BASILEA -- Roger Federer fue mucho para Grigor Dimitrov. El suizo aprovechó de manera perfecta los vaivenes del búlgaro y se impuso por 6-3 y 7-6 (2) en cuartos de final del ATP 500 de Basilea, que se juega sobre canchas duras bajo techo y reparte 1.445.835 en premios.
Federer dejó en claro toda su jerarquía ante Dimitrov, quien sintió el efecto de las comparaciones de juego con el suizo y mermó su nivel de manera sensible, sobre todo en los momentos decisivos. El exnúmero uno del mundo manejó bien la presión, llevó el pulso del partido y cerró la historia en poco más de una hora y media de acción.
Los primeros dos games del partido sumaron un condimento inesperado: el público. Federer levantó un 0-40 con su saque, luego dio pelea ante el servicio de Dimitrov y los espectadores se metieron por completo en el choque, a tal punto de reprochar algunos fallos de los jueces mediante silbidos.
El apoyo de su Basilea natal empujó a Federer, quien poco a poco fue elevando su nivel hasta conseguir un quiebre que marcó un antes y un después en el set. El suizo siguió mostrando una gran versión, mientras que el búlgaro comenzó a desdibujarse. Como resultado, una nueva rotura y un 6-3 para el helvético.
A pesar de la resolución del primer set, el factor anímico pareció ser un tema del olvido para Dimitrov. El N°22 del mundo pasó a tener un juego más agresivo y empezó a encontrar algunas falencias en Federer. Así, con un quiebre, sacó una pequeña diferencia y llegó a estar 5-3 al frente.
Sin embargo, iba a fallar otra vez en un momento clave. El búlgaro no pudo aprovechar su puntos de set con la devolución ni pudo cerrarlo con su servicio. La parte mental, nuevamente en escena en Basilea.
"La gente ve cierto parecido en mi juego con el de Roger (Federer) y me compara. Definitivamente eso es algo que me gustaría cambiar. Y yo sé que si no ocurre ahora, en el futuro la gente dejará de decirlo. ¿Pero qué más puedo hacer?", le contaba Dimitrov a ESPNtenis.com durante el Abierto de Estados Unidos. Sin dudas, eso jugó este viernes.
El suizo, al igual que en su duelo de segunda ronda ante el uzbeco Istomin, vio su oportunidad y no falló. Volvió a mostrarse firme y terminó adueñándose del partido con un claro 7-2 en el tie break.
El helvético, con su triunfo ante Dimitrov, sumó su 50° éxito en el ATP de Basilea, cifra que alcanzar por quinta vez en un torneo: Australian Open (68), Roland Garros (58), Wimbledon (67) y US Open (67).
Pero Federer no tiene tiempo para relajarse. En semifinales lo espera el canadiense Vasek Pospisil, una nueva dura barrera en su camino hacia las Finales ATP. El suizo se asegurará un lugar en Londres en caso de ganar el título. Y va en busca de eso.
Por su parte, por la llave alta del cuadro principal aparece el argentino Juan Martín del Potro, máximo favorito y defensor del título, quien venció en cuartos de final al francés Paul Henri Mathieu.
Ahora jugará ante otro galo: Edouard Roger-Vasselin, que dejó atrás en tres sets al alemán Daniel Brands.