Guillermo Celis
Especial para E:60
12y

Las falsas identidades en Grandes Ligas

Cuando Juan Carlos Oviedo y Roberto Hernández decidieron que no se darían a conocer como tales ante el mundo de la pelota norteamericana, no estaban en realidad actuando de mala fe. Trataban de mejorar no solamente sus propias condiciones, sino las de toda su familia. Después de todo, no serían los primeros en hacerlo, tampoco los últimos por supuesto.

Lamentablemente sus nombres falsos, Leo Núñez y Fausto Carmona, sí aparecieron en la lista de quienes fueron identificados falsificando documentos para tratar de hacer carrera en el beisbol de las Grandes Ligas. Se trata de dos de los tal vez cientos de involucrados en éste problema, que en su mayoría se ha dado en la República Dominicana, básicamente porque es el país, de entre los que practican pelota, en el que las condiciones de falta de control en los nacimientos, se presentan más propicias para la falsificación.

Por lo general, los jóvenes peloteros son aconsejados por escuchas que amablemente "recomiendan" tener menor edad, para que los equipos de la gran carpa puedan pensar que tienen un mayor futuro y más capacidad de "moldearlos" a su manera. Ese cambio de edad representa, por consiguiente, utilizar otro nombre, situación que llevó a Oviedo y Hernández a convertirse en Núñez y Carmona respectivamente.

La historia de ambos no pudo llegar a feliz término, gracias a que, dándose cuenta de la magnitud del problema, que cada vez incluye más nombres, la oficina de MLB creó una unidad especial encargada de vigilar de cerca el asunto de falsificación de documentos por parte de este tipo de peloteros. Ambos fueron sorprendidos y llevados ante la justicia, pero afortunadamente, el programa contempla medidas de sanción que resultan benévolas para los peloteros, y que les permiten pagar un castigo sí, pero también poder regresar a su trabajo a la brevedad posible, situación a la que ambos están a punto de acceder nuevamente.

Los casos de Oviedo y Hernández, son apenas una pequeña muestra de la gran cantidad de peloteros que han llegado y se han mantenido en las Grandes Ligas con otros nombres y otras edades. Pero lo importante es que a partir de ahora, esa es una situación que difícilmente se podrá repetir, ya que se han tomado cartas en el asunto, pero permitiendo a los involucrados el poder seguir con sus fuentes de trabajo, al tomar consciencia de que en la gran mayoría de los casos, no han sido ellos los directamente culpables del lamentable cambio de identidad.

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