<
>

El COM, nueve décadas después

MÉXICO -- En 1923 México apenas recogía las cenizas de la Revolución. Fuego cruzado que no le había permitido inscribirse al Comité Olímpico Internacional, una institución que en 1895 había creado Pierre de Fredy, Barón de Coubertin, como pretexto para organizar el evento multideportivo más importante de la sociedad moderna.

Esos juegos, llamados Olímpicos como homenaje a la ciudad griega que los vio nacer, se realizaron en la era moderna por primera vez en 1896. Y desde entonces México había estado ausente. Sólo una casi ignorada experiencia de sus jugadores de polo, que ganaron una medalla de bronce en París 1900, sin la bendición del COI. Hasta que llegó el 23 de abril de 1923.

Aquel día, el entonces vicepresidente del COI, el belga Henri de Baillet Latour, visitó México para invitar a los personajes más importantes del deporte a asistir a los Olímpicos de París 1924. El dirigente deportivo apreció que México no tenía una asociación deportiva que lo acreditara internacionalmente. Aquella tarde se cerró el acuerdo: México constituyó una asociación civil como la responsable de inscribir a sus atletas a los Juegos Olímpicos.

En los archivos del Comité aparecen como fundadores: Carlos B. Zetina, Rosendo Arnáiz, Manuel Aguilar, Juan Snyder, Herminio Ahumada, Eduardo Rodríguez y otros importantes nombres que ha devorado la historia del deporte nacional.

Las primeras experiencias olímpicas son, a la distancia, un cuadro surrealista: para llevar a 18 representantes a los Olímpicos de París 1924, Carlos B. Zetina y Alfredo B. Cuéllar ayudaron a recaudar 34 mil pesos que resultaron insuficientes para la transportación, la alimentación y el hospedaje de los atletas. Lo que sucedió ahí es otra historia.

En esas nueve décadas, México ha ganado 62 medallas, 13 de ellas de oro.