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Sería un cambio merecido

BUENOS AIRES -- Más de siete meses pasaron para que volviera al circuito y, a pesar de algunas molestias en su maltrecha rodilla izquierda, Rafael Nadal retornó como muy pocos creyeron. No fue por descrédito, sino por obvias dudas sobre su lesión y porque se suponía que le costaría retomar un altísimo nivel. Llegó a la final en los seis torneos que jugó este año, ganando cuatro, y ahora es eje de una incipiente polémica, ya que Roland Garros analiza adelantarlo un lugar en la preclasificación, no tomando puntualmente el ranking ATP, para ubicarlo 4º y no 5º y así evitar un posible rápido duelo con Novak Djokovic en los cuartos de final.

Ya Wimbledon alteró en numerosas oportunidades las posiciones de ciertos jugadores como cabezas de serie, teniendo en cuenta y valorando los antecedentes de algunos especialistas en césped por encima de respetar estrictamente el listado mundial. Así como ocurrió en Londres, con elogios y críticas a cuestas, bien puede concretarse este año en la arcilla de París, donde el perjudicado sería David Ferrer, por "entregarle" ese 4º puesto como favorito a Nadal. Y sería merecido, más allá de que es entendible que cada tenista quiere que se le respete su posición en el ranking.

De sus 11 títulos de Grand Slam, Rafa logró siete en el Abierto de Francia, donde tiene el récord absoluto. Teniendo ese primer punto en cuenta, es razonable, sobre todo por la abismal diferencia con respecto a su colega español, ya que Ferrer recién en 2012 accedió a semi en París. Igual, si Nadal no hubiera regresado mostrando un presente envidiable para cualquiera quizás el directorio de Roland Garros no estaría estudiando esta posibilidad. En menos de un mes arranca el Mundial de canchas lentas y ese cambio imposibilitaría que Nadal se cruzara en los cuartos de final contra Djokovic (1º), Roger Federer (2º) o Andy Murray (3º), debiendo verse la cara con alguno de los integrantes del podio recién en las semifinales.

De lo contrario, el sorteo podría deparar un duelo entre Nadal y Djokovic en cuartos y existe un 25% de posibilidades de que eso ocurra. Ese es el mayor temor de los organizadores, ya que sueñan con reeditar la final del año pasado o bien la del domingo anterior, cuando el serbio cortó la racha de ocho festejos seguidos del español en Monte Carlo. Al ver a Nadal en un gran momento, seguramente pocos dudan que sea otra vez el principal favorito para la gran cita parisina, certamen que ganó en siete de sus ocho participaciones, donde jamás perdió una final y tiene marca de 52-1.

Con su octavo título en Barcelona, el famoso zurdo de Manacor consiguió por tercera vez en su carrera ganar cuatro torneos a esta altura del año, además de haber llegado por primera ocasión a la final en sus seis primeros campeonatos de una temporada. ¿Algo más? Sí, es el único hombre que salió campeón ocho veces en dos torneos, incluyendo a Monte Carlo y Barcelona, con el plus de sus históricas siete copas en Roland Garros. Todos indicadores que no hacen más que poner a Nadal por encima del resto en polvo de ladrillo y, más allá de la categoría y la solidez de Ferrer, el ex rey del circuito es claramente superior a su compatriota.

Hace casi dos meses, y en apenas su tercer certamen desde su reaparición, Nadal aplastó a Ferrer en la definición de Acapulco, lo que significó una gran inyección anímica para Rafa con vistas a su posterior victoria en Indian Wells y un durísimo golpe para David. Así y todo, muchos pueden preguntarse si es "legal" una modificación que altere el orden del ranking. La respuesta es un sí, sin vueltas, ya que la Federación Internacional de Tenis autoriza a los torneos de Grand Slam a hacer cambios con los cabezas de serie. De hecho, más de una vez fueron beneficiados Pete Sampras y Andy Roddick en Wimbledon.

En la cita londinense, para designar a los 32 preclasificados, al ranking oficial de la ATP se le suman el 100% de los puntos logrados la temporada anterior en esa superficie y el 75% de los acumulados en los dos años últimos. La gran diferencia es que esta vez en el Abierto de Francia se busca realizar una excepción, tratando de evitar el cruce Nadal-Djokovic en cuartos y que así uno de ellos quede eliminado antes de las semifinales, quitándole interés al tramo final del certamen, aún cuando siguiera en carrera Federer, por ejemplo. Es que Nadal es, sin dudas, el mejor jugador de la historia sobre arcilla y lo quieren tener lo máximo posible en cancha.

Claro que, a su vez, varios pueden plantearse que, siendo tan grande, puede vencer a cualquier adversario y en cualquier instancia y entonces no necesita de una ayuda extra. Pasa que los directivos galos piensan, además, que no quieren correr el riesgo de poder perder a Djokovic prematuramente, frente a un eventual duelo contra Nadal al mejor de cinco sets. Muchas veces controvertido y siempre frontal, John McEnroe dio su impresión esta semana y redobló la apuesta al afirmar que Nadal debiera ser inclusive el preclasificado Nº 1 en Roland Garros, por encima de todos.

Indudablemente, un salto de ese tipo, de ser 5º y poder enfrentarse a cualquiera de los top-4 en cuartos a estar 1º, ya sería más cuestionado, aún cuando nadie puede soslayar los pergaminos y el presente de Nadal a la hora de jugar sobre arcilla. Como es su costumbre, su amigo Ferrer no presentó problemas frente a este posible escenario y dijo que "para ser campeón hay que ganarles a todos". Está claro que esto puede aplicarse justamente a todos, pero suena merecido el hecho de que Nadal pueda ser el 4º cabeza de serie ya que cedió terreno en el ranking debido a su inactividad y tampoco hoy figura detrás de los 10 o 15 primeros. Los méritos los tiene. Y de sobra.

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