pero siempre seré un campeón de major", dijo McIlroy. "Afortunadamente, en un futuro no muy distante pueda ser un múltiple ganador de majors".

No hay dudas, McIlroy ahora será visto con una luz más positiva. ¿Qué hubiera pasado si lo hubiera cerrado aquel domingo en Augusta? ¿Qué hubiera sucedido si enviaba su drive al fairway en el hoyo 10 -cuando todavía estaba empatado en la cima- y terminaba ganando? ¿Nos habríamos encaminado a Royal St. George en un par de semanas para el Open Championship hablando sobre un posible Grand Slam?

"Nada de lo que este muchacho hace me sorprende", dijo el campeón del U.S. Open de 2010, Graeme McDowell, quien como McIlroy es oriundo de Irlanda del Norte. "Es el mejor jugador que he visto. No tuve la chance de jugar con Tiger cuando estaba en su pico, y este muchacho es el mejor que he visto, tan simple como eso. Es grandioso para el golf. Es una brisa de aire fresco para el juego y quizás estemos listos para la próxima súper estrella del golf".

Lo mismo se ha dicho sobre muchos jugadores a través de los años. Pero para arrancar el camino a la grandeza, todos tuvieron que dar el salto y ganar uno de los eventos más prestigiosos en el golf.

McIlroy lo hizo a lo grande, estableciendo seis récords en el U.S. Open, incluyendo la tarjeta total más baja de 268, para ganar por ocho golpes.

"Desde muy joven, estaba destinado a ganar majors", dijo Harrington. "Puedo decirte que hay miles de niños como él en algún lugar del mundo que tendrán vidas miserables y no cumplirán sus sueños".

"La vida de Rory estaba destinada para esto. Y ha respondido. Lo cual es impresionante".

Y, al menos en lo que respecta a ganar un major, ya no tiene presión.

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